Barrio La Aldea, Los Corrales de Buelna, Cantabria
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Llegaba el final del mes de septiembre y eso quiere decir que era el momento del San Migueluko Rock, ese festival que nació hace uno años para servir de jornada previa al difunto Rebujas Rock, pero que, no solamente le ha sobrevivido, sino que se ha convertido en el festival de referencia de la comarca del Besaya y uno de los más esperados de Cantabria, gracias a la gran labor de sus organizadores.
Este festival, que tienen lugar en un pequeño barrio de la localidad de Los Corrales de Buelna, ha ido creciendo año a año, pero siempre con la idea de traer a dicho lugar bandas que son difíciles de ver en Cantabria, junto a alguna formación de la tierruca, logrando superarse en cada edición, y es que el cartel de este año, compuesto por Killin Bananas, Proudz, Radiocrimén y Arpaviejas, superaba al del año pasado y eso ya es mucho decir.
Llegué un poco más tarde de la hora fijada por motivos laborales, pero con la esperanza de que aquello no hubiera comenzado, y, afortunadamente, no se habían iniciado las actuaciones, viéndose, ya una buena presencia de gente en la carpa allí instalado, que nos resguardaría de la lluvia, que caería durante buena parte de la noche, mientras iba saludando a algunos de los presentes y me hacía con unos tiques para tomar algo, esperando la música de las cuatro bandas y ojeando los puestos de merchán.
Ambiente
Se demoró casi una hora el comienzo del festival, a la espera de que la gente fuese llegando de sus trabajos y de las regiones cercanas, siendo los encargados de abrir la noche Killin Bananas, ese cuarteto creado a finales del 2018 y que está compuesto por Pedro, voz y guitarra, Dani, guitarra y coros, Nino, bajo y coros, y Liki, batería, siendo muchas las veces que los he visto en directo, la última esta misma primavera.
La discografía de la banda la integran los trabajos “Un nuevo amanecer”, del 2020 y por cuya edición les entrevistamos, “La bahía”, del 2022, e “Imaginemos que lo estamos haciendo mal”, de este 2024, un verdadero discazo.
Y con una intro de fondo y cuando más llovía en Los Corrales de Buelna, subió el grupo, que nos saludó, para comenzar con “Drag race”, un corte de su segundo trabajo, que se inició de manera lenta, pero que luego fue cogiendo velocidad, acabando dicho tema con ese grito de viva el amor libre, para viajar a su ópera prima en donde aparecía “Huelo a sangre”, una pieza muy potente y rápida.
Killin Bananas
Sin pausa entre tema y tema, llegaba el que abre su última referencia, “El mañana nunca espera”, un corte al mismo tiempo cañero, pero con partes melódicas, para volver a su anterior disco con “El caballo de Atila”, una pieza muy pegadiza y que fue tocada a toda velocidad, para retornar a su actual trabajo con la canción que lo cierra, “La rutina del silencio”, la cual, pese a comenzar tranquila, enseguida se volvió muy rápida y potente.
Seguíamos con esa alternancia entre sus tres discos, siendo el momento de escuchar “¿Te conozco?”, de su obra de hace dos años, un tema muy vacilón y potente, para recuperar su ópera prima con “Fracaso”, un corte muy rápido, pegadizo y quedón, pasando a quejarse del calor que tenían en el escenario, continuando con ese himno que es “Aire acondicionado”, una pieza de su segundo trabajo y que fue tocada a toda velocidad, siendo muy cantada por sus seguidores.
Turno para regresar a su último disco y tocar “Estropajo”, un tema que fue iniciado por el bajo, dejándonos un corte muy potente y con unos coros, como durante toda la noche, muy logrados, para volver a su anterior obra con “Te aleja de mí”, una pieza muy rápida y pegadiza, aludiendo al amor de videoconsola, antes de llevarnos al mundo de “Elmo”, de su actual plástico, una canción tocada a toda velocidad y que contó con un estribillo quedón.
Regresábamos a su anterior trabajo con “I´m bleeding”, un tema que comenzó con un sonido de bajo tranquilo, pero que luego fue cogiendo velocidad y fuerza, para continuar con “Esclavo”, de su primer lanzamiento, un corte muy rápido y que contó con partes muy machaconas, retornando a su anterior álbum con la canción que le daba nombre, la genial “La bahía”, con dedicatoria incluida, una pieza que se inició de manera calmada, para luego volverse más intensa y pegadiza.
