Tras unas cuantas horas de carretera, llegábamos a las inmediaciones del festival, observando como se respiraba ambiente heavy por las calles de la localidad alicantina de Villena. Desde el coche pasamos como siempre por las zonas de acampada de sol y sombra y pudimos ver una de las novedades del festival para esta edición, las tiendas de campaña de “lujo” del denominado Glamping, que facilitan a los usuarios el no tener que llevar tienda de campaña y demás bártulos a cuestas, tal como si se tratase de una habitación de hotel. Por lo demás, todo seguía con un aspecto muy similar a las ediciones anteriores: el acceso al parking y la ubicación del mismo, la localización de las taquillas, el acceso al recinto del festival, las breves y rápidas colas para acceder al recinto, el pertinente registro ágil y eficiente de macutos y mochilas, la ubicación de los tres escenarios, los puestos de merchandising (situados en el margen derecho mirando hacia los escenarios principales), los servicios (distribuidos en las inmediaciones del escenario pequeño y a la izquierda del acceso a la explanada de los escenarios principales), las barras tanto de los escenarios principales como del escenario Mark Reale, etc.

Una vez dentro del polideportivo de Villena e intentando aclimatarnos a las altas temperaturas que en ese momento castigaban a los presentes, pudimos observar como el césped de la explanada de los escenarios principales era casi inexistente en esta XVII edición del Leyendas del rock, incluso con zonas en las que había barro y marcas de ruedas de tractor. A pesar de ello, nos sentimos como en casa, como no podía ser de otra manera, pues ya son varios los Leyendas a los que hemos asistido y fuimos viendo ya caras conocidas y parándonos a saludarlos. Justo enfrente de las taquillas destinadas a la adquisición de tokens estaba ubicada la taquilla para la adquisición de los abonos de la edición de 2025 y, como no, una larguísima cola que llegaba casi hasta el acceso de la zona de prensa de los escenarios principales.

Sin mucho más tiempo, los encargados en esta ocasión de abrir la XVII edición del Leyendas del Rock serían All For Metal con no demasiado público y, por tanto, con posibilidad cómoda de sombra. Para darles paso subieron al escenario el responsable del Leyendas, Marcos Rubio, y el vocalista de “Ángelus Apatrida”, Guille (Guillermo Izquierdo), gritando a pleno pulmón “All for Metal” en repetidas ocasiones, mientras que otras personas lanzaban al público algunas botellas de agua y camisetas.  

Y tras esta escueta y feroz presentación arrancaban los germano-italianos con el tema que lleva el propio nombre de la banda “All for metal” de su primer disco “Legends” con ambos vocalistas, Antonio Calanna y Tim Tetzel “Schmidt”, subidos en alto y con algo de pirotecnia. Desde el primero de los temas, dos chicas acompañan con coreografía, siendo uno de los principales reclamos de atención para el público masculino en especial. Tanto el batería, Leif Jensen, como el bajo, Florian Toma, llevan máscaras que ocultan sus rostros, mientras que las dos guitarras, Ursula Zanichelli y Jasmin Pabst, aparecen sin ocultar sus rostros. Tras el primer tema, saludan en un chapurreado español al público leyendero, para seguir con bastante movimiento de todos los miembros sobre el escenario De la Rosa y con buen sonido con la interpretación de temas como “Fury of the Gods” o “Born in Valhalla” Los vocalistas ataviados con estilo “vikingo” llevarían las riendas del show, dejando frases entre tema y tema como: “Hola gente bonita”, pronunciada por el musculado y enorme Tim Tetzel “Schmidt”, quien también sacaría un martillo de Thor con el que fingiría romper una mesa.

La banda de Heavy Metal mantuvo expectantes a todos los presentes y hasta en un par de ocasiones subiría al escenario una niña de 5-6 años, una de ellas para llevarse el martillo del dios nórdico. Conforme avanzó el concierto, tuvimos la ocasión de ver a Antonio Calanna (uno de los vocalistas) cantar desde el foso muy cerca del público. Las bailarinas fueron mostrando un gran espectáculo en el que no faltaron abanicos, tambores de percusión o el lanzamiento de dos camisetas exclusivas del concierto en el Leyendas que ellas mismas se encargaron de quitarse mutuamente para deleite del público. La banda que inició su andadura en el año 2022, ofreció un gran show, con un bajo enloquecido recorriéndose el escenario durante la interpretación de temas como “Gods of Metal” o “Goddess of War”, con la que cerrarían su actuación, acompañados de las coreógrafas en esta ocasión con un body negro y dorado, muy elegantes, puesto que el tema lo dedicaron a las mujeres. Para cerrar el concierto, la pirotecnia volvió a estar presente y la banda se encargó de lanzar algunos globos negros de gran tamaño para entretenimiento de los presentes. Buen arranque del Leyendas de 2024.

