De manera vertiginosa vamos pasando hojas del calendario y sin querer estamos ya en el mes de abril de este 2025 que, en lo musical, iba a inaugurarlo en el Rock Beer The New, como ya hice con el de marzo, y es que esta noche íbamos a tener los proyectos de 3 músicos integrantes de los ya míticos Marea: de un lado Malaputa y por el otro Ciclonautas.
Lógicamente, el tirón de tener a los músicos de la mencionada formación en una sala como la santanderina y poder verlos a pocos metros atrajo a mucha gente, registrándose una muy buena entrada, aunque sin llegar a llenarse, algo que pudimos contemplar mientras en la calle se juntaba los asistentes que habían venido al evento que se había desarrollado previamente y los que íbamos a disfrutar con estas dos bandas de rock and roll navarras.
Los primeros en salir al escenario fueron Malaputa, el proyecto que crea hacia el año 2011, Eduardo Beaumont ‘Piñas’, bajo y voz también en Marea, al que ahora se ha unido su compañero en la citada banda Kolibrí Díaz, guitarra, y Euken Ubasos, batería, y que tienen editados los discos “Subió el telón”, del 2014 y con el que les entrevistamos, y “De raíz”, del 2024, que era el que venían a presentar esta noche y que repasarían de manera íntegra.
A esta banda ya la había tenido la oportunidad de verla cuando, con su primer disco, visitaron la desaparecida Sala Arena de Torrelavega, comenzando su actuación de manera puntual y con una intro, con el público arremolinándose en las primeras filas, arrancando con “De raíz”, el tema que abre y da título a su actual obra, que fue iniciado de manera machacona y con el sonido de la batería, un corte pegadizo, con Kolibrí luciéndose, el cual se relajó brevemente, antes de recuperar la fuerza previa.
Malaputa
Unido al anterior, continuaron con “Golpes de viento”, un tema de su ópera prima, con fuerza y un bajo muy marcado, siendo un corte muy quedón, de nuevo con Kolibrí mostrando sus dotes musicales y que sonó poderoso y contagioso, para volver a su reciente creación con “Gasolina y fuego”, la cual empezó lenta y con el bajo presente, para luego volverse una pieza potente, con un ritmo constante y que resultó muy pegadiza.
Nos confesaron que tenían muchas ganas de venir a vernos, presentándose y reconociendo que venían a hacernos bailar, continuando en ese mismo disco con “Amarga hiel”, un tema que tuvo un inicio guitarrero, pero calmado, con un sonido muy constante, para luego acelerarse y volverse un corte muy cañero y potente, para regresar a su primer trabajo con “Dedos muertos”, una pieza que fue unida al anterior y que empezó de manera muy rápida y movida y que contó con un muy buen solo de Kolibrí, volviéndose más machacona en su parte final.
De regreso a su actual obra llegaba el turno de “El temporal”, tras preguntarnos si todo estaba bien, con afirmativa respuesta, un tema con un inicio intenso y potente, sonando muy guitarrero y quedón, un corte que fue muy celebrado y coreado, relajándose levemente, antes de dar paso a un gran solo de guitarra, recuperando, después, la energía previa, para retornar a su ópera prima con “Esclavo de su cuento”, que fue empezada de manera sosegada por Kolibrí, una canción que se volvió más constante y bailable, parándose brevemente, para recuperar la fuerza precedente y dejarnos con un buen solo de guitarra.
Unido con la anterior y con un inicio muy guitarrero, llegaba “En la mejilla”, de su disco del pasado año, un tema muy intenso y pegadizo, con lucimiento de Kolibrí incluido, ofreciéndonos un corte constante, aunque se relajó y es el bajo quien recupera la fuerza de éste, continuando en el mismo trabajo con “A las dos envido”, una canción que empezó de manera eléctrica y que sonó quedona, contando con esa parte central tan guitarrera.
Malaputa
No había tiempo que perder y la anterior fue unida con “Subió el telón”, el tema que cerraba y daba nombre a su ópera prima, un corte que fue tocado a toda velocidad, muy intenso y contundente, además de sonar cañero y poderoso, para, después de un breve respiro, seguir en ese primer trabajo con “Sin herrar”, una canción que comenzó con el lento, pero potente, sonido del bajo, dejándonos una pieza muy pegadiza y guitarrera, y que contó con un buen solo de guitarra.
Enlazado con la anterior llegaba “Entre alisos”, de su actual plástico, un tema que contó con una guitarra elegante, volviéndose luego más intenso y potente, ofreciéndonos un corte rockero y movido, que tuvo otro buen solo de guitarra, tras el que la gente coreó el nombre del grupo, para pasar a tocar una canción de unos vecinos, que es como presentaron su versión del “A toda velocidad”, de Barricada, que cierra su reciente álbum, una pieza muy celebrada, tocada de manera muy rápida y que fue muy cantada, acabando con el uno, dos, tres, fuego con el que dicha banda iniciaba “Objetivo a rendir”.
