“Coge a un tío de barrio, mételo en un sitio caro; preguntará los precios con descaro, hasta hartaros…” desconocemos si cuando Saturnino Rey “Zatu” escribió estas líneas para abrir “El liricista en el tejado” imaginaba lo que estaba por llegar, y si en algún momento pensó que un pobre desgraciao de Sevilla que vive en la inopia (o, en este caso, dos) no sólo conseguirían grandes proezas en casa, como llenar la Cartuja, sino que fuera de ella, tendrían el WiZInk Center de Madrid a sus pies.
Y así ocurrió el pasado 18 de octubre, cuando cerca de quince mil personas se dieron cita en el antiguo Palacio de los Deportes para despedir a los Siempre Fuertes de Konciencia; aunque, por fortuna, no se trataba de un adiós, sino de un hasta luego, según indicó el propio Zatu al inicio del concierto, que se inició con “Sin miedo a vivir”, extraído del álbum homónimo publicado en 2014.
Desde un primer momento quedaron patentes dos aspectos contrapuestos: una fantástica escenografía, con un juego de luces que haría las delicias de cualquier fotógrafo… y un sonido que no estaba a la altura de las circunstancias, posiblemente debido a la muy desfavorable acústica del recinto. Quienes nos leéis habitualmente sabéis que no somos muy de criticar el trabajo ajeno, pero lo cierto es que, al menos desde la parte trasera del WiZink, el sonido se percibía sucio y no se entendía demasiado bien la voz, elemento indispensable al tratarse de una formación de rap.
SFDK
Tras “Lucifer”, recibimos al primer invitado de la noche, el icono del dancehall Fyahbwoy, que participó en “Todo lo que importa” y “Blondapetit”, canciones en las que el madrileño ya prestó su voz durante las grabaciones de Sin miedo a vivir y Lista de invitados.
Seguidamente, “Cara B”, “Pruébalo” y “El Blues del Condenado” pero, en esta ocasión, sin Lia Kali, quien sí participa en la versión de estudio.
A estas alturas de concierto, los quince mil espectadores que copaban el recinto estaban ya totalmente entregados a sus anfitriones y desde las plantas superiores podía apreciarse un mar de manos, gorras y linternas de móvil perfectamente armonioso que rallaba en lo hipnótico.
El siguiente en subir al escenario fue Bejo, quien cantó “Pompa” como ya lo hiciera par el disco Inkebrantable (2023). A continuación, y tras “No le da”; Little Pepe cantó “Bajo el Mismo Sol”, canción con la que alcanzamos el primer tercio del concierto.
Durante el tramo central del evento pudimos escuchar algunos clásicos atemporales como “El Niño Güei”, “El Liricista en el Tejado” o “Dónde está Wifly”; además de una increíble interpretación de “Siente” del álbum TFM-MAD Sara Socas en la que la artista de Tegueste incendió el escenario (en sentido figurado) manejando a capricho la voluntad de los presentes.
SFDK
Con “Suena ha!”, en la que subieron Víctor Rutty y Darmo, se inició la recta final, en la que el desfile de invitados fue ya imparable, incluyendo nombres como Green Valley, en “Nunca Pararé”, Sho-Hai en “Pichón Break” o Kaze, en “Mambo” y “Agua Pasá”; entre las que intercalaron “Ovarios y Pelotas” y “Años Muertos”, dejando paso a continuación al último invitado de la noche, Kase O, que cantó “Señores del Brunch” y “Ringui Dingui”.
Finalmente, “Defectos y taras”, “Yo contra todos” y “Un pobre con dinero” supusieron un cierre perfecto para un concierto casi perfecto en el que quedó bastante claro que aún queda SFDK para, al menos, otros treinta años.
No sabemos con certeza cuando podremos volver a disfrutar de su directo, pero les estaremos esperando.