Pocos minutos después, empezaría la música y el espectáculo en el escenario Azucena de la mano de los estadounidenses Born of Osiris para descargar su deathcore sobre un público que empezaba a poblarse de forma notable. A estas alturas nos habíamos aclimatado perfectamente a la temperatura alicantina gracias a la colaboración del viento y de la sombra. La formación estadounidense se plantó en un escenario en el que contaron con proyecciones en la pantalla, que se irían modificando con los distintos temas, abriendo su concierto con “Open Arms to Damnation”.

Los miembros de la banda liderada por el vocalista Ronnie Canizaro lograron que se formasen los primeros pongos del festival. Con un aspecto y estilo muy acorde a su metal progresivo (vestidos de negro, algunos de ellos con melena larga, tatuajes coloridos o gafas de sol), nos llamó la atención la guitarra sin clavijero de Lee McKinnney. Tras un pregrabado al finalizar el primero de sus temas, sonaría “Divergency” de su álbum “Tomorrow We Die Alive” de 2013, para confirmar un muy buen sonido. Aprovecharíamos mientras que seguía la descarga de Born of Osiris y mientras que se pulverizaba agua al público más próximo al escenario y más entregado al concierto de los americanos, para dar una vuelta por el festival y echarles un ojo a los puestos de Merchandising y así comprobar como había un autobús junto a éstos de tatuajes.

Nos acercamos al escenario Mark Reale para ver a la banda española Opera Magna de power metal y nos sorprendió la gran cantidad de público que abarrotaba la cancha donde se ubica el escenario pequeño. Pudimos disfrutar del tema “Donde latía un corazón”, que grabarían ellos mismos en directo para posteriormente hacer un videoclip o “La muerte de un poeta” de su último álbum “Heroica” publicado en marzo del presente año. Nos gustó la entrega de los miembros de la banda y el sonido que estaban ofreciendo en un escenario que nos consta tuvo muchos problemas de sonido a lo largo de las jornadas del festival, pero la voz de José Vicente Broseta y el sonido de los guitarras, Enrique Mompó y Francisco Javier Nula, del bajo, Alejandro Penella, y del batería, Nacho Sánchez, nos parecieron realmente buenos. Volvemos a los escenarios grandes cuando ya ha terminado Born of Osiris y esperamos el inicio del concierto de la banda germana The New Roses, que arrancaría de forma puntual a las 19 horas.

La banda de hardrock comenzó su show con “The usual Suspects” de su último álbum “Sweet Poison” publicado en 2022, con un vocalista, Timmy Rough, muy sonriente y muy entregado. El buen sonido de la banda en tierras alicantinas se confirmó con el segundo y tercero de sus temas “It’s a Long Way” y “Nothing But Wild” de sus álbumes “Dead Man’s Voice” (2016) y “Nothing But Wild” (2019). Las interacciones con el público fueron progresivamente en aumento y la entrega de los asistentes fue en consonancia con el magnífico concierto que los germanos ofrecieron. Nos deleitaron con un cover de la canción de Neil Young “Rockin’ in the Free World”, para disfrute de todos con un gran solo de guitarra de Norman Bites.

Tras un brindis con una lata de cerveza, el vocalista ruega al público que se aproxime a ellos y siguen sonando temas como “Gimme Your Love” que sería coreada por el público leyendero, o “Forever Never Comes”, que cantaría desde el foso y, posteriormente, entre el respetuoso público de Villena. El final del concierto de la banda nos dejó en la retina los movimientos coordinados del bajista (Hardy) y del guitarra (Norman Bites), así como la brillante interpretación de los temas “Down by the River” o “Thisty”. Gran concierto y ganas de volver a verlos.