Killin Bananas
Volvían a su más actual trabajo con “Ni rezo, ni olvido”, un tema muy potente y rápido, tras el cual nos quisieron recordar que se había convocado un festival nazi al día siguiente y que había que luchar contra ellos, siendo el turno de dos cortes de su ópera prima, siendo el primero “De paseo”, que sonó a toda velocidad y que contiene mucho mensaje, sirviendo para presentar a los miembros de la banda en ese momento en la que la pieza se relaja, para continuar con “Chaval de barrio”, otra canción clásica, muy buena y con mucha fuerza.
Tras tomar un trago, llegaba el momento de un nuevo corte de este nuevo disco, “Resistencia al éxito”, no sin antes agradecer a los organizadores y a los presentes nuestra acogida, un tema guitarrero y rápido, que contó con un sonido juguetón, para pasar a tocar una versión del “Falling in love”, de No Fx, una pieza con un ritmo movido inicial y a la que se refirieron como la única buena que habían tocado.
Iban encarando la recta final de su actuación y llegaba el turno de “La belleza de lo inútil”, de su último trabajo, un tema que nos comentaron que iba dedicado a un monolito, el cual sonó muy rápido y potente, siendo unido con su compañera de disco, “No vuela”, para la que contaron con la colaboración de Plin, ex Dark Aladas, a la voz, una pieza muy intensa y cañera, pero que también contó con partes más calmadas, dejándonos una buena combinación de ambas voces.
Killin Bananas
De esta manera y tras 50 minutos sobre el escenario, concluía este muy buen concierto de unos Killin Bananas que dieron una actuación muy rápida e intensa, a la vez que animada, demostrando, una vez más, que, no solamente son una banda que tienen muy buenos discos y grandes temas, sino que en directo son una verdadera garantía, combinando la calidad de estos, con esa dosis de humor e interacción con los presentes.
Es increíble el crecimiento de esta banda en los años que llevan en activo, pero eso solamente se consigue a base de ensayar, dar muchos conciertos y, sobre todo, tener muchas ganas y dedicación por el grupo, algo que se puede observar a poco que hayas seguido la evolución de una de las formaciones que más en forma uno se puede encontrar dentro de la escena cántabra.
No les perdáis la pista y, sobre todo, id a verlos en directo, porque, seguro, os lo vais a pasar muy bien con ellos.
El cambio entre la anterior banda y Proudz, que eran los siguientes en tocar, fue un poco largo e hizo que las ganas de ver a los madrileños, por segunda vez en mi vida, fueran en aumento, ya que a este grupo le había visto hace 15 años, en la desaparecida sala Heaven, siendo una formación que se funda en el año 1997, aunque sufrieron un parón de nueve años entre el 2011 y el 2020.
Actualmente la banda está formada por Nando, guitarra y voz, Carlos Ocen, guitarra, Tino, bajo, y David, batería, habiendo publicado los discos “Solo los fuertes”, de 1999, “Ajuste de cuentas”, del 2001, “Rey de reyes”, del 2004, “Dulce miseria”, del 2009, y su último trabajo, “Cuando todo esté perdido", del 2021 y por el que los entrevistamos, además del Ep “Pura vida”, del 2005.
Y allá se subieron, con una intro de fondo, dando inicio a su velada con “Sangre por sangre”, de su aclamado trabajo de hace 20 años, no sin antes presentarse y pedirnos que nos acercásemos, un tema machacón y potente, para continuar con “Judas”, compañera del anterior y que sonó intensa, siguiendo en el mismo disco con “Nuestra fe”, otra pieza poderosa y contundente.
Con algún problema en la correa de la guitarra de Nando, continuaron con “Viejas glorias”, sin dejar dicha obra, un tema que fue tocado a toda velocidad, para seguir con su compañero de plástico “En memoria de”, un corte muy intenso y potente, que fue unido, casi sin parar, con “La cima del mundo”, del mismo disco, una canción con un sonido quedón y un estribillo pegadizo.
Proudz
Nos recordaron la manifestación antifascista que tenía lugar al día siguiente en Santander, para pasar a trocar el corte que abre su actual disco, “En el destierro”, un tema muy veloz y cañero, que fue seguido por “Vae victis”, la pieza que abría su segundo trabajo, que sonó con mucha fuerza y potencia, además de ser muy intensa, antes de dedicar a Pirri, de los Escuela de Odio, “En la noche más oscura”, recogida en último album, una canción que es un verdadero himno, haciéndonos mover la cabeza con ganas.
