La Casa Azul esta de aniversario y lo celebra con dos conciertos muy especiales, uno en Madrid al que tuvimos la suerte de asistir, y el otro para el que ya no hay entradas desde hace meses en el Sant Jordi Club de Barcelona el próximo nueve de Noviembre. Quedaban muy pocas entradas para colgar el “No Hay Entradas” en Madrid y como no podía ser de otra forma, se completo el aforo de un Wizink Center en el formato de pista mas la primera grada. Y todo comenzó con una cuenta atrás regresiva para enloquecer a un publico muy diverso en edad, pero igualmente excitado.
“Estoy muy nervioso, muchas gracias por estar aquí” fueron las palabras de un Guille Milkiway que no hace falta que nos lo diga, ya sabemos que su forma de vencer la timidez es sobre las tablas…aunque sea buscando como “esconderse” en un espacio diáfano como es el escenario de todo un Wizink Center. Dirías que no hay posibilidad, pero la hay, para eso están las pantallas gigantes que hacen de contra luz y los focos fuertes…pero a pie de escenario y hacia el público, algo que no preocupa nada a unos seguidores que disfrutan de su mezcla de pop electrónico al que, todo hay que decirlo, le viene al pelo esa estética sideral. Hacia mucho que no veía un show con tanto fuego y que dejara tan lleno de papelitos de confeti el suelo del Wizink Center.
La Casa Azul
La fecha especial hizo que Guille se sincerara con sus seguidor dedicándoles un tema a los que, como el, su timidez les hace encerrarse en una esfera en la que no deja entrar ni salir los sentimientos y que se convierte en metal cuando mas tiempo pasa. Este comentario además de arrancar una sonora ovación le sirvió de introducción para presentar a los miembros del staff de la bandas con los que en algunos casos lleva desde que comenzó esta aventura de La Casa Azul.
El set list fue un buen repaso a su discografía con temas que no hace habitualmente y con momentos muy especiales como la participación de Solea Morente para llevar al máximo nivel la ya genial “Vamos a Olvidar”. A pesar de que las emociones estaban a flor de piel Guille tuvo ese momento de calma necesario como para hacer un homenaje al gran Juan de Pablos, sin lugar a duda un detallazo.
La Casa Azul
La Casa Azul esta mas reluciente y remodelada que nunca, veinticinco años no son nada, bueno si, son un gran periplo en lo musical que sirve para poner patas arriba un recinto tan de relumbrón como es el Wizink Center de Madrid, una plaza difícil en la que Guille realizo una gran faena saliendo por la puerta grande con un show de casi dos horas en el que hasta los de seguridad acabaron sudando de tanto bailar y cantar. Perfecta muestra de cómo alguien que no busca notoriedad tiene toda la atención del mundo durante ciento veinte minutos en un recinto abarrotado. Nos queda el Sant Jordi Club ¿podéis imaginaros lo que va a ser este aniversario jugando en casa? Que suerte tenéis todos los que vais a estar el próximo nueve de noviembre en Barcelona, a disfrutar.