Hay bandas a las que, cuando vienen por la tierruca, te gusta ir a verlas, salvo causa de fuerza mayor, ya que son formaciones a las que ya has visto un amplio número de veces y sabes, con total seguridad, que vas a disfrutar con dicho grupo, así que, cuando te enteras de que van a volver a actuar por aquí, te apuntas la fecha y acudes, sin pensártelo dos veces, a verlos en directo.
Eso me pasa a mí con Mama Ladilla, un grupo al que llevo siguiendo desde hace tiempo y a los que he visto un buen puñado de veces, desde aquella primera vez, en la desparecida Sala Heaven, en el 2008, hasta la última vez, en la misma sala en que iba a tener lugar el concierto, el Rock Beer The New, en donde estuvieron hace más de dos años.
Así que para el citado local santanderino que regresé, tres semanas después de mi anterior visita, para ver en directo a este trío, que se forma en 1993 en Madrid y que está compuesto por Juan Abarca, guitarra y voz, Sergio Legazpi, bajo y coros, y Abel del Fresno, batería.
La discografía de la banda está compuesta por la maqueta “Directamente a la basura”, de 1994, los discos “Arzobispofobia”, de 1996, “Naces, creces, te jodes y mueres”, de 1998, “Requesound”, de 1999, “Power de mí”, del 2001, “Analfabada”, del 2002, “Directamente de la basura: Diez años macerando (Reedición de la primera maqueta)”, del 2004, “Autorretrete”, del 2005, y con el que les entrevistamos, “Jamón beibe”, del 2010, “Coprofonía”, del 2015, “Quién pudriera”, del 2018, y su último “Exhuma y sigue”, del 2021, y con el que les volvimos a entrevistar, sin olvidar su Ep “Bilis”, del 2014, y su directo “Un bis y a la cama", del 2017.
Mamá Ladilla
Llegué con cierta antelación y ya se preveía una buena presencia de gente, que iría aumentando a medida que la hora del concierto se acercaba, demorándose en media hora el inicio de este evento, que comenzó sonando como intro el “Así habló Zaratustra” de Richard Strauss, y con la banda tomando posiciones, antes de empezar, propiamente su velada, con aquel “Flípalo”, de su ópera prima, arranque en falso incluido, un tema muy intenso y que fue muy celebrado por una concurrencia que se arremolinaba en las primeras filas.
Unido al anterior llegaba el corte que abría su quinteto trabajo, publicado en el 2002, “Cosas que joden”, un tema muy movido y pegadizo, con la gente coreando la letra, como harían durante toda la noche, para comentarnos que nos veían fuera de forma, así que llegaba la hora de los “Tricerátops”, de su último disco, con Abel haciendo gimnasia, una pieza muy celebrada y en la que hubo momento para el lucimiento de Sergio con el bajo.
Sin apenas parar, era el turno de otro clásico, “Janfri güein”, de su plástico del 2005, un tema muy movido y cantado y que contó con ese estribillo tan rápido y celebrado, siendo seguido por “Monger woman”, recogida en su último disco, una pieza muy animada y coreada, además de muy intensa, pero que también tuvo partes algo más calmadas, aunque siempre recuperando esa fuerza previa.
La verdad es que la banda ha introducido en su repertorio algunos temas que hacía tiempo que no escuchábamos en directo, como es el genial “Atente a tu tonta tarea”, de su tercer disco, con ese inicio tan movido y con tanta clase, antes de dar paso a su pegadizo estribillo, el cual fue tan cantado, mientras sus músicos no paraban de gesticular, para continuar, tras afinar, con esa pieza que habla sobre el ciclo de la vida, “Naces, creces, te jodes y mueres”, recogida en la obra de igual título y que resultó ser una canción muy rápida y coreada.
Mamá Ladilla
El siguiente tema fue presentado como uno de baile de salón y es que llegaba “Precisamente aquí”, de su disco de hace 19 años, el cual empezó tranquilo, aunque luego el corte se fue animando y se volvió muy rápido y contundente, para, después de tomarse un respiro, pedir algo para tomar y vacilarse entre ellos, continuar con “Pastel”, la pieza que abría su tercer álbum, la cual tuvo un comienzo machacón, dejándonos con una pieza muy mitica y que contó con una potente batería.
El siguiente corte fue dedicado para todos aquellos y aquellas que esta noche iban a ligar, y es que llegaba “La paja”, de su obra del 2015, que comenzó con ese inicio tan juguetón, dejándonos un corte muy movido y animado, en el que nos hicieron corear el estribillo, para avisarnos de que llegaba el momento de la muerte y la destrucción, es decir, que era el turno de “Obcequeitor”, una canción que fue unida al anterior y que aparecía en su plástico de hace 25 años, muy rápida y cantada, notándose a la gente disfrutar, no solo con esta pieza, sino con toda la velada.
Era el momento de tocar uno sobre calvo barbudos, buscando y encontrando alguno entre la sala, y es que llegaba “Se dice heavy metal”, de su anterior disco, un tema muy cantado y celebrado, dejándonos con un corte muy pegadizo y quedón, siendo unido con “Solo”, una pieza recogida en su maqueta y que sonó a toda velocidad, la cual fue muy coreada y que resultó una canción muy intensa y tampoco muy habitual en su repertorio.
