Viernes y festivo nacional, todo parecía encajar perfectamente, y para añadir una capa más de gozo y disfrute, ¿pues qué mejor que sumarle a la ecuación un concierto de punk rock? En esta fecha, teníamos dos citas disponibles para elegir: por un lado, los pamplonicas de Lendakaris Muertos en el Lava; por otro lado, los suecos de Baboon Show en la Porta Caeli. Nosotros nos decantamos por los segundos, pues amamos profundamente la fuerza de sus directos.
Con un anuncio bien merecido de “sold out” en todos los carteles que se podían ver del evento, la banda de Suecia quiso rodearse de los locales Malasangre para ir caldeando la sala en lo que calentaban gargantas e instrumentos. Bien conocidos en su tierra natal por los conciertos que han dado en salas y plazas, rompieron el silencio de la acústica a las 20:15, actuando como una campana de llamada para el público que aún permanecía fuera de la sala, y que fue acudiendo progresivamente, con cierto goteo, hasta ocupar la mitad del aforo de la Porta Caeli.
Malasangre
Abriendo con “Guerrero”, de su primer EP homónimo, fueron haciendo alarde de su estilo hard rock con toques de stoner, y con “Infierno”, mostraron una pista extraída de su segundo EP. “Animal de compañía”, “Cuenta hasta tres” y “Caeré de pie” sirvieron como un buen lucimiento de ese segundo trabajo de cinco cortes nacido en el 2022, con el que Marta estuvo muy profesional y cómoda a las voces, mientras que a los instrumentos, sobre todo fue David a la guitarra quien se llevó gran parte del protagonismo, sin desmerecer a Jacobo en la batería y a Miguel al bajo. En el último tramo del set list, trajeron uno de sus temas más escuchados, “Piel azul”, y fueron también en estos últimos quince minutos de su directo en los que pudimos presenciar un par de solos de guitarra de David que nos llevaron a aplaudir a muchos de nosotros.
Los vallisoletanos dieron por finalizado su turno muy puntuales, a las 9 en los relojes, y mientras se establecían los ríos de gente habituales entre calle, barras y baños, fuimos notando una obvia mayor congregación de cabezas en el escenario, y el aviso de sold out nos daba a entender que íbamos a estar bien pegados, codo con codo, pues se esperaban más de 400 personas dentro de la sala. Y así fue como, pasadas las 9 y media, los suecos se fueron asomando a las tablas, iniciando las presentaciones.
Malasangre
Un muy audible y entendible “We are Baboon” nos dio a entender claramente que se trataba de ellos, la banda que está tan en plena forma, habiendo cumplido ya más de 20 años en la escena, y con ese estilo tan inconfundible y propio entre el punk y el cabaret. Empezaron fuerte, con “The Shame”, y seguidamente, con “God bless you all”, precisamente procedente del álbum que les sirvió como celebración de su 20 aniversario. No se alejaron mucho de dicho álbum, pues el siguiente track fue “Oddball”, y ya con la siguiente del set list, se empezó a desatar la energía, pues “Me, Myself and I” es uno de sus coros más laureados, allá donde van.
La prueba de que los Baboon contagian su énfasis y su entusiasmo al público la tenemos en todos sus miembros, y Hakan y Frida (guitarra y bajo, respectivamente), tampoco se quedaron atrás, yendo a fuego en primera línea desde los compases iniciales. De hecho, fue Hakan uno de los que mejor se lo pasó, junto con Cecilia, pues no se privó de subirse sobre las manos del público, sin soltar su guitarra, antes de que acabase la primera mitad del bolo. “Gold” nos retrotrajo al LP del año pasado, y si bien este tema no es de los más celebrados de la banda, sirvió como puente tendido para “Queen of the dagger”, que es uno de esos que se deben escuchar si se quiere conocer a la banda, pues forma parte del ecuador de su carrera.
The Baboon Show
Hablando de ecuador, aquí llegamos al meridiano del concierto, pues la mitad de su set list ya había sido entregado con cariño a las masas compuestas por nosotros. “Hurray” abrió la segunda mitad como una caricia hacia uno de los discos más influyentes de la banda, “Radio Rebelde” pues en el 2018, año en el que lo parieron, ya estaban haciendo multitud de conciertos internacionales. Junto con “Same old story”, también del susodicho larga duración, dieron un salto de longitud al pasado con “You got a problem without knowing it”, nada menos que hasta el 2010.
Y para ir apagando los fuegos de su espectáculo (quién diría que en Estocolmo iba a hacer tanto calor), su último cuarto de set list estuvo salpicado por tres discos distintos, y uno de ellos, especialmente distante en el tiempo: “No afterglow” (Radio Rebelde), “Rolling” (God bless you all), “Playing with fire” (Punk Rock Harbour, del año 2010). Cuando el fin de nuestra cita ya estaba cerca, estaba claro que faltaba el último himno por compartir con nosotros, y no podía ser otro que “Radio Rebelde”, del trabajo homónimo, y con el que han clausurado tantos y tantos escenarios.
The Baboon Show
Aunque, para sorpresa de nadie, sobre todo quienes ya seguimos a los Baboon desde hace más tiempo, la verdadera protagonista es Cecilia, su vocal, que se desayuna, come, merienda y cena todas las tablas y micrófonos que se le ponen por delante, y es por ello que su actitud, su estilo y su personalidad la han elevado, literalmente, hasta los techos. Porque, si no recuerdo mal, fueron cuatro viajes de ida y vuelta los que esta tremenda y enorme mujer protagonizó a través de la Porta Caeli, transportada por el público hacia lo más alto (casi rozando los focos), sintiendo el agrado y la complicidad del público que se entrega tanto como ella, en esa simbiosis que transforma sus directos en fiestas. Hacerse los suecos se les da tan bien, que nos encanta hacérnoslo también a nosotros con ellos.