Llegábamos al primer día del último mes del año con una cita en forma de concierto y es que dicho día, domingo para más señas, iba a regresar al Escenario Santander, solamente 7 días después de hacerlo por anterior vez, ya que nos visitaban El Altar Del Holocausto, que volvían, después de mucho tiempo, a tierras cántabras para ofrecernos su particular homilía.
Este cuarteto instrumental se funda en el año 2012 en Salamanca y está compuesto por Weasel Joe, guitarra, Reverb Myles, guitarra, Skybite, bajo, y Reaper Model, batería, habiendo publicado, hasta la fecha, los discos “HƎ”, del 2013, “SHƎ”, del 2015, e “IT”, del 2019, los Ep´s “El altar del holocausto”, del 2016, y “Trinidad”, del 2021, y el sencillo “De euforia y nostalgia”, del 2022, además de algunas canciones sueltas que tienen subidas a las redes sociales.
Llegué con cierto tiempo al mencionado local, viéndose ya una importante presencia de gente en las cercanías del escenario pequeño de la citada sala, que era donde se iba a desarrollar el evento, mientras la mayoría nos acercábamos a su amplio puesto de merchán para comprar algún recuerdo a precios más que razonables, a la vez que la música ambiente nos iba metiendo en situación y se dejaban ver algunos asistentes ataviados como lo harían los protagonistas de la noche.
Como es habitual en esta sala, el concierto se inició de manera puntual, sonando una intro intensa de fondo, mientras los músicos subían, con su batería gesticulando y todos arengándonos con gestos, para comenzar, propiamente la velada, con “Act II – Resvrrectionem”, de su Ep del 2016, un tema que empezó con energía, pero que luego fue calmándose, pidiéndonos que nos acercásemos, dejándonos un muy buen corte, con mucha fuerza y ritmo, y que, además, fue muy movido.
El Altar del Holocausto
Unido al anterior por el sonido de la batería, llegaba el turno de “Caridad”, de su Ep de hace 3 años, un tema con mucha energía y contundencia, pero que luego fue relajándose, volviéndose un corte muy pausado, aunque con mucha calidad y un sonido muy cuidado y limpio, para, después, ir cogiendo más fuerza e intensidad.
Con una intro sonando de fondo, dieron entrada a ese corte llamado “Riff”, con una guitarra muy afilada y potente, para luego relajarse y sonar más pausado, manteniendo el tema ese poso calmado y con una gran delicadeza en la ejecución, antes de coger más fuerza y parar de golpe, siendo unido con “El silencio de un gesto”, una pieza que han subido a redes este mismo año y que tuvo mucha intensidad, hasta llegar a ese momento en que se calmó y nos tuvieron durante un instante en silencio, para, al grito de Santander, recuperar la canción toda la contundencia previa y dejarnos un potentísimo y brutal final.
No quisieron olvidarse de su primer trabajo, del que hicieron un medley, “Medley He”, tal y como aparecía en su setlist, que comenzaron de manera calmada, aunque con ritmo y luego con mucha intensidad y contundencia, para, después. relajarse el corte, pero manteniendo esa tensión, antes de recuperar la fuerza y potencia, volviendo a calmarse, para desembocar en un potente final, siendo seguida por otra pieza que empezó tranquila y con un sonido muy bello, endureciéndose de golpe y parándose en seco durante un minuto y luego, al grito de hermanos del batería, recuperar la consistencia y energía previa, convirtiéndose en una canción muy machacona y que sonó con dureza, alternando partes relajadas con otras muy cañeras y logrando que la gente se entregase totalmente, con su batería gesticulando y dejándonos con un final espectacular.
El Altar del Holocausto
Un sonido pregrabado sirvió de intro a “Doom”, un tema que comenzó calmado, pero que enseguida cogió fuerza, y se volvió un corte muy potente e intenso, manteniendo ese aire crudo, mientras el mismo iba avanzando, ganando más y más intensidad, hasta fundirse con “Amen”, la última canción que habían subido a redes apenas unas semanas antes y que tuvo mucha energía y contundencia, llegando a ese momento en que se relajó, para que, al ritmo de las baquetas de su batería, la gente diese palmas y prolongase ese sonido, antes de recuperar la potencia previa y dejarnos con un contundente final.
