Por sorpresa, la banda, ya no se si poner Indie por su tremenda popularidad, Vetusta Morla anunciaba cuatro conciertos de despedida, dos en Barcelona y dos en Madrid, antes de un parón que en un principio se alargara hasta 2026…en un principio. Lo que sucedió con las entradas, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta la capacidad de los recintos escogidos y a pesar de que el único canal de venta era su página oficial, lo previsible, en 5 minutos no había entradas provocando un gran revuelo, mezclado con indignación y la frustración de un enorme numero de seguidores que veía esfumarse la posibilidad de despedirse de su banda, esa a la que han visto y han hecho crecer hasta lo que son ahora.

Lo primero que se nota es la calidez, y no me refiero climatológicamente hablando, sino, de cercanía y disfrute. Es genial ver mega conciertos con escenarios impresionantes, millones de watios de luces y sonido, como bien dijo Pucho, pero, la química que se genera en una sala es indescriptible independientemente del numero de seguidores que arrastre la banda en cuestión, pero si además hablamos de un grupo de la envergadura de VM pues la cosa se dispara hasta la lagrimita, y uno de los mas relajados durante toda la noche fue el propio vocalista, un tipo ya de por sí muy charlatán que consiguió incluso que sus compañeros se sentaran y departieran entre ellos como si estuvieran en el local de ensayo esperando una señal para poder continuar con lo que habían ido a hacer allí.

“Buenas noches valientes, esto es una fiesta y vamos a bailar”, fue lo primero que comento el bueno de Pucho cuando ya los valientes estaban incluso sudando de hacerlo. Querían repetir la magia del día anterior, incluso superarlo, y en cuestión de sudor si que lo mejoraron, seguro, y si tomamos en serio el vacile posterior, a nivel de decibelios de sonido fue la noche más ruidosa también…pero esas cosas no cuelan ya. “Ayer lo sudé todo y mas así que dije, hoy sin mangas”, pero ni por esas. Los In-Ear no soportaron tal cantidad de líquido producido por las glándulas sudoríparas de Pucho y dijeron basta, quedo más que patente la incomodidad que se debe sentir sobre el escenario al no escucharse nada, varios cascos y todos igual, al final lo dio por imposible y se abandonó al disfrute como estábamos haciendo todo, no sin antes recomendar a su técnico de sonido “meterlos en arroz como se hace con los móviles cuando se mojan”.

La respuesta del público, evidentemente, era muy distinta según la época del acorde tocado, incluso cuando se enlazan temas de “Figurantes” la adrenalina baja bastante, aun así, estos temas más recientes van calando poco a poco, más los que tienen un ritmo elevado claro está, ¡como la reivindicativa “Ay! Madrid” que mezcla cariño y sopapos por igual a su querida y odiada ciudad natal. Como os comentamos al principio, los “spechees” llegaron a su punto máximo, hasta de extensa duración, según se acercaba el final del espectáculo, pidiendo cervezas, llamando a técnicos y acompañantes de la banda de sus comienzos hace ya la friolera de 25 años, haciendo continuas bromas e incluso improvisando, ya que, saltándose el guion establecido, o lo que viene llamándose el Setlist de toda la vida, y regalaron a todo su staff, y a nosotros por supuesto “Los buenos”

Lo cierto es que si te paras a reflexionar entiendes que tras 25 años necesiten un descanso, hay muchas parejas que ya desearían durar la mitad, un parón para no tirarse los trastos a la cabeza, pero también resulta triste pensar que vamos a estar sin saber nada de Vetusta Morla mínimo un par de años, “si todo va bien” como han comentado, algo que a pesar de no ser un adiós definitivo si deja un poco en el aire el futuro de una de las bandas más reconocidas de la música de este país. Este mensaje es para Vetusta Morla, como si de un contestador automático se tratara, se deja después de la señal…beeeeeep: “El contador está a cero, martes 10 de septiembre de 2024 que sepáis que no os consentimos ni un solo día mas de esos dos años de descanso, el jueves 10 de septiembre de 2026 como no tengamos noticias vuestras vamos a ir a buscaros y no os va a gustar, esto no es una amenaza…es un ruego. Os estaremos esperando”