Seguían conectando temas y llegaba el momento de “Ramas de colchón”, de su primer trabajo, el cual empezó con el sonido del bajo, un corte muy rápido, pero que luego fue calmándose, antes de recupera esa fuerza previa, con una parte más machacona, en la que nos mostraron todas sus cualidades, para retomar ese estribillo tan pegadizo, continuando, tras una breve pausa, con “Mar de trigo”, una canción con un comienzo contundente y potente, dejándonos con una pieza muy intensa y constante.
A toda velocidad empezó “Café y mulas”, el tema que abría su primer disco, el cual tuvo un buen solo de guitarra, relajándose levemente, antes de recuperar la energía previa, para dar pasado a un solo de batería que fue muy bien tocado y celebrado, siendo, precisamente, la batería la que dio inicio a “Mi altar”, una gran canción de su actual trabajo y la que restaba del mismo, con un bajo muy marcado y que sonó muy pegadiza y poderosa, con un muy buen solo de guitarra, en el que se lució Kolibrí, dejándonos una pieza con muchos guiños a composiciones de grupos y artistas legendarios de la escena estatal.
Malaputa
Y ya se despedían de todos nosotros y lo iban a hacer con “Su nombre es ruido”, de su ópera prima, un corte que fue enlazado con la anterior, el cual tuvo un inicio muy guitarrero y potente, además de ser un tema quedón y muy intenso, con ese falso final, para recuperar el mismo con una buena demostración de sus componentes y terminado de manera contundente su actuación, tras estar sobre las tablas una hora y cuarto.
Malaputa dieron un muy intenso y poderoso concierto, demostrando ser una banda que saber rockear con soltura y entregarse a los asistentes, que disfrutamos esa energía que nos ofrecían desde el escenario estos tres músicos, con una calidad más que contrastada y que, en todo momento, buscaron la conexión con el público a base de esta buena colección de temas directos.
La verdad es que es de agradecer que músicos con una carrera tan reconocida se lancen a la carretera para volver a notar el ambiente de las salas, sintiendo bien de cerca el calor de la gente y dedicándose a hacer lo que más les gusta, que es rockear, haciéndolo, además, muy bien y con este repertorio de temas que son muy apreciados y coreados por sus seguidores.
No te pierdas a Malaputa si pasan cerca de tu ciudad de residencia y disfrutarás del buen rock and roll que practican; yo repetiré en unos meses en Torrelavega.
Afortunadamente el cambio entre banda y banda fue muy rápido y enseguida estaban sobre las tablas a los Ciclonautas, un grupo al que yo no había visto en directo, pero que ya habían visitado este local y en esta web os lo habíamos contado, habiéndose fundado en el año 2012 y que está compuesto por Mai Medina, voz y guitarra, Javier 'Txo' Pintor, bajo y coros, y Alén Ayerdi, batería y coros.
La actividad discográfica de la banda ha sido más activa que la de sus compañeros de cartel, ya que cuentan con las obras “Qué tal?”, del 2014, “Bienvenidos los muertos”,, del 2015, “Camping del hastío”, del 2021, y “Ecdisis”, de este mismo año, además del directo “Ciclogénesis. Magnitud X (Directo Totem)”, del 2024.
Con una intro se subieron a las tablas, para comenzar su velada, propiamente dicha, con “En mi espacio sideral”, de su actual trabajo, un tema que empezó relajado y con un cierto aire étnico, cogiendo fuerza progresivamente, volviéndose después un corte más rápido y con un machacón final, para, después de saludarnos, continuar, sin casi pausa, con la pieza que abría su anterior disco, “El sol”, la cual se inició de manera movida, muy contagiosa y quedona, con esos coros tan pegadizos y un acelerado final.
Nos volvieron a saludar, para volver a su actual plástico con “El listo”, un tema con un inicio guitarrero y eléctrico, siendo un corte muy movido, invitándonos a animarnos cuando éste se relajó antes del solo de guitarra, mostrándose a gusto con todos nosotros, para volver a su anterior referencia con “Bombo sicario”, una canción que empezó calmada, jugando con diversos contrastes de intensidad, que resultó una pieza muy pegadiza y quedona y que contó con un muy buen solo de guitarra.
Ciclonautas
Muy guitarrero fue el inicio de “Chinche verde”, de su actual trabajo, un tema machacón y muy movido, que contó con diversos cambios de registros y que nos dejó con un rápido e intenso final, para, tras preguntarnos de nuevo si todo estaba bien, con positiva respuesta, continuar con otra de esta nueva obra, “Banderas negras”, una pieza que comenzó calmada y que fue cogiendo muy poco a poco fuerza, mostrándonos una canción muy coreada y manteniendo ese ritmo pausado, para dar paso a un buen solo de guitarra, relajándose antes de recuperar ese quedón estribillo.
