Empezaba el mes de octubre, en lo musical, en el mismo lugar en donde había comenzado el mes anterior, es decir, en el Varuko de Vioño, ya que, ese primer viernes, iba a tener lugar el Oktoberfest, con cerveza especial y salchichas para todos los presentes y lo que más me interesaba, con música en directo, en este caso de Killin Bananas.
Curiosamente, a este cuarteto, compuesto por Pedro, voz y guitarra, Dani, guitarra y coros, Nino, bajo y coros, y Liki, batería, los había visto el anterior viernes en el San Migueluko Rock, y aunque no suele ver dos conciertos del mismo grupo tan seguidos, siempre hay excepciones.
Para aquellos que no conozcan a esta banda cántabra, con 6 años de andadura, recordarlos que ya tienen grabados tres discos, que son “Un nuevo amanecer”, del 2020 y por cuya edición les entrevistamos, “La bahía”, del 2022, e “Imaginemos que lo estamos haciendo mal”, de este 2024.
Killin Bananas
Como suele ser habitual en estas fiestas, el comienzo del concierto se demoró, dando tiempo a que todo el mundo bebiese y comiese a gusto, empezando la velada sobre las 22.30, con una intro que sonó de fondo, para, después de preguntarnos como estábamos, con positiva respuesta de la concurrencia, que llenaba el interior del bar, iniciar su andadura con “Drag race”, de su anterior trabajo, el cual comenzó lento y pausado, dejándonos un corte pegadizo y potente.
Momento de recordar su ópera prima con “Huelo a sangre”, un tema muy rápido y potente, tras el que hicieron su primera incursión en su actual disco con “El mañana nunca espera”, el que abre el mismo, un corte directo y pegadizo, con el que la gente se animó todavía más, siendo unido con “El caballo de Atila”, esa veloz pieza, que estaba recogida en su anterior trabajo y que sonó, además, muy intensa.
Después de un leve respiro, continuaron con otro tema de su actual disco, precisamente el que lo cierra, “La rutina del silencio”, el cual empezó calmado, pero después cogió fuerza, para volver a su anterior obra con “¿Te conozco?”, que fue unido al anterior, un corte muy pegadizo y potente, antes de regresar a su primer trabajo con “Fracaso”, una pieza muy rápida y quedona.
Killin Bananas
Tras un breve descanso, nos preguntaron qué era lo mejor de la vida, antes de tocar ese ya clásico “Aire acondicionado”, un himno, recogido en su anterior disco, para volver a su actual obra con “Estropajo”, que fue iniciado por el bajo, siendo un corte muy veloz, pero que contó con ese sonido quedón, el cual fue unido con “Te aleja de mí”, de su anterior trabajo, que tuvo un comienzo guitarrero, dejándonos con una canción muy rápida y poderosa.
Era el momento de regresar a su nuevo disco, en donde está recogido ese rápido tema llamado “Elmo”, que contó como invitado a ese amigo de la banda al que se lo dedican, con un estribillo muy pegadizo, para volver a su anterior lanzamiento con “I´m bleeding”, un corte que empezó tranquilo y con el bajo en primer plano, para luego volverse más rápido, para, unida a éste, continuar con “Esclavo”, de su primer álbum, una pieza que fue tocada a toda velocidad.
Momento de agradecer al Varuko el que hubiese contado con ellos y a Monchi el que ejerciese de técnico de sonido, para pasar a tocar el tema que daba nombre a su disco de hace dos años, “La bahía”, el cual empezó tranquilo y que es otro clásico de la banda, dejándonos con un muy buen corte y de mucha calidad, para volver a su actual trabajo con “Ni rezo, ni olvido”, lamentándose de los que ya no están, una pieza muy rápida y potente.
Killin Bananas
Nos recordaron el festival nazi que se iba a celebrar la semana anterior a mitad del tema “De paseo”, de su ópera prima y que sirvió para presentar a los miembros de la banda y agradecernos el estar aquí, siendo un muy buen corte y muy celebrado, para continuar en el mismo disco con ese himno que es “Chaval de barrio”, una gran pieza y que fue muy celebrada.
Comentaron que tenían un puesto de merchán, con diferente materia de la banda y que llegaba el último bloque de la velada, que fue iniciado por “Resistencia al éxito”, de su más reciente disco, un tema que fue dedicado a un grupo de chicas y que fue tocado a toda velocidad, dejándonos un corte muy pegadizo, para seguir con su versión del “Falling in love”, de No Fx, con ese sonido juguetón inicial y que sonó contundente.
Para los dos últimos temas iban a regresar a su último disco, siendo el primero en sonar “La belleza de lo inútil”, un corte que empezó con un sonido calmando, antes de desatarse la tormenta y volverse muy rápido, despidiéndose, definitivamente, con “No vuela”, con Plin arropándoles a las voces, una pieza muy acelerada e intensa, además de contundente, con ese momento en que se relaja, antes de coger más velocidad.
Con una outro final sonando de fondo y después de casi una hora de concierto, terminaba una actuación de Killin Bananas muy intensa y tocando muy bien, demostrando ser una muy buena banda, que, además, saben hacer que la gente disfrute de sus directos y se acaben metiendo en ellos, gracias a esas canciones rápidas y directas, pero, al mismo tiempo, muy bien ejecutadas.
Killin Bananas
Y es que no olvidemos que estamos ante un grupo que, aunque tengan una propuesta amena y divertida, también tienen letras más comprometidas, logrando una buena unión entre fiesta, reivindicación y temas personales, interpretadas por unos músicos que demuestran su gran calidad, algo que se refleja tanto en sus discos, como en sus directos, que es donde está la esencia de la banda.
No dudéis en ir a ver en directo a Killin Bananas, si tenéis la oportunidad, porque lo vais a disfrutar, como lo llevo haciendo yo desde la primera vez que los vi.
Así terminaba, en lo musical, la noche en el Varuko de Vioño, tras haber disfrutado con los Killin Bananas en directo que, una vez más, nos los hicieron pasar muy bien, acompañando a este ambiente festivo que se vivió y que todavía se prolongó hasta bien entrada la madrugada, haciendo que esta noche de viernes fuese especial y todo ello gracias a la banda y a la dirección de Varuko que siguen apostando por la música en directo, aunque sea de manera puntual: gracias por ello.