Tras largo tiempo sin pisar Madrid, la formación asturiana de rock Baja California, se reencontró el pasado día 6 con un público local deseoso de verlos, así como con una pequeña legión de incondicionales que los siguen allá donde van.
Después de un accidentado viaje desde León, donde habían tocado la noche antes; los asturianos se encontraron con que la persona responsable de la programación de la Sala La Caverna -que debía haber abierto sus puertas a las 21:00- había incluido un espectáculo previo sin notificarlo, retrasando así el montaje del escenario y la prueba de sonido, así como el inicio del concierto, que empezó con casi hora y media de retraso, provocando malestar y enfado en algunas de las personas que esperaban pacientemente para ver el show.
Baja California
Poco antes de las 22:30, los cinco integrantes de la banda fueron atravesando uno a uno una sala a rebosar de público para tomar posiciones en el escenario. Bastaron los primeros acordes de “Caída libre” para que aquellos que habíamos conocido a los asturianos en su vertiente acústica cuando en mayo de 2021 telonearon a Kutxi Romero en Vistaalegre, nos quedáramos perplejos ante la energía y la actitud que derrochan sobre el escenario en su formato eléctrico.
No hubo presentaciones, no hubo asalto de tanteo; la banda salió a matar y el público le correspondió desde el primer momento, cantando, saltando y bailando en cada canción; dándolo todo y moviéndose en perfecta armonía salvo por un par de elementos discordantes que no parecían tener muy claro dónde estaban.
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El plan estaba claro: reconquistar Madrid después de tres años y presentar el nuevo álbum “Electricidad”, tercer LP de la banda recientemente publicado por El Dromedario Records, posiblemente el sello más importante del rock nacional, y producido por Dani Sevillano con la colaboración de Pablo Viña. Y como todo plan necesita de una estrategia, ésta, igualmente clara, consistía en dejar en aquella sala cuanto sudor y sangre fueran necesarios para cautivar al público madrileño.
Para ello se sirvieron de un recorrido por las canciones más potentes de su discografía y que mejor han demostrado funcionar en directo, centrándose en el nuevo trabajo, pero sin descuidar algunos temas algo más antiguos como “Es la hora” o “Blanco y negro”, que fueron intercaladas con “Electricidad”, pieza que da nombre al disco y cuyo videoclip resulta ciertamente perturbador; y “Tiempo suicida” , segundo corte del LP que estaba siendo presentado.
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Y así fueron combinando, con destreza y maestría, las nuevas canciones con aquéllas que el paso del tiempo ha convertido en su seña de identidad (“Hoy toca no dormir”, “El último hombre en pie”…) satisfaciendo así los anhelos de un público que parecía disfrutar de cada segundo y que tuvo la oportunidad de sentir muy cerca a los músicos, sobre todo cuando algunos de ellos bajaron del escenario durante “Dueños de la noche” para perderse entre los asistentes.
Pero como todo lo que empieza ha de terminar, tras una desgarradora versión de “Hay poco RNR” de Platero y Tú que hizo las delicias de los más viejos del lugar (redactor incluido) tocó despedirse con la canción “Años atrás” perteneciente al disco Horizontes, de 2018.
En resumen, podríamos calificar el evento como un éxito rotundo a pesar de las dificultades. Una banda sobresaliente, un público inmejorable y unas canciones que emocionan y obligan a gritar y sonreír. Sin duda, el cócktail perfecto para la presentación de un disco que promete dejar una profunda huella en el imaginario del rock en español.