Sobre las 20 horas de la tarde arrancaría de nuevo una banda germana, en este caso sobre el escenario Azucena. Se trataba de Kissin’ Dynamite y lo harían con toda la banda en alto por encima de la batería, pues el escenario presentaba doble altura con doble escalera. Los dos guitarras, Ande Braun y Jim Müller; el bajista, Steffen Haile; el batería, Andi Schnitzer y, por supuesto, el vocalista, Johannes Braun, dieron un gran concierto y reemplazaron con una nota de notable alto a los americanos “Dokken”. Los alemanes eligieron para empezar su show “No One Dies a Virgin”, mostrándonos ya con esta su heavy metal y un derroche constante de energía, colaborando también en la labor de los fotógrafos en estos primeros compases.

Con un español discreto Johannes fue presentando los temas sin que esto supusiera una pausa excesiva en la interpretación de los temas. Así, “Sex Is War”, “My Monster” o “Love Me, Hate Me” contribuyeron a consolidar un gran espectáculo en el que también sacarían una bandera que harían hondear mientras interpretaban uno de los temas. Pero, sin duda, los dos grandes momentos del show de los germanos llegaron con “I Will Be King”, para la que proyectaron en las pantallas la sala de un palacio real y pondrían en la parte alta del escenario un trono sobre el que se sentaría Johannes con una capa roja y una vara de mando, y con “Not the End of the Road” con la que se pasearía en una lancha hinchable sobre el público. Muy buen show, perfecto para el Leyendas del Rock.

Y llegaba el turno de uno de los grupos más destacados del cartel de la presente edición del Leyendas, Behemoth. Los polacos comenzaron su actuación ocultos tras un gran telón blanco para hacer un curioso juego de sombras, mientras sonaba “Post-God Nirvana” y se veían sus siluetas con algunas referencias a personajes de terror como Nosferatu. Tras dejar caer el telón blanco, como esperábamos aparecieron los cuatro miembros de la banda plenamente caracterizados, con los rostros pintados de blanco e interpretaron “Once Upon a Pale Horse”. Una serie de luces rojizas y amarillentas parpadeaban al vertiginoso ritmo de la música y empezaron a caer temas como “Ora Pro Nobis Lucifer”, “Conquer All” y “Ov Fire and the Void”.

La mítica banda polaca de black death metal hizo un gran alarde de su extensa carrera musical y dio buena muestra de su experiencia sobre los escenarios. Liderados, como no podía ser de otra manera, por su vocalista y también guitarra Nergal, acompañaron su repertorio con bastantes cañones de humo y fuego, llamándonos la atención que el fuego no solo apareciera en la parte más pegada al público, sino que también aparecía en medio del escenario, separando a la banda en dos: batería, que quedaba tras la segunda cortina de fuego, y guitarra, bajo y vocalista, que quedaban delante de esta línea de fuego y la más pegada al público.

Aunque algo alejados del escenario debido a la gran afluencia de público, conforme avanzó el concierto, observamos como el maquillaje de los integrantes se fue modificando y para la interpretación de algunos temas se cubrieron la cabeza con capuchas, así como que portaron antes del inicio de algún tema antorchas. Otros temas que descargaron sobre las tierras alicantinas de forma brillante y contundente fueron “Demigod” del álbum del mismo nombre de 2004, “The Deathless Sun” de “Opvs Contra Natvram” de 2022 o “Blow Your Trumpets Gabriel” de “The Satanist” de 2014. Para cerrar su repertorio, eligieron “Chant for Eschaton 2000” y “O Father O Satan O Sun!”, poniendo sin lugar a dudas el listón muy alto tanto en la ejecución instrumental como en lo visual y escenográfico.

Tras la actuación de los polacos llegaba el turno de otro de los cabezas de cartel, Amon Amarth. Para ver a los suecos se agolparon ya desde parte de la actuación de Behemoth multitud de público en las inmediaciones del escenario Azucena, en el que lucía un gran casco vikingo y sobre este la batería de Jocke Wallgren, que sería uno de los reclamos visuales durante el concierto, así como dos grandes estatuas de soldados vikingos (drakkars) simulando ser de piedra a ambos lados de este.  La banda inspirada en la mitología nórdica y liderada por Johan Hegg comenzó con su tema “Raven's Flight” de su álbum “Berserker” de 2019.

