Recuerdo que, a finales de los años 80 y primeros 90, existía en el pueblo en donde he vivido la mayor parte de mi vida, Puente San Miguel, una banda de punk rock llamados Esguinze de Frenillo, compuesta por chavales de mí misma edad y que fueron algo conocidos por la zona, aunque no llegaron a muchos más, pese a que alguno de sus integrantes se haría después un nombre dentro de la escena cántabra.
Pues bien, algún tiempo después y ya en este siglo, supe de la existencia de otro grupo de igual nombre, pero que procedían de León, una banda, ésta sí, que se ha ganado un hueco, especialmente en su comunidad autónoma y aquellas adyacentes, y que, hace unos años, recortaron su apelativo a Esguinze, los cuales, este viernes, previo a las fiestas de semana santa, iban a actuar en la sala Rock Beer The New, junto a los cántabros Amia.
Pese a que no había seguido en profundidad la trayectoria de los leoneses, un par de escuchas más y el tocar junto a una banda como Amia, fue suficiente para que cogiera camino a la céntrica sala santanderina, a donde iba a regresar, solamente un par de semanas después de mi anterior visita, y con la habitual duda sobra la afluencia de gente.
Desgraciadamente la gente no acudió a la llamada de ambas bandas y no seriamos más de un par de decenas los que nos acercamos a la sala; quizás el estar en vísperas de las mencionadas fiestas pudo incidir negativamente en la afluencia de público, pero, sea como sea, lo que fuimos íbamos con ganas de disfrutar con ambas formaciones.
Amia
Los encargados de abrir la noche fueron Nacho Galván, voz y bajo, Raúl Losada, guitarras y coros, y Cesar Granado, batería, es decir, Amia, un grupo que, en poco más o menos 3 años desde su creación, se han ido haciendo un nombre dentro de la escena cántabra, gracias a sus conciertos, siendo el último que les vi en ese mismo lugar a comienzos del pasado otoño, y a ese único disco que han editado, “Invencible”, del pasado año y que, para mí, fue de lo mejor que se hizo en la tierruca en ese 2023.
Comenzaron su andadura con ese amago de tocar el “Creeping death”, de unos tal Metallica, antes de empezar ese amplio repaso a su disco con “Estigmas”, un tema muy poderoso y pegadizo, que sonó con fuerza y que contó con un buen ritmo de guitarra, para, sin casi pausa, continuar con “Lengua de serpiente”, del mismo plástico, una pieza que arrancó con mucha potencia y que tuvo alternancia entre partes muy rápidas y otras más contundentes, dejándonos una gran canción.
El siguiente corte era el que da nombre a este trabajo que han editado, “Invencible”, como ellos mismos nos recordaron, y del que habían grabado un video clip, cuyo director estaba en la sala y para el que pidieron nuestros aplausos, un tema con un ritmo muy machacón y contundente, que sonó con fuerza, demostrándonos la clase y calidad que poseen, para seguir el recorrido por dicho album con “Danzando con el diablo”, una pieza que empezó lenta y pesada, pero con momentos en los que se aceleraba, aunque manteniendo ese sonido más machacón y contando con una buena labor de las voces.
Amia
Sobre el siguiente corte, su visión del “Shout”, de Tears for Fears, reconocieron que no sabía de qué año era, pero lo que si sabían era que, ese día, el Rock Beer The New cumplía 37 años desde su apertura, contra viento y marea, un tema muy mítico y del que hicieron una muy personal versión, metiendo bien caña, para luego relajarla y jugar con esos cambios de velocidad, antes de pasar a una canción, que estrenaban esa misma noche y que no tenía ni título, mostrándonos una pieza, que comenzó con mucha fuerza e intensidad, pero que luego se relajó, para, después, recuperar esa fuerza inicial y combinar partes más agresivas, con un machacón final.
Después de adelantarnos que habría alguna sorpresa más, era el momento de volver a su disco con “Redención”, un tema que empezó con mucha fuerza y que es un gran corte, con mucha contundencia, muy pegadizo y con un buen solo de guitarra, para, sin casi parar, continuar en dicho trabajo con “Artificio”, una gran pieza, que empezó lenta y potente, para luego coger más fuerza, metiendo bien de tiza y con un sonido muy constante, pero sin perder esos cambios de ritmo.
