Todo ha cambiado, y todo sigue igual, Mikel Izal daba por terminada una de las bandas más importantes del Indie Rock de nuestro país de los últimos años, no se si llamarlo locura o temeridad, lo cierto es que cuando una puerta se cierra una ventana se abre al otro lado de la estancia. Mikel nos ha privado de algo muy grande, no se puede negar que le ha echado un par, pero tampoco negare que la decisión a mi no me ha hecho gracia, y después de disfrutar de este primer round en Madrid dentro de su nueva andadura, mi sensación es agridulce, pero, al menos ahora, creo entender muchas cosas, muchas de las decisiones, incluida la de cerrar esa puerta.
El nuevo show de Mikel se divide en cuatro partes, al estilo de un musical de la madrileña Gran Vía, pero sin pausas para descansar, el primero “El Miedo”. “Escribí este disco cuando estaba en la mierda, tenía mucho miedo, tenía ansiedad, una mala época vamos”, esa fue la primera confesión de un Mikel cercano e intimista como nunca. En este primer bloque de temas ya dejo claro cuál era su intención en cuanto a repertorio, sus temas nuevos mezclados con los de Izal, pero no con cualquier tema, con los que podían encajar dentro de su nuevo estilo, y si no, pues las arreglamos, o eso debió pensar. Tenemos que adaptarnos todos, no solo Mikel a este nuevo sonido de los temas, es algo que se hace realmente extraño, y es que algunas canciones han sido disfrazadas con más éxito que otras, todo sea dicho de paso. Lo que no ha cambiado en absoluto es el control de la situación y el manejo del público, “podéis levantaros”, “podéis sentaros”, él ordenaba y la audiencia obedecía sin rechistar.
Mikel Izal
Segundo acto, “El Grito”, se acabaron las bromas, ahora sí que se acabaron las bromas, Mikel invita a la gente que este pasando por un mal momento a que lo hable, que no se lo quede dentro, que busque ayuda, un gran consejo para algo que realmente se está convirtiendo en un problema para mucha gente actualmente acentuado tras la maldita pandemia.
Volviendo a lo musical, temas nuevos, empezando por el que daba titulo al acto, y en el que nuevamente pudimos llevarnos a nuestros oídos alguno de los clásicos de la que fue su banda, esta vez, con menos fortuna, sobre todo en “El pozo”, demasiado cambio. Este bloque nos deparaba una sorpresa, Mikel hizo un llamamiento a través de sus redes para que los asistentes enviaran un mensaje a sus seres queridos que estaban con ellos en el concierto. “Hola soy Vanesa, este es un mensaje para Javi”…si, una petición de mano. Todo se paró, Mikel busco a la pareja y se autoproclamo “Isabel Genio”, la música y el amor unido, que no lo separe el hombre. Finaliza el bloque la extrañamente electrónica revisión de “El pozo”, creo que me va a costar un poco hacerme a estas auto versiones.
Mikel Izal
Era el turno de “La Fe”, la parte más íntima del show, un bloque que comenzaba con el maestro de ceremonias Mikel confesándose ante su público con un mensaje que expresaba sus inseguridades a pesar de su trayectoria. Una vez mas aludiendo a la depresión “si estas jodido, jodida, tranqui, que a la vuelta de la esquina no tienes ni idea de lo que te espera. Por favor, nunca, nunca, pierdas la esperanza”. Me empieza a preocupar tanto mensaje de auto convencimiento, ha pasado aproximadamente un año y medio desde que Izal, la banda, cesara su actividad en un Wizink a reventar y hay dos cosas claras, Mikel estaba al borde de un precipicio, esa la primera y más importante, deseamos que realmente haya salido de ese abismo. La segunda, “Hogar”, podemos calificarlo, a riesgo de que alguien se me ofenda, como el adelanto de la carrera en solitario de Mikel Izal, fueron hasta cuatro los temas que sonaron de ese disco, dos de ellos en este bloque, y sin duda, las canciones que más en sintonía y menos arreglos nuevos se aprecian en relación con su nueva andadura.
Hemos comenzado con miedo y habíamos atravesado distintos estados de ánimo, era el momento de, por fin, llegar a la ultima parada del viaje, “El Paraíso”. Cada uno tiene su propio paraíso, para Mikel Izal, ese paraíso es su familia y sus amigos y con esas íbamos a llegar hasta el final del show con el bloque mas movido y divertido en el que el protagonismo lo cogieron los clásicos de la banda Izal para cerrar con el corte que daba título a este capítulo, “El paraíso”.
Mikel Izal
Cuando tienes un buen puñado de temas que se han hecho imprescindibles en tu play list diaria cuesta mucho que de un plumazo te las cambien de estilo, de ritmo, de emotividad. Creo que me va a costar acostumbrarme a este nuevo Mikel Izal, no me va a resultar sencillo escuchar “Que bien” o “El baile” con este cambio de tonalidad, pero, como bien nos había comentado anteriormente el protagonista de la velada, no sabes lo que te espera a la vuelta de la esquina, quizás me lleguen a gustar de nuevo, por el momento, estoy escribiendo esto sin saber muy bien si lo que vi me gusto o me descoloco, tampoco sé si será capaz ver sobre el escenario a este desgarbado vasco bailar como si le hubieran dado un calambrazo sin ese punto rockero que era lo que me volaba la cabeza. Mikel esta en un nuevo proyecto, una nueva locura que aprovechando su enorme éxito comienza con bastante camino recorrido pero que, ahora, va a tener que pelearse de nuevo el éxito masivo con el que contaba.