Otro tema mítico de su discografía es “El amor no tiene edad”, de su segundo trabajo, mostrándonos un corte muy rápido y pegadizo, en donde nos pudimos deleitar con una nueva exhibición técnica de estos magníficos músicos, para llevarnos a “Fuenteborreguna”, de su plástico de hace 14 años, una canción muy movida y cantada y en la que, como durante toda su actuación, se vio la gran conexión que tienen los componentes del grupo, interactuando y vacilando entre ellos.
Mamá Ladilla
Fue Juan el que dio comienzo al siempre esperado “¡Pobre principito!”, de su disco de 1998, y que fue cantado por toda la sala, entrando luego el resto de los instrumentos y produciéndose un enorme karaoke, con todos los presentes repitiendo la letra de principio a fin, para continuar con “Aparta, papá”, aquella pieza que ya aparecía en su maqueta y que recuperaron para su ópera prima, con lucimiento inicial de todos los músicos, una canción muy coreada por la concurrencia y con esa parte rápida en el estribillo, que dio paso a un pogo.
Y, como ellos mismos dijeron desde el escenario, íbamos de papá a papa y es que llegaba el popular “Surfin Papa”, que cerraba su conocida obra del 2005, un tema que fue muy celebrado y cantado por todos los allí congregados, y sin que Juan tuviese que cantar durante buena parte de este corte, para pasar a tocar ese inicio calmado de “Gatitos”, una pieza englobada en su anterior disco, que, poco a poco, fue cogiendo más fuerza e intensidad, aunque acabó de manera tranquila.
El sonido de la batería fue el que unió a la anterior con “Primavera”, de su segunda obra, con ese guiño al tema de igual nombre de Vivaldi, un corte que fue muy celebrado y aclamado y en el que Sergio se atrevió a tocar el bajo con un botellín de agua, para llevarnos a su tercer disco con “Mi nave mix”, de la que tocaron “Sube a mi nave”, “Lee burro” y “Tengo los cojones negros”, para unirla con “Fornicio Mix”, de su cuarto trabajo, de la que interpretaron “Cuatro hurras”, “Aleluya” y “Fornicio Vil II”, todas ellas partes que fueron muy bien acogidas y muy cantadas por todos.
Tras una breve pausa, llegaba el momento del conocido “Cunnilingus post mortem”, de su plástico de hace 19 años y que empezó calmado, aunque luego fue cogiendo más fuerza, siendo un corte muy coreado y celebrado, en donde nos anunciaron que estaban llegando al final de su velada y nos pidieron nuestras palmas, para despedirse, no sin antes tocar la siempre esperada “Sucedió en Beckelar”, de ese mismo disco, y con toda la sala saltando y cantando, prolongando el estribillo, teniendo, cada uno, su momento para lucirse, tras ser presentados, siendo especialmente llamativo el solo de Abel, con una primera parte en que hizo como que tocaba, pero sin llegar a tocar la batería, retomando la canción y alargando esa parte final.
Mamá Ladilla
Tras un amago de irse, foto final incluida, todavía quedaba la parte final de su actuación, que comenzaron con “Tu fiesta”, otro tema que estaba recogido, tanto en su maqueta, como en su primer disco, el cual empezaron de golpe, un corte muy festivo y contundente, para continuar en su ópera prima con esa canción que nunca puede faltar en sus conciertos, “Chanquete ha muerto”, con ese inicio con la banda sonora de “Verano azul”, dejándonos una pieza muy celebrada y creándose un gran pogo.
Y llegaba el final del concierto y lo iba a hacer con otro tema que también aparece en su maqueta y en su primer trabajo, como es “Ataca”, un corte que fue unido a la anterior y que fue tocado a toda velocidad, con pogo incluido, el cual sonó muy cañero y en donde incluyeron fragmentos del “Oh, pretty woman”, de Roy Orbison, y del “Ace of spades”, de los Motörhead, recuperando la pieza inicial y despidiéndose, no sin antes agradecernos nuestra presencia y a Juan, del Rock Beer The New, el trato recibido.
De esta manera y tras estar sobre las tablas casi dos horas, concluía el concierto de Mama Ladilla, con el “Nellie the elephant” de Toy Dolls sonando a modo de outro, después de ofrecernos una gran actuación, demostrándonos, una vez más, que son una banda muy divertida, pero que, además, saben tocar muy bien, y que siempre es muy bien acogida por estas tierras, donde tienen ya una importante base de seguidores.
Me pareció especialmente interesante que el grupo recuperará temas que hacía mucho que no tocaban, algo que se pueden permitir, primero, por tener una amplia lista de canciones que nos gustan a todos, y segundo, porque no venían con la presión de tener que presentar un nuevo disco y la verdad es que a mí me gustó escuchar de nuevo esas piezas, no tan habituales, sin por ello dejar de tocar los clásicos de la formación.
Una vez más, los Mama Ladilla dieron una gran lección de calidad y de saber cómo hacernos pasar un buen rato, olvidándonos de las miserias de nuestro día a día; totalmente recomendables y, sin duda, volveré a verlos en cuanto regresen por la tierruca.
Después de saludar a los miembros de la formación y de despedirme de algunos de los asistentes, me fui del Rock beer The New, tras haber disfrutado de una gran actuación de unos Mama Ladilla, que son ya un grupo que forma parte de la historia del rock estatal y lo han logrado a base de esas letras tan trabajadas y de unas partes musicales que tanta calidad contienen; por eso y por más son muy queridos por seguidores de diferentes estilos musicales, como allí mismo pudimos comprobar. Gracias por esa noche a la banda y a la sala.