No querían que nos enfriásemos y la anterior fue unida con “Sangremos”, también de su única obra, un tema con un inicio muy rápido, pero que luego fue relajándose, aunque sin perder esa intensidad y combinando diferentes ritmos, en un corte muy pegadizo y quedón, para felicitar a sus compañeros de cartel por llevar tanto tiempo en la brecha, antes de continuar con otra nueva pieza, “Arde”, no sin antes recordar que tenían un puesto de merchán, con diferente material, de la banda, una canción que arrancó con un buen sonido de guitarra y que luego fue cogiendo mucha fuerza y potencia, contando con un martilleante sonido de batería en la mitad de la misma y dejándonos una gran composición.
Amia
Tras preguntarnos si nos había gustado dicho tema, con afirmativa respuesta de los allí presentes, nos avisaron de que iban a hacer una deconstrucción, igual que hacen lo cocineros, pero ellos de un clásico como es “El tren”, de Leño, un corte que fue tocado a toda velocidad y con mucha fuerza, pero que luego ralentizaron, aunque manteniendo esa potencia que le habían dado, para, más adelante, recuperar dicha velocidad, antes de pasar a despedirse de todos nosotros con “Llegaré”, la canción que da inicio a su disco, la cual empezó de manera guitarrera y que contó con esa parte en que se acelera todavía más, dejándonos con una pieza muy pegadiza y conocida, después de la cual nos agradecieron nuestra presencia.
De esta manera y después de casi una hora sobre las tablas, concluía un muy buen concierto de unos Amia, que van creciendo y notándoseles cada vez más cómodos en directo, a la vez que hacen cada vez mejores temas, como esos dos nuevos que pudimos escuchar esta noche, algo que ya tiene mucho mérito, habida cuenta de que veníamos de un gran disco, como fue el primero de la banda.
No vamos a descubrir ahora la calidad de estos músicos, de sobra conocida, pero sí que hay que incidir en su grado de compromiso con el grupo y con los que allí estábamos, entregándose en cada interpretación y viéndose como se divertían y disfrutaban del hecho de estar sobre un escenario, al margen de que abajo no hubiera mucha gente y es que ahí es donde se demuestra la pasión por lo que haces.
Sin duda, Amia es una banda muy recomendable para ver en directo y a la que, seguro, volveré a ver en poco tiempo, mientras esperamos que sigan componiendo y presentando nuevos temas; dadles una escucha e id a verlos en vivo, que os van a gustar.
Tras el habitual cambio de bártulos, llegaba el momento de los de León, Esguinze, un quinteto, que se funda en el 2003 y que está compuesto por Cesar, voz, Julio, guitarra y coros, Lomba, guitarra y coros, Ave, bajo y voces, y Adi, batería, habiendo editado, en estas más de dos décadas, los discos “La música que no amansa a las fieras”, del 2006, “Centro psiquiátrico”, del 2016, ambos todavía como Esguinze de Frenillo, y el genial “Muerde o revienta”, del 2020, y por cuya salida esta web entrevistó a la formación.
Comenzaron su velada con algún tema que no tienen publicado todavía, o al menos yo no tengo identificado, como era el caso de “Ángeles caídos”, un corte con mucha fuerza y que nos fue metiendo en su actuación, para continuar con “Luna de sangre”, una pieza muy rápida y cañera y con la que se aprecia como la banda sigue componiendo cada vez mejores canciones.
Turno ahora para el tema que abre su último trabajo hasta la fecha, ese verdadero himno que es “Obrero de derechas”, un corte que es ya un clásico y con el que me acabaron de enganchar, haciéndonos cantar el mismo, tras el que se mostraron encantados de estar allí y conocer esta sala, para seguir en su obra de hace 4 años con “Locos enajenados”, una canción con mucha fuerza, pero que contó también con diversos cambios de intensidad.
Tuvieron el detalle de dedicar, a uno de los presentes, el tema “Tierra quemada”, de su actual trabajo, ya que los había visto en otra visita a la ciudad hace 17 años, un corte muy rápido en su inicio, volviéndose pegadizo y contando con subidas y bajadas de velocidad, para, sin dejar su obra de hace 4 años, ser el turno de “Yonki de la adrenalina”, la cual comenzó con ese sonido constante y potente que tiene, siendo una canción muy pegadiza y quedona y que les quedó muy bien.
