El pasado viernes 13 de diciembre, la formación cartaginesa Arde Bogotá celebró su concierto de fin de gira en el WiZink Center de Madrid, que meses antes del evento había colgado el cartel de “No hay entradas”. Y es que han sido varios los conciertos de la gira “Cowboys de la A3” que han agotado todas sus localidades minutos después de ponerse a la venta, conquistando así algunas de las plazas más importantes del panorama musical actual.
Para evitar aglomeraciones y para que los más tempraneros pudieran resguardarse del frío, se abrieron las puertas una hora y media antes del inicio del espectáculo, facilitando así unos accesos fluidos y dando tiempo de sobra para el habitual recorrido ropero-wc-barra-pista/localidad sin agobios y sin prisas, aunque con cierta impaciencia por ver el concierto.
Arde Bogotá
Concierto que empezó estrictamente puntual a las 21:00 con la canción “Veneno”, séptimo corte del álbum que da nombre a la gira, publicado en 2023 y que fue disco de platino -distinción que se consigue al alcanzar las 40.000 copias vendidas o su equivalente en streams-.
La salida de los músicos fue espectacular tanto por su actitud como por la increíblemente cuidada escenografía, que incluía varías pantallas panorámicas en las que se proyectaban imágenes que apoyaban la narrativa de las canciones, creando la sensación de estar inmerso en una road movie; e incluía también una muy elaborada iluminación a la altura de los grandes eventos internacionales.
“Abajo” y “Quiero casarme contigo” (tercer sencillo publicado por la banda en 2020) terminaron de levantar de sus asientos a los pocos espectadores que aún permanecían sentados en las gradas mientras la euforia se extendía desde la pista contagiando una a una a las más de 15.000 personas que abarrotaban el recinto.
Arde Bogotá
Durante las dos horas siguientes pudimos disfrutar de algunas de las canciones más representativas de la formación, desde “Nuestros pecados” hasta “Clávame tus palabras” pasando por “Qué vida tan dura” o “Tijeras”; incluyendo “Flores de Venganza”, su último lanzamiento. No hubo un momento malo, no hubo una sola canción en la que ni los músicos ni el público no lo dieran todo. Nadie apartó la vista del escenario y más de uno hubiera querido sondarse para evitar tener que sacrificar algún tema yendo al lavabo.
Para “Exoplaneta” se habían repartido carteles en los asistentes en los que figuraban las famosas coordenadas 571-/9ª y en los que se pedía al público que los levantasen al inicio de la canción para, a continuación, bajarlos y encender las linternas del móvil, creando una imagen ante la que resultaba imposible no caer presa de la emoción reinante en el WiZink.
Arde Bogotá
Justo a continuación de “Cowboys de la A3” y “Escorpio y sagitario”, se incorporó al concierto un grupo de cuerda dirigido por Álvaro Pintado que supuso una vuelta más de tuerca, aportando una profundidad y un dramatismo difícil de explicar a “Virtud y castigo”, “Copilotos” (que fue interpretada desde el extremo de la pasarela) “Flor de La Mancha” y “La Salvación”, canción convertida posiblemente en el buque insignia de la banda y que acumula casi treinta y cuatro millones de reproducciones en Spotify.
Cualquiera hubiera podido pensar (quien os escribe, mismamente) que, después de la vorágine desatada durante esta última canción, sería imposible mantener el nivel… y se hubiera (nos hubiéramos) equivocado estrepitosamente, pues aún nos quedaban “Los perros” y “Antiaéreo” antes de disputar el asalto final con “Cariño”, que supuso el final perfecto para una noche perfecta resultando una experiencia inolvidable tanto para los seguidores más antiguos de la banda como para las nuevas incorporaciones a su incontable legión de fans.
Minutos después de las 23:00 tocó abandonar resignadamente el WiZink Center con una sensación a caballo entre la satisfacción por lo vivido y la envidia (sana) hacia quienes podrán disfrutar de los shows programados en Barcelona para los días 27 y 28 de diciembre.