La actuación de los suecos estuvo acompañada de fuego desde el principio y volvimos a ver como eran dos las franjas que se delimitaban con el mismo, tal como se ha descrito en la actuación de Behemoth, pero, en este caso, la aparición de las llamas venía acompañada de una fuerte explosión. Si durante el primero de los temas en los ojos del casco había una proyección que simulaba estar en llamas, la misma fue cambiando con cada uno de los temas: olas de mar, humo, nubes, paisaje de ciudad, símbolo nórdico, rayos de tormenta, ojos que pestañean, etc. Tras la interpretación del segundo de sus temas “Guardians of Asgaard” el vocalista se dirigía largo y tendido al público con una iluminación que lo destacaba en mitad de la oscuridad del resto del escenario. Seguirían dando lecciones de una brillante ejecución con “The Pursuit of Vikings” y “Deceiver of the Gods”, acompañándose de la presencia de un hombre disfrazado de demonio sobre el escenario, que portaba un casco con cuernos, capa y lanza y en su rostro destacaban brillantes ojos verdes.

El propio Johan acabaría golpeándole. Otros temas que formaron parte del repertorio fueron “Heidrun”, “War of the Gods”, “Put Your Back Into the Oar” o “The Way of Vikings”, esta última de su álbum “Jomsviking” de 2016. Con un público sumamente entregado que abarrotaba el polideportivo de Villena, sacarían la mitad del barco coronado con un dragón, así como que saldrían dos caballeros que se baten en duelo con espadas y escudos. Los asistentes más valientes y atrevidos se dejarían llevar en volandas por el público hasta el foso. Tampoco faltaría un brindis en sus cuernos vikingos con el público, el lanzamiento de confetis y la presencia de la serpiente nórdica gigante, Jörmungandr, la serpiente de Midgard según la mitología vikinga.

Llegando ya al final del repertorio sonaron temas como “Raise Your Horns” o “Crack the Sky”, para cerrar con “Twilight of the Thunder God” con el vocalista empuñando un martillo de Thor y provocando tras golpearlo contra el suelo una nueva explosión acompañada de las cortinas de fuego. Con el mismo martillo terminaría golpeando a la gigantesca serpiente y aparecería una lluvia de bengalas a modo de cortina entre el batería y los demás miembros. Los suecos no defraudaron a ninguno de los allí presentes y dejaron bien claro, porque tenían que ser uno de los cabezas de cartel de la XVII edición del Leyendas.

Después de la gran inmersión en la mitología vikinga, llegaba el turno de Brother of metal, a quienes ya tuvimos ocasión de ver en el mismo escenario del Leyendas (Jesús de la Rosa) en su edición de 2022, es decir, que seguimos metidos en el ambiente nórdico. Esta vez se les premió con una muy buena hora de actuación, pues el show de la banda sueca de power metal empezó a las 00:20, a una hora en la que la temperatura era bastante agradable y no como en aquella actuación de hace dos años en la que, si no abrieron jornada, serían los segundos en el orden del día.

De nuevo, los suecos brindaron una muy buena y entretenida actuación en Villena, repleta de bromas, comenzando su actuación con “The Death of the God of Light” y “Prophecy of Ragnarök”, ambas de su álbum “Prophecy of Ragnarök” de 2017. En la pantalla del escenario proyectaron la portada del álbum que verá la luz en el mes de noviembre “Fimbulvinter”. El show liderado por los tres vocalistas, el musculado Joakim Lindbäck Eriksson, el grandullón Mats Nilsson y la atractiva Ylva Eriksson, siguió con la canción “Njord” y con continuas invitaciones al público para formar nuevos pongos, cantar, bailar y beber. Fue una fiesta por todo lo alto, en la que la banda tuvo un buen sonido en todo momento. Como era de esperar, hubo algún adelanto del nuevo disco e interpretaron “The Other Son of Odin” y “Berserkir” ya casi llegando a la recta final del concierto.

Pondrían el broche final con “One” y “Defenders of Valhalla”, canción que escuchamos mientras que abandonábamos el recinto del festival para poder descansar, pues este no había hecho más que empezar; Algunos amigos que su cuerpo les aguantó para ver a Crisix nos aseguraron que el show fue brutal y muy divertido, nos dio mucha pena perdernos su concierto puesto que siempre que los hemos visto hemos salido encantado, y además teniendo en cuenta la escasa participación de grupos “thrasheros” en los escenarios principales, pero estamos seguro que pronto podremos disfrutar de ellos en plenas facultades.