Dos años y cuatro días después de su última visita a la ciudad de Cervantes, Robe volvió decidido a renovar su compromiso con el público madrileño y a aclarar cualquier tipo de duda sobre cómo y por qué se mantiene en lo más alto del rock nacional, llenando grandes recintos y agotando entradas en cuestión de horas.
Poco puede decirse que no se haya dicho ya sobre el de Plasencia y los excepcionales músicos que componen su banda. Alguno podría llegar a pensar que cuando ya se han visto tres o cuatro conciertos de la gira, no hay lugar para sorprenderse… y se equivocaría de principio a fin. Sí es verdad que las estructuras de los espectáculos tienen varios nexos comunes, pues a fin de cuentas, se trata de presentar en directo “Se nos lleva el aire”, último trabajo de larga duración de Robe que fue publicado por El Dromedario Records a finales de 2023; pero no es menos cierto que consiguen que cada vez que se les ve en directo, parezca la primera (de ahí que haya un importante número de seguidores a los que es fácil encontrar en cualquier concierto de la gira).
Robe
Con un ligero retraso, en torno a las 21:20 del viernes 13 de septiembre Robe, Woody, Lerman, Carlitos, Lorenzo, Álvaro y Alber tomaron posiciones en el escenario mientras el público de la Huerta del Obispo se deshacía en aplausos para recibirlos y, a ritmo de “Destrozares”, fueron inundando de poesía y música el alma de quien los escuchaba.
Si algo destaca en la obra de Robe es la madurez de sus composiciones y esa extraña habilidad para hacer que lo complejo parezca sencillo. Y si algo destaca en su puesta en escena es la extraordinaria calidad del sonido y una muy cuidada escenografía que supone una delicia a nivel visual (y que, todo sea dicho, facilita enormemente el trabajo de quienes realizamos también los reportajes fotográficos).
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“Adiós cielo azul, llegó la tormenta” y “Guerrero” terminaron de meter en situación a un público que llevaba meses esperando el evento y que, por fin, tenía delante a sus ídolos. Un público que durante un poquito más de dos horas olvidó el frío, las preocupaciones, el trabajo y la hipoteca para centrarse únicamente en el aquí y en el ahora.
Y precisamente para el público más veterano, sonaron clásicos de Extremoduro como “El camino de las utopías”, “Coda flamenca” o “Dulce introducción al caos” intercalados con composiciones más recientes como “El hombre pájaro” o “El poder del arte”, tras la cual se produjo el habitual descanso para que la gente pudiera hacer lo que quisiera, siempre y cuando no la vean.
Las primeras notas de “Haz que tiemble el suelo” anunciaron la reanudación del espectáculo, haciendo que quienes estaban en las barras o esperando para el uso de los aseos se apresuraran a recuperar su posición. Llegados a este punto, el nivel de intensidad fue creciendo con “Ininteligible” hasta terminar detonando con “So payaso”, cantada al unísono por todos y cada uno de los que nos encontrábamos allí.
Robe
El segundo y el tercer movimiento nos retrotrajeron a la gira de 2022 en la que se presentó Mayéutica, poniendo de manifiesto que no sólo no han perdido ni un gramo de frescura, sino que han ido ganando adeptos incluso entre quienes en su día no tenían muy buen concepto del disco.
“Viajando por el interior” y “Esto no está pasando” hacían presagiar ya el final del show, pero no podíamos irnos sin “Salir”, “Nada que perder” y, por supuesto “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, canción durante la cual artistas y público echaron el resto, agradeciéndose mutuamente lo vivido y prometiéndose sin palabras volver a encontrarse tan pronto como fuera posible.
Tras un interminable aplauso, los Robe se despidieron del público complutense, que se resistía a abandonar el recinto y que de seguro está contando ya las horas para volver a disfrutar de esta increíble banda.