Turno del tema que abría su Ep de hace 8 años, “Crucis”, que empezó calmado, pero que enseguida cogió fuerza y que, además, contó con un ritmo quedón, calmándose, antes de recuperar la intensidad, todavía más acrecentada y parando en seco, para lanzar una locución de agradecimiento por nuestra asistencia, continuando con “De euforia”, del Ep de similar título, una pieza que se inició tranquila, aunque enseguida tuvo más energía, calmándose brevemente, para recuperar, con creces, esa contundencia, terminando la canción de una manera más machacona y constante.
Pasaron ahora a recordar su segundo trabajo con “Lucas I, 26-38”, que comenzó con ese sonido de guitarra tranquilo, pero que giró a un tema intenso y contundente, además de animado, teniendo el corte ese momento de relax que nos llevó a una parte más rápida y cañera y que sonó brutal, para pasar a tocar una pieza que en el setlist aparece como “Amenra”, la cual empezó lenta y calmada, acompañada de las palmas de los presentes, cogiendo mucha fuerza y potencia, antes de relajarse, con los asistente y el grupo coreando, alternando partes más potentes con otras más calmadas, aunque con mucha intensidad, situándose Reaper Model encima de la batería y Skybite, haciéndonos arengar, mientras, como durante todo el concierto, no paraban de interactuar entre ellos y concluyendo con ese final en que fueron parando y recuperando la energía en sucesivas ocasiones.
El Altar del Holocausto
Todavía quedaba un tema para terminar esta actuación y éste iba a ser “El que es bueno, es libre aun cuando sea esclavo - El que es malo, es esclavo, aunque sea rey”, de su segundo disco, el cual empezó calmado, pero que tuvo un sonido machacón y contundente posteriormente, siendo un corte muy poderoso, alternando esas partes relajadas con otras más cañeras, hasta ese momento en que se pauso la composición, para volverse más intensa, arropada por las palmas de la gente, contando con un bello sonido de guitarra, antes de volver a relajarse y, con los gritos de la gente, recuperar la intensidad previa, enseñando Weasel Joe la parte de atrás de su guitarra con la frase “amen sin tilde”.
De esta manera y tras estar sobre las tablas una hora y media, concluía este maravilloso concierto de El Altar Del Holocausto en Santander, una actuación que a mí se me pasó en un suspiro y que, por lo que pude ver y contrastar, todo el mundo disfrutó y escuchó con devoción y silencio, dejándonos llevar por ese magnetismo que la banda trasmite, tanto con su música, como con su puesta en escena
El Altar del Holocausto
Y es que lo verdaderamente interesante de esta propuesta es ese trance en que su música te sumerge, dejándonos llevar por esas interpretaciones pausada y delicadas, junto a otras partes más intensas, pero tocadas con igual maestría, haciendo que no sea necesario saber cuál es el tema que estaban tocando, incluso puede que alguno de los que yo he puesto sean inexactos, sino la sensación de grandiosidad que su sonido nos trasmite.
Sin duda, El Altar Del Holocausto se ganaron el corazón de todos los allí congregados y es que son una banda para disfrutar en directo y a la que, seguro, volveré a ver en cuanto regresen a nuestra tierruca.
Todavía con la boca abierta por lo allí vivido y con un par de Cds del grupo debajo del brazo, me fui del Escenario Santander, tras haber disfrutado de un fantástico concierto de El Altar Del Holocausto, que dejaron muy claro porque son una banda tan querida y a la que ya había visto hace 9 años, en la desparecida sala Arena de Torrelavega, pero lo presenciado esta noche poco tiene que ver con aquella otra ocasión, ya que estamos ante una formación muy rodada, que sabe muy bien lo que tiene que hacer y que sigue creciendo de manera lenta, pero con decisión y merecimiento.
01/12/2024 
Txutxy Cano 
Escenario Santander, Santander, Cantabria
