Me pongo a imaginar, yo soy mucho de hacerme películas en la cabeza, y no quisiera haber estado en la reunión en la que se decidió este concierto, y mas concretamente, el orden del mismo. Seguro que alguien salto “vamos a hacer un concierto de Rock elegante, tenemos a The Jayhawks, nos falta quien los acompañe” y a alguien le salió el nombre de Los Zigarros. Dos épocas, dos estilos, dos formas opuestas de entender el rock, bien, bueno, hasta aquí podría funcionar, ahora bien, ¿a quien ponemos primero que orden?, y aquí es donde me pierdo en divagaciones incluso me da para hacer una serie de Netflix.
Y es que, si bien Los Zigarros son uno de los nuestros, no es menos importante el hecho de que estamos hablando de una banda con una trayectoria de cuarenta años a sus espaldas, menuda decisión, menuda responsabilidad, pensar con la cabeza o con el corazón.
The Jayhawks
La banda capitaneada por Gary Louris salía con un sol de justicia a ofrecernos ese sonido americano tan característico que nos enloquece. ¿Conocéis esa sensación de que algo gordo va a pasar según ves entrar a escena a una banda que desprende personalidad incluso sin haber aun agarrado las guitarras? Pues eso me sucedió, ver tan solo tomar posiciones a The Jayhawks ya te enciende absolutamente todas las alarmas de tu cuerpo.
Y vaya si paso, un tsunami de rock americano elegante de ese que solo sabe hacerse en el país de la barras y estrellas. La paz que trasmiten con cortes como “Angeline” es sublime, si es que ni si quiera tienen que esforzarse mucho para que sea realidad eso de “I´m gonna make you love me”, como no se les va a querer, es imposible.
The Jayhawks
Siempre me ha llamado muchísimo la atención un batería que tenga el suficiente control como para darle a las baquetas mientras pone al servicio del grupo su voz, y Tim es uno de esos, un autentico metrónomo, ni una pegada fuera de sitio ni descoordinada mientras ayuda vocalmente a Gary, al igual que Karen sentada a sus teclados.
Y es que una seña de identidad de Jayhawks es esa precisa y preciosa base vocal que dibuja preciosos paisajes del rock americano más técnico y elegante. Yo soy uno de los hermanos Tormo y según estoy escuchando desde el camerino lo que esta sucediendo voy pidiendo un Uber para salir de allí lo antes posible. Benditos sean los clásicos.
The Jayhawks
La pista del botánico estaba a rebosar, y por las reacciones muchos habían ido a ver principalmente a los de Minneapolis, temí una espantada, pero no, y es que no hay nada como el respetuoso publico del Rock.
En este caso la calma precedió a la tempestad, y es que Ovídi debió pensar “tú a elegancia me puedes ganar, pero a Rock con dos pelotas…aquí están las mías”, y efectivamente, los valencianos salieron completamente desatados volando el peluquín a mas de uno. Se habían terminado las medias tintas, era momentos de destrozar los tímpanos del personal y para eso que mejor que un buen puñado de temas de rock en castellano que se sepa todo el mundo.
Los Zigarros
“Hablar”, “Cayendo por el agujero”, “Resaca”, “Dispárame”…imposible quedarse quieto. Volaban cervezas, literalmente, mientras Alvaro maltrataba su guitarra y se partía el cuello dando cabezazos. Se acabo la especulación, Los Zigarros habían puesto a sudar a todo el mundo, mayor, menos mayor e incluso la chiquillada que había también, que gozada ver que aun hay esperanza de futuro. Ovídi soltaba las guitarras para sentarse al teclado, un teclado que todo sea dicho limitaba bastante los movimientos al estar ubicado en el centro del escenario a la izquierda del micro, desde el punto de vista de alguien que no es nadie, debería dejarse ese espacio libre y que algún miembro del staff lo sacara cuando fuera necesario, pero ojo, que no soy nadie para decir esto. Unos bises muy acertados, “Apaga la radio”, “Malas decisiones”, “Dentro de la ley” y “Que demonios hago yo aquí” daban por finalizado un domingo de autentico rock and rol. De vez en cuando hay que cambiar los domingos de sofá y peli por domingos de desenfreno y buena música.
Iba camino del coche para volver a mis aposentos y aun no tenia muy claro si se había acertado con el orden de las bandas, y mira que me gustan Los Zigarros pero haber visto a The Jayhaws en una atmosfera más íntima en la oscuridad del precioso Jardín Botánico hubiera sido algo orgásmico, pero eso, ya nunca la sobremos.