Para aquellos como yo, la oportunidad de asistir a un festival como este es como el día de Acción de Gracias. El recinto, normalmente reservado para artistas de mayor envergadura, se transformó para dar cabida a la música "Made in Spain", y debo felicitar a la organización por el éxito de esta audaz empresa. El Wizink Center en su versión "The Ring" lucía imponente, y eso merece un reconocimiento.

Crisix, una presencia imprescindible en cualquier festival, demostró una vez más su capacidad para contagiar diversión y alegría. Su enfoque despreocupado y su habilidad para hacer que el público se sumerja en la experiencia son destacables. A pesar de la hora poco habitual y del ambiente algo inusual, lograron conquistar a la audiencia, incluso incitándola a entregarse a los pogos con respeto, por supuesto. El emotivo gesto de realizar una videollamada a Javi, el baterista ausente por motivos de salud, añadió un toque de simpatía que hizo que más de uno se deshiciera de su camiseta.

"Esto es Madrid", y como tal, debía estar representado en el festival. La legendaria banda Hamlet se encargó de llevar el estandarte de la capital. A pesar de no ser un seguidor acérrimo, pude apreciar la emoción palpable en el ambiente mientras la banda, liderada por Molly y Luis, se presentaba en un escenario tan emblemático después de más de 30 años de trayectoria. Su actuación estuvo respaldada por una multitud que coreaba sus temas clásicos, creando un momento verdaderamente especial.

Si Hamlet estaba viviendo un sueño, Angelus Apatrida estaba conquistando la realidad a paso firme. Originarios de Albacete, están dejando su huella en Europa y más allá. Su emoción al pisar el escenario del Wizink Center fue evidente, a pesar de su éxito internacional. Su presencia en el festival destacó no solo por su calidad musical, sino también por su entrega y profesionalismo, demostrando que están un paso por encima del resto en el panorama del metal español.

La puntualidad y la organización del evento fueron aspectos destacados, especialmente para tratarse de la primera edición del Kaos Zone Fest. La atención al detalle y el cuidado en la planificación son dignos de elogio, y es de esperar que mantengan este estándar en futuras ediciones.

Soziedad Alkohólika cerró el festival con broche de oro, demostrando por qué son una de las bandas más queridas en el circuito del metal español. A pesar del desafío de seguir a Angelus Apatrida, lograron conquistar al público con su energía y su mensaje directo. Fue una noche para recordar, llena de música potente y momentos emotivos, que dejó a todos con ganas de más.

En resumen, la primera edición del Kaos Zone Fest fue un rotundo éxito, tanto en términos de organización como de calidad musical. Siempre hay margen para mejorar, pero en esta ocasión, solo puedo expresar mi más sincera enhorabuena a la organización y esperar con ansias el Kaos Zone Fest 2025. ¡Que venga cargado de más música, más emoción y más momentos inolvidables!