Nos dijeron que el siguiente tema era algo más viejo y es que llegaba “Que corra el aire”, de su ópera prima, el cual empezó con mucha fuerza y potencia, siendo un corte muy celebrado y pegadizo, además de muy quedón y conocido, relajándose para pedir nuestras palmas y recuperar el estribillo, para volver a su anterior disco con “Eterno aprendiz”, una canción que se inició con el sonido de la guitarra y que luego fue cogiendo intensidad y energía, para después calmarse, contando con ese momento para que palmeásemos y luego retomar la contundencia precedente.
De nuevo recuperaron su ópera prima, en donde aparecía incluido “Kamikaze del nido”, un tema que empezó tranquilo, pero a la vez con un sonido guitarreo y que fue muy cantado, jugando con diversos contrastes intensidad y con un estribillo potente, calmándose brevemente antes de un buen sólo de guitarra, para regresar a su actual disco con la pieza que lo abre, “Huellas”, que fue dedicada a toda la gente que dejó huella en nuestras vidas, comenzando con un sonido machacón y constante, antes de sosegarse y llevarnos a un contagioso y cañero estribillo, relajándose antes de ese buen solo de guitarra, para acelerarse en su parte final.
Ciclonautas
Un nuevo repaso a su anterior disco nos llevaba por el tema que lo cerraba, “Souvenir”, antes del cual nos preguntaron si estábamos bien o si se iban, con la gente pidiendo más, solicitando que quien lo conociera lo cantase, un corte que empezó movido y con ritmo, además de ser muy machacón y potente, aunque a la vez calmado, relajándose brevemente y recuperando esa fuerza, terminando con un quedón final y con la gente coreándolo.
Nos avisaron de que era momento de animarnos, siendo el turno de un solo de batería con música de fondo y que fue potente y animado, el cual enlazó con el comienzo de “El animal”, de su actual trabajo, con la guitarra comenzando calmada, pero ganando fuerza y con un estribillo muy contundente y un solo de guitarra juguetón, para no dejar este mismo disco, tras contar con algún problema en el bajo, que fue rápidamente solucionado y con Mai improvisando, pasando a tocar “Mi estupidez”, en la cual el propio Mai bromeó sobre que hablaba de él, una pieza con un muy machacón y poderoso inicio, la cual sonó muy movida, relajándose para, después, recuperar ese ritmo quedón.
Con un solo de guitarra inicial dieron entrada a “Dele al play”, de su anterior trabajo y para el que contaron con la voz de El Piñas, de sus compañeros de cartel, un tema muy pegadizo y que fue muy coreado y celebrado, para, ya sin el invitado, avisarnos de que ya estaban concluyendo, siendo el turno de la que daba nombre a su ópera prima, “Qué tal?”, la cual empezó calmada, con el sonido de la guitarra cogiendo fuerza, una pieza aclamada y quedona, que contó con un buen solo de guitarra, relajándose para que palmeásemos y que tuvo un contagioso y potente final.
Nos agradecieron nuestra presencia, confirmando que el próximo era el último tema, siendo éste “Bienvenidos los muertos”, el que daba nombre y abría su segunda referencia, el cual empezó con una calmada guitarra y dando palmas, intensificándose a la llegada del estribillo, siendo un corte con un muy buen solo guitarra y que sonó de manera pegadiza.
Ciclonautas
De esta manera y tras estar sobre las tablas algo más de una hora y cuarto, concluía este concierto de Ciclonautas, una actuación muy elegante y entretenida, de una banda con una propuesta fresca y con clase, ya que no suele ser el estilo más habitual dentro de nuestra escena, pero ellos han sabido que su música, con cierto poso a las raíces argentinas de dos terceras partes de la formación, haya calado en la misma.
Lo cierto es que su música combina fases más calmadas y otras más guitarreras a partes iguales, pero sobre una base de rock and roll clásico, perfectamente interpretados por unos músicos cuya valía está fuera de toda duda, algo que ya había podido contrastar en sus trabajos de estudio, pero que esta noche pude confirmar con su directo en la sala santanderina.
Sin duda, Ciclonautas son una banda que sigue y sigue creciendo y esta noche lo confirmaron en esta velada; yo que tú iba a verlos en directo para disfrutar con su música.
Y, nada más acabar el concierto, pasada ya de largo la medianoche, me fui del Rock Beer The New con los últimos cds de ambos grupos debajo del brazo, tras disfrutar con las actuaciones de dos bandas a las que apenas había seguido hasta los días previos, pero que esta noche me confirmaron, no solo la vigencia de sus propuestas, sino la calidad de éstas y todo ello en esta luchadora sala santanderina, que sigue programando música en directo casi todos los días del año.