El último viernes del verano era un día con muchos conciertos por nuestra tierruca, pero los horarios de los mismos me hacían muy difícil el poder acudir a la mayoría de ellos, unido a unas previsiones meteorológicas no especialmente halagüeñas y ya casi cuando daba por perdida esa jornada en lo musical, me enteré, unos días antes, de que Green River Tribute iban a actuar en el The Bridge Tavern La Finca, de Puente San Miguel.

Y de esta manera, me acerqué al mencionado local, a donde no acudía desde hacía más de dos años, y así poder ver a este cuarteto, compuesto por Víctor Quevedo, voz y guitarra, David Holgado, guitarra y coros, Miguelo Sánchez, bajo, e Iván Sainz-Rozas, batería, a los que todavía no había visto en directo este año, siendo la última vez que disfrute de su directo a finales del pasado 2023.

Pese a la lluvia, que caía de manera intermitente, aquello iba a ir adelante, esperando, aproximadamente, media hora a que llegase la mayoría de la gente que tenía reserva para cenar, comenzando el grupo su velada con “Travellin´ band”, un tema muy movido y guitarrero, de esos Creedence Clearwater Revival, que, para quien no lo sepa, es la banda de la que hacen versiones, y que tuvo un final prolongado.

Continuaron su concierto con “Born on the bayou”, un corte para el que pidieron a la gente que se animara, un buen tema y en el que se explayaron, gracias a su gran calidad musical, para, después de saludarnos, continuar con “Up around the bend”, otra gran pieza, muy quedona y animada y en la que nos incitaron a bailar.

Tras preguntarnos qué tal iba todo, con positiva respuesta de los presentes, que, en buen número nos habíamos dado allí cita, continuaron su velada con “Sweet hitch-hiker”, que habla de autopistas, motos y chicas, con ese sonido pegadizo que tiene el tema y un estribillo que se te queda rápidamente, para, después de brindar, continuar con “Commotion”, esa canción que habla sobre la gente que vivimos en los pueblos, una pieza muy movida y en la que Víctor tuvo algún leve problema con la correa de su guitarra.

Para noches como ésta siempre es propicio escuchar “Hey, tonight”, un corte muy movido y animado, además de muy pegadizo y bailable, para continuar con más canciones clásicas como era el caso de “Down on the corner”, con un bajo muy marcado, pidiendo nuestras palmas en esta pieza tan quedona.

Había tiempo hasta para vacilar con la maquina corta césped, que tampoco quiso perderse el concierto y a la que dedicaron “Lodi”, así como a los músicos presentes, un tema con un sonido constante y movido, con esa segunda parte en que coge algo más de velocidad, para lanzarse a tocar “Hello, Mary Lou”, de Ricky Nelson, pero que la banda homenajeada también versionó, animándonos a adelantarnos para bailar.

Después de afinar, era el turno de “Who'll stop the rain”, antes del cual agradecieron a la dirección del local por las carpas que tienen para el grupo y los asistentes, que nos estaban resguardando de la lluvia, un corte muy tranquilo, pero con ritmo, pasando a preguntarnos cuantos de los presentes teníamos problemas y es que llegaba “Lookin' out my back door”, una animada pieza, que habla de dejar los problemas de lado, ofreciéndonos una canción muy buena y movida.

Pero en sus conciertos siempre hay momento para la improvisación y eso fue lo que llegó, con esa referencia a que ellos eran la banda original, pero que en un viaje en el tiempo las Creedence Clearwater Revival les había robado las composiciones, mientras Víctor iba improvisando, antes de lanzarse a tocar la canción que se llama como este grupo, “Green river”, la cual tiene un inicio juguetón, dejándonos con una pieza muy movida y animada.

Ese día era el cumpleaños de Pili, la madre de Víctor, que, como en ella es habitual, estaba allí presente y muy bien acompañada, y a ella la quisieron dedicar “Long as I can see the light”, un muy buen tema, tranquilo, relajado y con mucho sentimiento, para, después de pedir más bebida, continuar con “Molina”, una pieza que se inicia con ese sonido tan quedón, muy intensa y buscando y logrando la interacción de la gente.