Era el momento de recordar su anterior trabajo y lo iban a hacer con “Tras la tormenta”, un tema muy intenso y potente, que sonó con mucha fuerza y que contó con un estribillo quedón, para pasar a tocar “Pura vida”, el corte que abría y daba nombre a su Ep del 2005, muy machacón y veloz, para continuar en esa misma obra con “Enemigo mío”, una canción muy poderosa.
Más atrás en el tiempo viajaron, concretamente hasta su segundo disco, con “Muerto y enterrado”, un tema que sonó rápido y cañero, aunque con momentos también machacones, comentándonos que ya estaban entrando en calor, para ser el momento de “Justicia callejera”, de su anterior obra, alternando partes veloces, con otras más lentas y pesadas, no dejando dicho plástico, para lanzarse a tocar “Al borde del abismo”, una pieza con fuerza e intensidad y que, además, es muy pegadiza.
Proudz
Seguíamos en su disco de hace 15 años con “Infierno de cobardes”, un tema, al mismo tiempo, muy rápido y machacón, para continuar el repaso a ese mismo trabajo con “Indestructible”, un corte que comenzó con un sonido juguetón y que se volvió muy potente y pegadizo, para pasar a recordar que tenían un puesto con merchán de la banda, y, tras algún ajuste de sonido, avisarnos de que estaban encarando la recta final de su velada, siendo el turno de “Por siempre”, de su Ep, una pieza breve y que fue tocada a toda velocidad.
No quisieron dejar de tocar algún tema más de su más reciente disco y era el momento de “Elegidos para la gloria”, que sonó pausado y constante, además de ser un corte muy duro y machacón, para volver al 2005 con “Tus propios demonios”, muy rápido y poderoso, antes de pasar a tocar una pieza que aparecía en el setlist como “Old School”, muy veloz y potente, a la vez que enérgica.
Llegaba el momento de regresar 20 años atrás con “Pacto de sangre”, un tema que empezó muy rápido, volviéndose luego más machacón por momentos, continuando en el mismo trabajo con el corte que lo cerraba, “Cuando éramos soldados”, muy intenso, potente y pegadizo, antes de ser el turno de la pieza que daba nombre a su ópera prima, “Solo los fuertes”, que fue unida al anterior, una canción muy veloz y quedona, además de muy movida.
Y sin pausa alguna y enlazado con la anterior, llegaba el turno de su compañero de disco, “Madriz ’83”, que cerraba ese trabajo y con el que nos anunciaron que se iban, un verdadero himno que fue muy celebrado y disfrutado por todos los presentes, que lo dieron todo, concluyendo, de esta manera y tras 50 minutos sobre las talas, su actuación Proudz, mientras sonaba una outro de fondo.
Proudz
Proudz dieron, esta noche, un concierto muy intenso y potente, dándolo todo y sin respiro entre tema y tema, algo que hizo que resultase difícil distinguir donde terminaba y donde comenzaban los mismos, contando con un sonido muy contundente y que, en ocasiones, no era muy inteligible, pero ello no oscureció una gran actuación, que fue muy celebrada por sus seguidores.
Lógicamente se notaron diferencias entre las canciones que todos conocíamos y su actual interpretación en directo, al contar con otra voz al frente, pero eso no hizo que aquello se fuera abajo, demostrando ser una verdadera apisonadora en directo y que nada iba a deslucir su actuación, dándolo todo desde el primer segundo y logrando que la gente no parase de cantar con ellos.
Proudz han vuelto y lo han hecho con un gran disco y con conciertos intensos y potentes como el de esta noche; no dejes de ir a verlos, si tienes la oportunidad.
Tras el paso de los madrileños, llegaba el turno de los bilbaínos Radiocrimen, una de esas bandas a las que he seguido desde sus inicios y a los que he visto varias veces en directo, la última en aquel Rebujas Rock del año 2018, estando la formación compuesta por Txarly “Usher”, voz, Luis “Punk”, guitarra y voces, Unai “Elektrico”, guitarra y coros, David “Sopli”, bajo y coros, y Golzal “Puto Niño”, batería.
En sus ya 11 años de trayectoria han grabado los discos “Mátame”, del 2013, “Antecedentes”, del 2014, “3er grado” del 2016 y con el que los entrevistamos, “Las peores cosas imaginables están sucediendo ahora mismo”, del 2020 y con el que les volvimos a entrevistar y su último trabajo, “Franki”, del pasado 2023, además de los directos “Made in Baske Country”, del 2018, y “Directo en México”, del 2019, y aquel proyecto con Plací, de Segismundo Toxicómano, llamado “Radio X” y que se publicó en el 2018.
