Desde hacía varios meses tenía apuntado, en mi calendario particular, la fecha del 14 de septiembre, ya que ese día iba a actuar, en el Rock Beer The New de Santander, Susan Santos, una artista que se ha convertido en un verdadero referente en nuestro estado en cuanto a música americana, habiendo ganado unos cuantos premios y, sobre todo, mucho reconocimiento, tanto a nivel nacional, como internacional, logando compartir escenario, entre otros, con Billy Gibbon, guitarrista de ZZ Top.

Tras haber estado tocando en varias bandas, Susan santos se instala en Madrid en el año 2009, comenzando su andadura en solitario, primero como Susan Santos & The Papa's Red Band, que fue como grabó los discos “Take me home”, del 2010, y “Shuffle woman”, del 2012, para quedarse, después, con su propio nombre a partir de “Electric love”, del 2014, el cual fue seguido por “Skin & bones”, del 2016, “No u turn”, del 2019,  el Ep “The L.A. Sessions”, del 2020, y su último disco, “Sonora”, del 2024, y que era el que venía a presentar esta noche.

Junto a nuestra protagonista, que se encarga de la voz y la guitarra, iban a estar David Salvador, bajo y coros, y Juli El Lento, batería, en un Rock Beer The New al que volvía dos meses después de mi anterior visita y que contaba con una muy buena presencia de gente, sobre todo a medida que llegaba la hora fijada de inicio de un concierto que se demoró solamente un cuarto de hora sobre la fijada en los carteles.

Y comenzaron su actuación, con buena parte de los presentes en primera fila, tocando “Snakebite”, un tema de su más reciente trabajo, que fue iniciado por su batería, contando con un buen sonido de guitarra y con Susan dando un paso adelante a la hora del solo de guitarra, como haría durante toda la velada, dejándonos un corte muy pegadizo y animado, cuyo final fue cantado a capela.

Unido con el anterior, llegaba el turno de “Have mercy”, del mismo plástico, un tema que empezó de manera tranquila, pero con ritmo, con Susan demostrando sus muchas cualidades musicales y ofreciéndonos un muy buen corte, tras el que se mostraron encantados de estar aquí, antes de continuar con “Dusty road”, de su obra del 2016, una canción que se inició de manera animada y muy movida, cogiendo más velocidad y creciendo en intensidad a medida que dicha pieza iba avanzando.

Seguían enlazando temas, siendo el turno de “Fever”, recogido en su Ep de hace 4 años, el cual fue iniciado con un sonido machacón y pegadizo, mientras Susan y David interactuaban entre ellos en el medio del escenario, siendo un corte muy intenso, que contó con un gran solo de guitarra y con todos los músicos brillando, para, sin casi pausa, continuar con “What I want”, de su actual disco, una pieza con un comienzo movido y juguetón, que sonó muy bailable, dejándonos una canción con un pegadizo estribillo y que tuvo una sección rítmica machacona, parándose, momentáneamente, antes de dar paso a un gran solo de guitarra.

Volvíamos a su disco del año 2016 con el tema que lo abría, “Rattlesnake”, que se inició, tras un cambio de guitarra de Susan, con esos coros y un sonido guitarrero, teniendo un sonido constante y dejándonos con un muy buen corte, muy pegadizo y movido, para avanzar hasta su trabajo de hace 5 años con “In trouble”, la canción que lo cerraba, la cual empezó con ese ritmo tan quedón que posee, mostrándonos una pieza muy animada y que tuvo un ritmo contagioso, con el que lograron mantener la intensidad de esta velada

Mientras Susan afinaba, nos recordaban que tenían un puesto de merchán, en donde nos atenderían al acabar el concierto y que, además esta vez, les hacía más falta nuestras colaboración, ya que la furgoneta les había dejado tirados y habían tenido que alquilar una para llegar a Santander, regresando a su presente disco con “Hot rod lady”, el tema que lo abría y que empezó con intensidad y un sonido juguetón, mostrándonos un pegadizo corte, además de animado y movido, en el que Susan nos dejó un buen y quedón solo de guitarra.

Después de volver a afinar, llegaba el momento de otro corte del álbum que venían presentando, siendo éste “So long”, que comenzó calmado, pero juguetón y con energía, dejándonos con un tema animado, pero que se relajó, para luego retomar con fuerza, contando con otro buen solo de guitarra, antes de seguir desgranando más canciones de este plástico, como era el caso de “Call me tonight”, la cual empezó muy animada, y en la que buscaron y lograron la interacción de la gente, mostrándonos una pieza muy movida y pegadiza, con ese parón en que parece acabar, para, después, recuperar la fuerza que la misma posee.

Un nuevo cambio de guitarra nos llevó a “Blind woman”, el tema que abría su disco del 2019, el cual empezó muy guitarrero y potente, además de ser un corte con un sonido muy quedón y animado, dejándonos con una composición muy pegadiza y que contó con un solo de guitarra brutal, para avisarnos de que iban a tocar la última canción, siendo ésta “Skin & bones”, la que daba nombre a su obra de hace 8 años, que arrancó con un ritmo muy juguetón, de esos en los que no puedes para de bailar y con Susan primero luciéndose, igual que sus compañeros de escenario, sobre el mismo y luego bajando a tocar, con toda la sala y ella misma agachada, relajando el sonido y después, ya de vuelta a las tablas, volviendo a recuperar esa velocidad previa y presentar a los músicos que la acompañaban.

Y aunque en un principio se despidieron y nos agradecieron nuestra presencia, todavía volvieron para tocar un tema más, siendo éste “Let it ride”, el mismo que también cerraba su actual disco, el cual empezó de maneras muy intensa, siendo un corte muy pegadizo y poderoso, parándose momentáneamente y luego volviéndose más machacón, el cual tuvo un final que fue una verdadera exhibición a cargo de la fantástica guitarrista y de sus compañeros de tablas.

De esta manera y con el trío saludando desde el escenario, concluía, tras, más o menos 75 minutos sobre las tablas, esta grandísima actuación de una artista espectacular, que nos demostró, junto a sus compañeros de banda, que, además de crear grandes canciones y que te enganchan, saben llevarlas al directo, no solamente de manera más que notable, sino haciendo que estas crezcan en vivo.

Los tres músicos son excepcionales, pero el magnetismo que trasmite Susan Santos es especial, logrando que todas las miradas se centren en ella, gracias a esa brillantez y soltura que tiene al interpretar estas canciones, que son, al mismo tiempo, muy elaboradas y con momento para que se note su calidad, y pegadizas, para que la gente se quedé con ellas, con ese ritmo movido y bailable, pero con mucho sentimiento, que poseen.

Sin duda, una artista que ha de llegar todavía más arriba, ya que, como nos demostró esta noche, no solo tiene muy buenos temas, sino que, en directo, es una verdadera delicia escuchar su música; imprescindible verlos en vivo y degustar este último discazo que se han marcado.

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Tras acabar el concierto, me hice del último Cd del grupo, con la propia Susan vendiendo y firmando los discos, marchándome, de esta manera, de un Rock Beer The New, en donde vivimos una noche de esas que no se olvidan y todo gracias a Susan Santos y a su banda, que nos demostraron que su propuesta y su forma de ver la música es muy válida, agradando, tanto a los que buscan el virtuosismo, como a aquellos que quieren bailar con su música; gracias a la formación, a la sala y a la organización por haberlo hecho posible.