Tantas cosas que decir… Más de diez horas en la carretera. Más 50 minutos todos los días de ida y otros tantos de vuelta. Y del hueco en la cuenta corriente mejor ni hablo ¿Mereció la pena tanto por Hellfest? No iba solo, y sé que si preguntas a mis acompañantes te darán una respuesta diferente a la mía. Sea como sea, intentaré contestar a esta pregunta durante las crónicas del festival.
¿Por dónde empezar? Con un festival masivo, donde siempre hay tres actuaciones a la vez, es complicado. Por suerte, a diferencia de otros, las distancias entre ellos son cortas. Yo me decanté por comenzar en el Mainstage 1 con Asinhell. ¿Death metal? Ok, pa’lante. Pero lo que verdaderamente me atrajo de ellos fue el ver a Michael Poulsen, su guitarrista, y al que muchos conoceréis por ser el líder de Volbeat, en un contexto completamente diferente. Y fue un acierto. Público 100% entregado, banda dándolo todo sobre el escenario, y desde luego un Poulsen encajando como anillo al dedo.
Asinhell
Ok. Festival estrenado. Casi por inercia viré al Mainstage 2 para disfrutar de Bleed From Within, que elevaron la temperatura, literalmente, por el fuego presente de manera casi constante. El ambiente iba mejorando y no sólo por lo desplegado sobre las tablas sino también por lo asistentes, que iban adaptándose al medio, cumpliendo con uno de los rituales necesarios de todo buen evento de estas características: el crowdsurfing. Muy pocas actuaciones que vi estuvieron exentas del mismo.
Sin moverme de mi posición tocó ver cómo se las gastaban Slaughter To Prevail en el stage contiguo. Si no es en una circunstancia así, nunca me encontraría con ellos. Sí, un no parar de todos sus integrantes, sí, también dándolo todo abajo… Y quizá muchos de los que estéis leyendo esto, hayáis estado o no, conozcáis el punto a destacar de esta descarga: el wall of death más largo de la historia, o así creo que se ha catalogado. Su vocalista, Alex Terrible, insistió e insistió en separar al público en dos. Que más atrás también. Pero aún más. Bajó entre ellos para hacerlo más largo… Creo que queda claro. Y sí, fue muy largo. En los vídeos se ve espectacular. Allí no tanto. Y sobre todo, fueron casi diez minutos de preparación. Pero, ¡hey! Ese momento va a ser compartido años y años.
Bleed From Within
Lo anticipo, a diferencia de lo que veréis en las crónicas de los siguientes días, este no fue en el que yo destaqué por mi imaginación o investigación, por lo que moverme de los Mainstage ni lo contemplé, así que me vais a permitir que no haga más referencia a ellos en el resto del texto.
Ice Nine Kills fueron los siguientes. Por razones que no vienen al caso, no pude verlos en su última visita a Madrid y aquí me desquité. Conocía su música pero no su puesta en escena, simulando asesinatos perpetrados por psicópatas, con sangre, personas disfrazadas de diferentes caracteres que acaban siendo mutilados, torturados… Un homenaje al cine de terror, pasando desde American Psycho a Pesadilla en Elm Street. Espectacular. Y como colofón, Spencer Charnas acabó tirándose del escenario al público.
Ahora tocaría hablar de Kerry King, pero nunca he sido un seguidor de Slayer, así que fue momento de descansar y no me arrepiento, porque vino una de las actuaciones más locas del festival: Babymetal. Las pude ver hace menos de un año y en Clisson no se quedaron atrás. Fue comenzar “BABYMETAL DEATH” y desatarse la locura. Una pena que aquí Electric Callboy no pudieran estar con ellas para “Ratatata”, porque a saber la que se pudiera haber liado. Una constante de saltos, de crowdsurfing, de gritos, de cantar todo aunque de japonés no se pasara de dos o tres palabras.
Ice Nine Kills
Tras ellas tocó el turno de una de mis bandas fetiche de siempre: Megadeth. Hacía muchos años de la última vez que les vi, y creía saber lo que me iba a encontrar. Sin embargo, el estado de la voz de Dave Mustaine… bueno, voz, era nefasto. Nunca fue un gran cantante, pero destacaba por tener un timbre único. Ahora es que no tiene. Le dio para dos canciones: la inicial “The Sick, the Dying… and the Dead!”, y tras una pausa, “Skin o' My Teeth”. El resto fue una constante de ahogos y no poder hacer ni lo más simple. Una lástima. Aunque musicalmente impecables. No quisiera terminar de hablar de Megadeth sin destacar lo raro que es escuchar “Symphony of Destruction” fuera un país hispanohablante. Como que le falta algo.
Y con esto finalizó mi aventura el primer día. No soy un crío y quedaban tres jornadas más por delante. Con Avenged Sevenfold no se me había perdido nada y quedaban muchas horas para Dropkick Murphys o Cradle of Filth.