Y comenzaron con un clásico como es “Terror”, el mismo corte con el que iniciaban su ópera prima, un tema que fue muy coreado y celebrado, siendo seguido por “Jon”, la pieza que abre su actual trabajo, dentro del denominado “Acto 1”, la cual es una buena y pegadiza composición, para regresar a su primer disco con “Buko”, una canción muy movida y que también tuvo muy buena acogida.
Radiocrimen
La carpa estaba llena y la gente volcada con el quinteto, que continuó con “Cicatrices”, de su álbum de hace 4 años, un corte que comenzó con un sonido inquietante, pero que resultó muy bueno y movido, antes de retroceder hasta su segundo plástico, en donde se recogía la que es, para mí, su gran canción, “Contenedores”, que tiene ese ritmo contundente y un estribillo muy pegadizo, con el que es imposible no para de cantar, logrando que todos la coreásemos.
No había tiempo que perder y continuaron con “Bastardos”, del “Acto 2” de su actual disco, un tema muy movido y pegadizo, que fue muy coreado, para retornar a su primer trabajo con “Mis demonios”, un himno que, como era de esperar, fue muy celebrado, para continuar con “Bangladesh”, una pieza que subieron a redes en el año 2022 y que se publicó en un single junto a la canción “Rana plaza”, la cual fue presentada como la de los que visten bien y que sonó muy machacona.
Vuelta a su segundo disco, que contenía el tema “Amar mata”, un verdadero himno que fue muy cantando y celebrado, para interpretar su versión de un conocido corte de The Offspring, que ellos han titulado como “Los chicos no están bien” y del que sacarían un video clip unos días después, quedándoles muy bien, pasando a avisarnos de que solamente les quedaban dos amigos, como dicen en “Alcohol barato”, la pieza que abría su tercer trabajo y que convirtió aquella en una fiesta aún mayor.
Radiocrimen
Sin dejar ese mismo álbum, era el turno de “Tiempos salvajes”, invitándonos a hacer un paréntesis en nuestras vidas y divertirnos, un tema muy quedón y pegadizo, que nos hizo movernos, igual que haría su compañero de disco, “Mundo basura”, un corte que empezó a toda velocidad y con esos coros que le hacen todavía más festivo, pasando a confesarnos que estaban encantados de estar aquí, para continuar con “Los chicos ya no quieren llorar”, una pieza de su primer plástico y que fue muy coreada y celebrada.
Encarando la recta final de su actuación, llegaba el turno de la versión de “Ahógate en el WC”, de La Broma de Ssatan, que la banda grabó para su disco de hacer 8 años, que es un gran himno y que fue muy cantado, para, sin pausa alguna, continuar con “En las cloacas”, una canción de su ópera prima y que tiene ese sonido tan movido, para el que subió a cantar con ellos el chico que les lleva el puesto de merchán, siendo presentado como el corazón más grande de toda Euskal Herria, una pieza muy coreada y en la que prolongaron su intenso final.
De esta manera y después de casi una hora de actuación, concluía esta velada de unos Radiocrimen que dieron un muy buen concierto, convirtiendo aquello en una verdadera fiesta y es que es una banda que nunca fallan en directo y que consiguen que toda la gente que está viéndolos, sean seguidores o no de la misma, acaben pasándoselo muy bien con ellos.
Radiocrimen
Pero no olvidemos que es una banda con unas letras combativas y directas, asentadas sobre una música muy intensa y elaborada, pero, al mismo tiempo, pegadiza, centrando, esta noche, el concierto más en sus clásicos y dejando los temas nuevos en un segundo plano, aunque siguen creando grandes canciones y para muestra de ello solamente hay que darle una escucha a su reciente trabajo.
Una vez más, Radiocrimen demostraron que son una garantía, tanto en directo, como en estudio, pero es en los primeros en donde realmente está la esencia de la banda; cien por cien recomendables en vivo.
Y llegaba el último grupo de la noche y el único al que no había visto en directo, ni tampoco había seguido mucho, como eran los catalanes Arpaviejas, una banda fundada en el año 2000 y que está compuesta por J.R. Kubensis, voz y guitarra, Condi, guitarra y coros, Iván, bajo y coros y Josu Julia Marcos, batería, y a los que se esperaba con muchas ganas por esta zona.
La discografía de la banda la componen las maquetas “A rienda suelta", del 2001, y “Propaganda electoral”, del 2002, y los discos “La papela”, del 2002, “Písala”, del 2003, “Ladrón de almas”, del 2004, “Apátridas”, del 2006, “En son de paz”, del 2008, “El último cartucho”, del 2017, “En la flor de la vida”, del 2020, e “Incorregibles”, del 2023, además de ese “Directo Castellserá”, del 2008.
