He de ser sincero y mis planes para este último domingo del mes de noviembre iban por otros caminos ajenos a lo musical, pero, cuando por cuestiones laborales de mi compañera, tuve que dar un giro a dichos planes, me acordé de que en el Escenario Santander iba a llevarse a cabo el concierto de The Hawkins, por lo que decidí acudir a la cita con esta banda sueca.
Dicho grupo se forma en el año 2013 y está integrado por Johannes Carlsson, voz y guitarra, Mikael Thunborg, guitarra y coros, Martin Larsson, bajo y coros, y Albin Grill, batería y coros, habiendo publicado, hasta el momento, los discos “Ain't Rock n Roll”, del 2017, “Silence is a bomb”, del 2020 y “Aftermath”, del 2021, además de los Ep´s “Part II: The puppet show” y “Guantanamo bassline”, ambos del 2014, y el directo “Live in the Woods”, del 2021.
La verdad es que su propuesta me parecía muy interesante, así que me acerqué a la sala santanderina, apenas 8 días después de mi anterior visita, para disfrutar de este concierto, el cual iba a sufrir una floja asistencia y que iba a tener lugar en el escenario pequeño, el situado frente a la barra principal.
Apenas pasaban diez minutos de la hora fijada cuando comenzó a sonar, a modo de intro, el “We will rock you” de Queen, curiosamente la banda protagonista de un evento familiar que había tenido lugar esa misma mañana en ese mismo recinto, con los músicos subiendo y pidiéndonos que nos acercásemos, para empezar su andadura con “Rat race”, de su ópera prima, el cual iniciaron a toda velocidad, un tema muy rápido, movido e intenso.
The Hawkins
Tras cosechar los primeros aplausos y mostrarse agradecidos por nuestra acogida, continuaron con otro corte que fue iniciado por el batería en solitario, pero que luego fue ganando intensidad, dejándonos con un tema con un sonido juguetón y que se volvió más enérgico después, reiterando sus agradecimientos, para seguir con “Roomer”, una pieza recogida en su segundo disco, la cual empezó de golpe, muy cañera y potente, con ese buen rato en que palmearon y nos hicieron palmear, buscando siempre la conexión con la concurrencia.
Sin casi pausa con la anterior, llegaba el turno de “Candide”, aquel tema que aparecía en su primer Ep, el cual empezó calmado, pero que luego se volvió más animado, siendo un corte con intensidad y fuerza, muy cañero, aunque tuvo un parón y se relajó, para retomar la energía y potencia previa, antes de regresar a su disco de hace 4 años con “Hilow”, una pieza que se inició de manera explosiva, mostrándonos una canción muy quedona y pegadiza, de esas que se te quedan grabadas rápidamente, muy animada y enérgica, pese a que tuvo ese momento en que se relajó y su vocalista cantó a capela, para, después, recuperar la energía previa.
No había tiempo que perder y la anterior fue unida con “Let's go”, de su ópera prima, un corte para el que nos pidieron palmear y acompañarlos con ese grito inicial, un gran tema, muy movido e intenso y con el que animaron más a los presentes, tras el que nos recordaron la gira que habían llevado a cabo por diferentes zonas del estado y que esta noche llegaba a su fin, para continuar con “Klister”, una nueva pieza, que han subido a redes este mismo año y que sonó con mucha fuerza y potencia, ofreciéndonos una canción muy cañera y que tuvo un final en seco.
Muy guitarrero fue el inicio de “Amnesia”, el tema que abría su segundo Ep y que sonó muy pegadizo y animado, dejándonos un corte muy contundente y machacón, que contó con esos coros en los que nos hicieron cantar, para regresar a su anterior disco con “Libertine”, una pieza que fue unida al precedente con el grito del guitarrista, contando con un potente inicio y que fue cogiendo velocidad progresivamente, mostrándonos una canción muy rápida y cañera y que tuvo un intenso final.