Presentaron “Tombstone shadow”, un tema que habla sobre un hombre con mala suerte, el cual tuvo un comienzo guitarrero, contando con un buen solo de David, siendo un corte muy juguetón y en el que Víctor se desprendió de su guitarra, demostrando sus grandes dotes vocales y dejándonos un gran final, para, ya con Víctor habiendo recuperado su guitarra, pasar a tocar “The night time is the right time”, de Nappy Brown, con dedicatoria incluida, alabando la virtudes de la noche, una canción que empezó con ese sonido blues, mostrándonos una pieza movida y con los coros apoyando a la misma.

Llegaba el momento del “Good golly, Miss Molly”, de Little Richard, vacilando sobre que, en realidad, era de ellos, un tema muy animado y rock and rolero, con un sonido bailable y que contó con un gran solo de David, para pasar a “Rockin all over the world”, muy conocida por la revisión que hicieron en su momento los Status Quo, aunque original de John Fogerty, una pieza muy movida y cañera y en la que incitaron a la gente a cantar con ellos, lográndolo en buena parte.

Nos avisaron de que aquello se iba acabando, siendo el momento de tocar “I heard it through the grapevine”, coescrita por Norman Whitfield y Barrett Strong, y que habla de aquella gente que se mete en la vida de los demás, un tema que contó con un buen solo de David, que sería, precisamente, el que dedicaría “Someday never comes” a las mujeres de su familia, una pieza que empezó calmada y tranquila y que contó con un gran y lucido solo del propio guitarrista.

Volvieron a despedirse, agradeciéndonos el haber venido, siendo el turno de “Bad moon rising”, un corte muy animado, con un buen sonido y que resultó ser un tema corto y directo, para hacer un ademán de irse, pero comentándonos que esta era la parte obligatoria, aunque si pagábamos o pedíamos otra, quizás tocarían más y, lógicamente, pedimos más, siendo la siguiente “Proud Mary”, que dedicaron al padre de David, allí presente, y a Tina Turner, que la cantó en muchas ocasiones, con la gente levantándose y poniéndose a bailar, en un ambiente totalmente festivo.

Continuaron avisándonos de que aquello estaba próximo a acabar, antes de lanzarse a tocar ese clásico que es “Fortunate son”, dedicado a todo el personal de este local y que sirvió para presentar a los componentes de la banda, que aprovecharon para demostrar sus cualidades, para despedirse, ahora sí, de manera definitiva, con la inmortal “Have you ever seen the rain?”, agradeciendo al establecimiento y a los presentes nuestra acogida y buscando y logrando que todos coreásemos la popular canción.

De esta manera y después de algo más de 2 horas sobre las tablas, concluía esta actuación de unos Green River Tribute que, como siempre, dieron un concierto muy ameno y divertido, pero no exento de la gran calidad que sus músicos atesoran, algo que está fuera de toda duda, sin olvidar esas improvisaciones y esos chascarrillos que hacen que las veladas sean siempre más distendidas y diferentes unas de otras.

Y es que en los conciertos de esta banda no solo disfrutamos de algunos de los temas de esta gran banda, por todos conocida, sino que aquello se convierte en una fiesta, gracias a esa interacción que esta formación busca y logra con la gente que va a verlos, todo ello sin dejar de tocar estas canciones, tan legendarias, con gran maestría.

Sin duda, Green River Tribute es una banda que has de disfrutar en directo, no solo si te gusta la Creedence Clearwater Revival, sino si te interesa la música de finales de los 60 y principios de los 70 y quieres pasar un buen rato escuchando buena música.

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Después de despedirme de los miembros de la banda y de algunos de los presentes, me fui rumbo a otros lares, pero con el regusto de lo vivido esta noche en The Bridge Tavern La Finca, de Puente San Miguel, un local que nunca deja de programar música en directo, especialmente en verano, y al que hay que agradecer que continúe con esa apuesta y traiga a grupos como estos Green River Tribute, que nos hicieron disfrutar de esta noche ya otoñal.