Arpaviejas
Comenzaron su andadura con una intro, que dio paso a “Ramón y su camión”, un tema de su quinto disco y que fue muy cantado y celebrado, con la gente dándolo todo desde el inicio, para continuar con “Llaman”, de su segundo álbum, un corte que sonó muy movido y machacón, volviéndose luego más rápido, para avanzar hasta su anterior obra en donde se incluía la genial “Junior”, una pieza muy intensa y quedona, que tienen un estribillo muy pegadizo y agresivo al mismo tiempo.
De nuevo vuelta a su segundo plástico en donde se recogía otro de sus temas más emblemáticos, “El mesías”, un verdadero himno, muy movido y celebrado, para, después de tomarse un breve respiro, continuar con “La jaula”, compañero del anterior y que fue un corte que se inició con un sonido juguetón, volviéndose luego más rápido y cañero, para avanzar hasta su disco de hace 7 años con “Chutas de acero”, una pieza que ya estaba recogida en su primera maqueta y que sonó muy machacona, pegadiza y potente.
Con mucha fuerza comenzó “Furia alcohólica”, también de ese mismo trabajo, un tema muy intenso, movido y pegadizo, para volver a su disco del 2003 que se abría con “Violencia”, un corte muy rápido, potente y con mucha fuerza, antes de tomarse una breve pausa, para lanzarse a tocar la esperada “Anda y que te den”, la pieza que, precisamente, inicia su actual plástico, la cual fue muy celebrada y coreada, con la concurrencia disfrutando con la misma.
Arpaviejas
Regresábamos a su anterior obra con “Los años de plomo”, que empezó con ese sonido inquietante, siendo un tema muy pegadizo y potente, antes de lanzar, de manera irónica, vivas a la patria y es que llegaba “Viva España”, el corte que cierra su actual disco, un himno, muy contundente y quedón y que ya se ha convertido en un clásico, para regresar a su trabajo del 2003 con “MDMA”, una pieza que comenzó machacona y lenta, pero con esa voz fuerte, y que luego fue cogiendo velocidad, dejándonos una canción muy poderosa.
También de manera lenta se inició “Siempre caminaré solo”, ese tema que es una verdadera declaración de intenciones y que estaba recogido en su anterior obra, con un sonido inicial juguetón, pero volviéndose luego más machacón y con fuerza, para retroceder al 2004, con ese “Ahora me importa una mierda”, que fue unido al anterior con el sonido de la batería, siendo muy celebrado y coreado, para terminar su concierto con “¡Carguen, apunten, fuego!”, de su disco de hace 7 años, también enlazada con el anterior, dejándonos con una canción muy intensa y rápida y que sirvió para presentar a los miembros de la banda en su parte final.
Así concluía, tras una hora sobre las tablas, una actuación de unos Arpaviejas que superaron, con creces, mis expectativas, dando un concierto muy intenso y sin tiempo que perder, que convirtió aquello en una verdadera fiesta, con la gente dándolo todo con sus últimas fuerzas, mientras la banda nos iba lanzando un himno tras otro, los cuales eran coreado por los allí congregados.
Arpaviejas
Como ya dije al principio, era una formación que apenas había seguido, pero que me fueron enganchando, primero al escucharlos en estudio y, sobre todo, al verlos en directo, donde sonaron muy compactos y sin dejarnos tiempo para respirar, no bajando en ningún momento el ritmo y logrando una gran comunión con la gente, a base de esos temas, que son verdaderos himnos, tanto los actuales como los más antiguos.
Si ya has visto en directo a Arpaviejas en directo, ya sabes lo que te vas a encontrar, pero si, como yo, no los conocías y te gusta este estilo, no te los pierdas bajo ningún concepto porque te van a encantar.
Y de esta manera y antes de las 2 de la mañana, concluía la edición 2024 del San Migueluko Rock, que este año llenó la carpa allí habilitada, gracias a un gran cartel, elaborado por una organización que ha trabajado mucho y de manera dura para sacar esto adelante, pero que ha visto recompensado, en parte, su esfuerzo con la mencionada afluencia, todo ello en un gran ambiente de camaradería y disfrutando de los conciertos de Killin Bananas, Proudz, Radiocrimén y Arpaviejas, que lo dieron todo sobre las tablas.
Ahora toca esperar otro año para que esta música vuelva a sonar en el barrio de La Aldea de Los Corrales de Buelna.