No todos los días se cumplen diez años de trayectoria (y, desde luego, no todas las bandas lo consiguen) Por eso, cuando sucede, es del todo necesaria una celebración especial. Y la formación Ciclonautas lo celebró el pasado 28 de septiembre presentando un disco en directo conmemorativo, rodeados de amigos encima y debajo del escenario.
El lugar escogido, La Sala del Wizink, un espacio dentro del antiguo Palacio de los Deportes de Madrid con capacidad para algo menos de mil personas. Capacidad que se vio apurada hasta el límite; aunque en un primer momento, la falta de gente en los bares y las calles aledañas al recinto hacían temer que quizá la convocatoria no tuviera demasiado éxito. Temor completamente infundado, pues media hora antes de la apertura de puertas ya se había formado una larga cola de personas esperando a entrar, cola en la que era fácil de identificar artistas muy conocidos dentro del rock nacional, así como caras muy habituales en estos eventos.
Ciclonautas
El inicio de la actuación presentó algún pequeño problema, presumiblemente relacionado con un mal funcionamiento de la pedalera de Mai Medina; pero ésta situación fue ágilmente resuelta y pudimos empezar a disfrutar de cuanto Ciclonautas tenía que ofrecernos, empezando por “Abrazado a un misil” y siguiendo el mismo guion que en el álbum que estaba siendo presentado, grabado en la Sala Tótem de Villava en diciembre de 2023.
La música de Mai, Txo y Alén no tardó en cautivar a sus oyentes, que pronto cedieron su voluntad ante un rock suave y salvaje al mismo tiempo que, parafraseando a Loquillo, se siente como un beso en la garganta; llegando pronto un momento en el que las ochocientas personas que presenciaban el show cantaban y bailaban como cobras ante un encantador de serpientes.
Tras “Matando al suicida” y “Tristes corazones”, recibimos a Kutxi Romero, primer invitado de la noche, que colaboró en “Bombo Sicario”, como ya lo hiciera en el concierto de la Tótem, imprimiendo un carácter muy particular en una canción que le viene perfecta.
Ciclonautas
El siguiente invitado -que no estaba originalmente incluido en la lista- fue Manu Roz, vocalista de la formación asturiana Baja California, quien hizo un importante derroche de energía, cosa muy habitual en él, para interpretar “Agua va”, dejándonos atónitos a quienes no le conocían y satisfaciendo las expectativas de quienes ya le habíamos visto actuar alguna vez.
A continuación, “Eterno aprendiz” y “Kamikaze del nido” en la que Javi Cordobés aportó su inconfundible voz cargada de sentimiento y emoción, y que supone un sello de identidad para Cobardes, banda a la que pertenece y con la que se encuentra girando actualmente.
Seguidamente sonaron “Camping del hastío”, canción que da nombre al último trabajo de larga duración de la banda, “El ombligo” y “Los hermanos”, tema en el que colaboraron César Ramallo (que también lo hizo en la grabación en estudio allá por 2014) y Kolibrí Díaz, formando un espectacular combo sobre el escenario que hizo las delicias de los fans de Marea.
Fue Maialen, aka Chica Sobresalto, quien asumió la responsabilidad de mantener en lo más alto el nivel de euforia que se había ido alcanzando, y no sólo lo mantuvo, sino que lo incrementó aún más si cabe cantando con Mai “El Souvenir”, como ya lo hiciera hace algún tiempo para cerrar el tercer disco de nuestros anfitriones, dejando un ambiente idóneo para recibir a continuación a Carlos Escobedo, bajo y voz de Sober, que participó en “El Sol” aportando tanto su muy característica voz como una energía muy contagiosa.
Ciclonautas
Casi para terminar, El Piñas terminó de hacer que la gente se subiera por las paredes (alguno lo intentó literalmente, sin éxito) prestando su voz y su bajo a la ejecución de “Dele al play”, reeditando lo vivido en Navarra la noche de la grabación del disco en directo y asumiendo el difícil reto, como viene siendo tradición, de exhibir un cuerpo más atractivo que el de Kutxi.
Turno entonces para Aarón Romero, vocalista de Linaje (última incorporación al sello) que se dejó la voz y el alma en “¿Qué tal?” convirtiéndose en el centro de todas las miradas y demostrando, por enésima vez, que está donde está por méritos propios y que su andadura en la música no ha hecho más que empezar.
Como guinda del pastel, todos los invitados que habían participado en el show subieron al escenario para interpretar “Bienvenidos los muertos”, convirtiendo el recinto en una verdadera fiesta en la que las emociones de los artistas y el público parecían fundirse en una sola que hubiéramos querido que nunca se extinguiese.
Finalmente y durante un interminable aplauso, Ciclonautas se despidió de su público madrileño, adoptando de forma tácita el compromiso de volver cuanto antes, pues si una cosa quedó clara es que ésta siempre será su casa… y que a ellos les queda rock para otros diez años, como mínimo.