The Hawkins
No dejaron de agradecernos nuestra acogida y presencia, para continuar en ese mismo disco con “Stranger in the next room”, que fue iniciado por el sonido de la batería, siendo un tema machacón, con un ritmo lento y pesado, además de intenso y duro, siendo unido con “The astronomical fool”, una pieza que fue publicada como single hace 6 años y que contó con ese sonido guitarrero y con una potente sección rítmica, antes de quedarse el cantante en solitario con su guitarra, para, ya con todos los músicos, recuperar la velocidad previa y dejarnos un potente final.
Momento de presentar a los músicos que integran la banda, antes de tocar “Shaking ground”, de su primer disco, un tema que empezaron de golpe y que sonó con mucha fuerza y potencia, dejándonos con un corte muy quedón y contundente, para, sin casi parar, lanzarse a tocar “Perfect son”, de esa misma obra, con el sonido de la batería dando entrada a esta pieza, muy intensa y poderosa, que contó con ese parón para que diésemos palmas, recuperando, después, la canción la intensidad previa.
Sin abandonar ese mismo disco, fue la batería la que dio comienzo a “Frankie boy”, un tema cañero y que tuvo un sonido de guitarra juguetón, cogiendo más velocidad y energía, hasta que el corte se relajó para que coreásemos, recuperando, después, la fuerza previa, pasando a avisarnos de que solamente quedaban dos canciones, siendo la primera que tocaron “Fuck you all I'm outta' here”, de ese trabajo de hace 7 años, la cual tuvo mucha potencia inicial, ofreciéndonos una pieza muy intensa y pegadiza, la cual se calmó, para, a continuación, retomando la contundencia precedente.
Llegaba el momento de la presentación de Johannes Carlsson a cargo de Albin Grill, antes de adelantarnos que el siguiente corte era el último, siendo el mismo el genial “Fisherman blues”, de su disco de hace 4 años, el cual empezó calmado y con un bello sonido, cogiendo mucha fuerza y velocidad, un verdadero temazo, en el que jugaron con esos contrastes de intensidad, parándose en seco y recuperando la energía previa; una verdadera maravilla.
Se despidieron, invitándonos a pasar por su puesto de merchán, pero, aunque se fueron del escenario, la gente quería una más y tocaron una canción que no aparecía en su repertorio, avisándonos de que se iban bailando, dejándonos con una pieza que contó con una batería potente, muy cañera y con un buen sonido de guitarra, ofreciéndonos una composición movida y animada, que luego se relajó y en la que el bajo tomó presencia, antes de recuperar la fuerza que había tenido anteriormente.
The Hawkins
De esta manera y con la banda recordándonos que tenían diferente material de la formación en su puesto de merchán, concluía, tras 70 minutos sobre el escenario, este muy buen concierto, muy entretenido y animado, a cargo de unos The Hawkins que nos hicieron pasar un buen domingo noche, gracias a su rock and roll, tan potente y elegante a la vez, logrando que todos conectásemos con su propuesta.
Musicalmente la banda ofrece un sonido en donde combinan momentos de fuerza y potencia, con otras partes más melódicas, todas ellas muy bien ejecutadas por estos cuatro músicos, que saben anteponer sus cualidades y que sean las canciones las que tengan mayor protagonismo, dando un buen repaso a su discografía y es que tienen muy buenos temas en ella, tanto los que sonaron esta noche, como los que no lo hicieron.
Sin duda, una banda para ver en directo y a la que espero volver a disfrutar en alguna próxima vista por estas tierras; no te los pierdas, si tienes la ocasión.
Con un par de Cds de la banda bajo el brazo y tras despedirme de algunos de los pocos presentes, me fui del Escenario Santander, donde lo único verdaderamente negativo fue la escasa asistencia de público, ya que, por lo demás, disfrutamos de una gran actuación a cargo de estos The Hawkins, que no se acobardaron y lo dieron todo sobre las tablas y es que cuando te gusta lo que haces, da lo mismo que haya diez que diez mil personar viéndote; otra gran noche en el Escenario Santander, gracias a la dirección de este local y al grupo que tuvimos ante nuestros ojos.