Dicen que todos los caminos llevan a Roma, bueno y en este caso no andamos muy lejos, sin calzada romana en el camino, más bien la Ruta de la Plata que lleva desde Sevilla a Mérida, tuvimos el enorme placer de visitar de nuevo, el impresionante teatro romano en el ciclo musical Stone & Music Festival que se organiza en Mérida, ya son varios años los que nos dejamos ver por tan espléndido lugar, bandas como Deep Purple o Europe han pisado el teatro estos años anteriores, un ciclo tan variado donde en un mismo año pueden tocar Raphael, Tom Jones, Amaral o los mismísimos The Black Crowes, no suele fallar uno o dos grupos de índole más rockera en cada edición.

Así que cuando vimos la oportunidad de poder ver a los hermanos Robinson y sus “The Black Crowes” en su última fecha de esta gira, y además como única visita a España, no lo dudamos y carretera y manta, como se suele decir. Dato curioso que la última vez que estuvimos aquí con Europe en Septiembre 2023 era la primera fecha de su tour que daba comienzo, y para esta ocasión los estadunidenses se despiden de la gira en el teatro.

Casi 15 años tuvimos que esperar para que la banda nos dejara un nuevo disco de estudio, “Hapiness Bastards” (2024), y es que es sabido que en todos estos años de su carrera, los vaivenes entre los hermanos Robinson han sido múltiples, separaciones, disputas... y todo ello ha repercutido en que la carrera discográfica de la banda no haya sido tan productiva.

Llegando andando a la zona del teatro escuchamos algo de “jaleo” y deducimos que estaban inaugurando la placa de la banda en el “paseo de la fama” musical llamado “Via Musicorum” que se situa en una de las calles principales aledañas al teatro y que conducen hasta el, y así era, multitud de gente se agolpaba junto a las vallas que habían situado, y en esta ocasión, no toda la banda, sólo los hermanos, se dispusieron a descubrir la placa con sus firmas y logo de la banda, saludaron algunos de los fan que estaban allí esperando y se marcharon, entre seguridad, para calentar motores, ya que pronto daría lugar el show.

Con puntualidad y con “It's a Long Way to the Top (If You Wanna Rock 'n' Roll)” de AC/DC como intro sonando, se dispusieron a salir los hermanos Robinson, Chris y Rich; Sven Pipien al bajo, el cual es un fijo en la banda desde 1997, y como más reciente para estas últimas giras, el argentino Nico Bereciartua a la guitarra, Cully Symington a la batería y Erik Deutsch a los teclados. El setlist empezaría con 2 temas de su último trabajo de estudio, anteriormente mencionado, “Bedside Manners” y “Rats and Clowns”; Como suele caracterizar al recinto, el sonido fue impecable durante el show, limpio y diferenciándose cada instrumento sin empastarse. Rich es un frontman al estilo de los de antes, puro rock and roll en las venas, sabe ganarse al público. Pronto empezaron a dejarse caer con temas antiguos, como “Twice as Hard” o “Sting Me” y un espectacular “Sometimes Salvation”.

Es habitual en sus conciertos escuchar varios covers y sorpresas, y no faltaron, una de ellas fue “White Light/White Heat” de Lou Reed y sus The Velvet Undeground, todo el público de pie y bailando, fue así desde el comienzo hasta el final del concierto, es la primera vez que nos pasa en este recinto, donde el público habitualmente permanece sentado salvo en algún tema, no fue el único cover de la noche como hemos mencionado, por supuesto no podía faltar “Hard to Handle” de Otis Redding, aunque este tema, como suele pasar a menudo, la popularidad del cover sobrepasa a la original, y ya es seña de identidad de los hermanos. Siguieron intercalando temas de su nuevo trabajo, como fue “Wanting and Waiting” con “Thorn in My Pride” o una preciosa en directo “She Talks to Angels”, sin duda uno de los temas que mejor sonaron esa noche, y quedó muy conjuntada con los coros femeninos que tenía la banda.

Ya en el tramo final del concierto pudimos escuchar otra de sus primeras creaciones “No Speak No Slave” y otra más reciente “Flesh Wound” que igualmente sonó también muy bien. A título personal no me dio la impresión de que la química entre los hermanos fuera la mejor, interactuaron entre ello lo mínimo y justo, pero eso no afectó a que el sonido y la actitud de la banda fuera impecable esta noche. Para acabar no podía faltar por supuesto “Jealous Again” que quizás fuera de las más coreada por el público junto con la que cerró el setlist principal, “Remedy”, tema bandera de la banda desde sus comienzos en los 90'. Con ello la banda se despidió tímidamente para volver y dejarnos un último regalo, en forma de un nuevo cover (este suele cambiar en cada concierto), en esta ocasión sería “God's Got” del “reverendo” Charlie Jackson.

El concierto fue una noche de homenaje al rock, desde sus bases, hasta las influencias que tiene la banda de una época más moderna como la de los 70', no sabemos si pronto podremos volver a disfrutar del directo de los hermanos Robinson o volverán a pasar muchos años y se centraran en sus proyectos en solitarios, pero sin duda ha sido un placer poderlos ver y en este enclave tan especial más aún. En unos pocos días volveremos al teatro para asistir al concierto de otros míticos del género, los británicos Status Quo.