Esguinze
El siguiente corte, el todavía no editado “En nombre de diox”, fue dedicado a un cura de su zona, que abusó de muchos niños, ante la pasividad de buena parte de la sociedad, un tema que empezó lento, pero, al mismo tiempo, potente, con mucha fuerza y mucho mensaje incluido, antes de preguntarnos qué tal íbamos de pasos, a colación de la semana santa, para continuar con otro pieza que, dijeron, también habla de fantasmas, como era el caso de “Fantasmas del pasado”, de su actual trabajo, una canción que empezó calmada y tranquila, pero que luego fue cogiendo más fuerza y velocidad, sobre todo en ese pegadizo estribillo.
Sin pausa alguna, era el momento de tocar un par de cortes que todavía no han sido editados, siendo el primero de ellos “Disparo mecánico”, un tema que comenzó con fuerza y que luego se volvió muy machacón y quedón, para pasar a dedicar “Cultura rancia” a los que nos gusta la música, con una agradecida mención a esta web, dejándonos una pieza muy cañera y rápida, además de potente, y que se fue acelerando todavía más por momentos.
Esguinze
Vuelta a su último disco con otro par de temas, comenzando con “Niño soldado”, el cual arrancó de manera guitarrera, aunque calmado al mismo tiempo, para luego el corte coger más velocidad, contando con unos coros muy logrados y ese buen sonido de ambas guitarras, escuchándose algún grito de no pasarán, antes de continuar con “Frente al espejo”, y es que, como nos dijo su cantante, le gusta, por las mañanas, hablarle al tipo del espejo, empezando con mucha fuerza y contando con un estribillo muy quedón y muy pegadizo, dejándonos otro gran himno.
No había tiempo que perder y tocaron otro tema no publicado, “Dejarme llevar”, un corte con un ritmo rápido y machacón y que contó con un muy buen solo de guitarra, para, más adelante, relajarse brevemente y luego acelerarse, regresando a su actual obra, preguntándonos antes de que empresa éramos, refiriéndose a los clubs de fútbol actuales, siendo el momento de “Odio el fútbol”, una muy buena pieza, con ese ritmo oriental que tiene en esa parte inicial, dejándonos una canción muy pegadiza, de las que se te quedan muy bien y con mucho mensaje intrínseco.
Pero todo lo que empieza suele acabarse y su tiempo esta noche también, como allí mismo nos anunciaron, para tocar un tema no editado, llamado “Flechazo químico”, que fue presentado como un corte de amor, el cual empezó tranquilo, pero que luego fue acelerándose, para despedirse, agradeciendo a Juan, del Rock Beer The New, el trato recibido, animándonos a irnos con ellos al “Centro psiquiátrico”, la pieza que daba nombre a su anterior disco y la única que sonaría de esa primera etapa de la banda, una canción muy pegadiza y que nos hizo cantar y botar con ella.
Esguinze
De esta manera y después de, más o menos, 45 minutos sobre las tablas, acababa la actuación de unos Esguinze que dieron un grandísimo concierto, muy intenso y dándolo todo, pese a la poca afluencia de gente, pero los que estuvimos viéndolos disfrutamos de su velada, logrando conectar con la concurrencia en todo momento, a base de esos mensajes directos y de su actitud sobre el escenario.
Sin duda, esta banda ha dado un importante paso adelante con su último disco, algo que, visto lo visto, va a seguir con las nuevas composiciones, con un estilo más callejero y contundente, logrando un sonido que, al menos a mí, me gusta más y que hace que sus músicos puedan lucirse más, pero sin perder la esencia de esta formación, que ya ha pasado de las dos décadas en activo y que siguen divirtiéndose con lo que hacen.
Desde luego Esguinze es una banda que has de ver en directo para que te contagien esa adrenalina que desprenden en sus conciertos; no te los pierdas y lo pasarás muy bien y, seguro, te harán reflexionar.
Después de despedirme de parte de los presentes y de comprar los discos de los de León, me fui del Rock Beer The New de Santander, muy contento por lo vivido, gracias a dos bandas tan diferentes como Amia y Esguinze, que nos ofrecieron muy buenas actuaciones, aunque, una vez más, decepcionado por la escasa afluencia de la gente, que parece preferir gastar un pastizal en ver a esos viejos dinosaurios, que ya no aportan nada, en vez de acercarse a conocer grupos menos conocidos y que son los que hacen que la escena siga viva, como ocurrió esta noche y, además, en la celebración de los 37 años del Rock Beer The New.