COLABORACIONES
 Crónica
 
Azkena Rock Festival 2.010 - Parte III
  26/06/2010     
  Mikel García     
  Karlos García
  Recinto, Vitoria - Gasteiz, Araba
www.insonoro.com

Segunda Jornada: 25 de Junio del 2010

Tercera Jornada: 26 de Junio del 2010

Aprendida la lección del día anterior, llegamos esta vez puntuales a la cita, eso si, aún notando el cuerpo con claros síntomas de resaca y sin haberlo recuperado del todo, debido a la fuerte tralla al que fue sometido en las dos anteriores jornadas. Poco nos importaba sabíamos que una nueva sesión de música iba a curar todos nuestros males y así fue...

Con menor intensidad arrancaba este último día, a cargo de los vizcaínos Audience, que nos propusieron despertarnos lentamente de ese letargo, tras haber degustado una sabrosa comida, al ritmo de sus tranquilas y suaves melodías, una mezcla de rock blusero y sonidos country.

Algunas eran tan alargadas e impregnadas de una divina belleza, mediante la incursión de sonidos de violín y teclados, los cuales les atribuían unos aires bastante experimentales. Clase, mucha clase y sobre todo hombría por haberse atrevido a interpretar el "Hurricane", de Bob Dylan.

  
Audience
 

Sin cambiar de escenario fuimos testigos de una demostración de tesón, fe, dedicación, esfuerzo y perseverancia, en un proyecto musical que sigue sin gozar del reconocimiento que se merece.

Los cacereños Maggot Brain sacaron fuerzas de flaqueza y todo el rock que llevan dentro y cuajaron una de las mejores actuaciones que les haya visto hacer.  Una presentación breve pero intensa de su última obra “Land” (Awake, Birds In The Head, Drunk As A Hobbit...), dosis de rock sureño poderoso, dinámico, contundente y adictivo, con la preciosa ayuda de un teclista y el grupo de brainnetes, quienes dieron una mayor solidez y mucho juego, como fue el caso de “Southbound”, donde las coristas cubrieron magistralmente en primera línea, con sus deliciosas voces, esa carencia de no contar con la participación estelar de los músicos californianos de Mother Superior, tal como quedó plasmada en el disco.  

Quizás, uno de los mejores momentos de su actuación fuese ese tributo a Pearl Jam con “Alive”, presentada de una manera elocuente “Llevamos nueve años con el San Benito de Pearl Jam, va siendo hora de quitárnoslo) y acicalada con unos sonidos de teclados altamente contagiosos.

Ya se sabe que el boca a boca es una condición primordial para llegar a un masivo público y muchos después de escuchar las opiniones tan positivas y favorables de dicha actuación se lamentarían de habérsela perdido. ¡Grandes triunfadores!

  
Maggot Brain
 

La cosa estaba que arde y no era plan de que decayese, así es como también lo entendieron el trío australiano, The Rusian Roulettes quienes le pusieron mucha pólvora, centrados y dispuestos a conectar con el público mediante un salvaje y frenético rock n ´roll garajero. Su batería Tim Wold era un prodigio de técnica, sagacidad y potencia, no paraba de machacar la batería con toda su fortaleza, marcando un ritmo frenético y enloquecedor. ¡Correctos! 

The cubical fue uno de los grupos que salió a darlo todo, aprovechando al máximo el poco tiempo disponible. Son una auténtica banda de blues garage con recias reminiscencias sesenteras. Su marcada personalidad y vehemencia exhibida por parte de su líder Dan Wilson, quien acabó tirado por los suelos, en más de una ocasión certificó, en mi opinión, una meritoria conquista.

  
The Rusian Roulettes
 

Afortunadamente ese ambiente cálido ecléctico que iba propagándose sin control, no mermó ante la llegada de Robert Gordon y su banda (The Gang That Couldn´t Hang), grandes músicos que rebosaron elegancia y saber estar. Impresionante el buen estado de forma de Robert, una pudiente y pulcra voz que camina cómodamente y luce espléndidamente en diversos terrenos, tanto en sonoridades bluseras como en rockabilescas. 

Sus apasionados homenajes a dos grandes artistas, “Fire” (Bruce Springsteen) y “Beside You” (Iggy Pop) remataron la faena y ratificaron una inagotable primorosidad y un oportuno toque de distinción y grandeza, que muy pocos habían mostrado hasta entonces.

  
Robert Gordon
 

Un nuevo peregrinaje a la carpa nos deparaba un rato de regocijo de la mano de una renovada formación de NRBQ (New Rhythm & Blues Quartet). Cabe mencionar que todo el protagonismo recaé en el teclista Terry Adams, único superviviente, encargado de hacernos olvidar esas añoranzas de tiempos mejores y de recordarnos esas sensaciones casi olvidadas.

Aunque no debemos de subestimar la calidad de los nuevos componentes, máximo ejemplo de devoción y honorabilidad, desprendiendo autenticismo, a más no poder. ¡Heterogeneidad y mestizaje de estilos absolutamente colosal!

  
NRBQ
 

Tan impredecibles son las actuaciones del legendario artista, Bob Dylan, que íbamos con el miedo en el cuerpo de contemplar otro show decepcionante, de evidentes síntomas de decaimiento, fundamentada, si cabe, por su avanzada edad, aunque fue todo lo contrario, el artista mostró su lado más teatral, cándido y sobrio, eso si, sin mediar palabra con el público y no permitiendo la entrada de fotógrafos ni tampoco cámaras de videos, por lo que su actuación fue proyectada solamente con imágenes panorámicas y algo míseras.

Soberbio en ejecución, haciendo gala de una pericia insuperable y suprema polivalencia (Guitarra, harmónica,teclados), adornando los temas con arreglos maravillosos y estructuras guitarristas, fue asombrando a diestro y siniestro, tanto a sus fieles seguidores como a detractores. El genio, ataviado con un traje negro, estuvo entonando, en todo momento, hasta nos brindó su sonrisa, en varias ocasiones, manifestadora de que se encontraba muy a gusto y complaciente ante el ejemplar recibimiento.

Aunque algunas de las canciones resultaban irreconocibles, debido a la inserción de ciertos novedosos arreglos, el público no cesó de gratificar su empeño con aplausos, y de honrarle, canturreando las que iban siendo identificadas, como fue el caso de “Like a Rollin Stone”. Entre lo selecto de su repertorio, destacar temas como:“Just Like a Woman”, “High Water” y “Ballad of a Thin Man”.

Es grato contemplar actuaciones que van ganando en actitud y en energía a medida que transcurren, la de los neoyorquinos Toilet Boys se puede meter en ese saco, un empiece algo renqueante pero que , poco a poco, va adquiriendo un mayor calibre y puntería.

Una propuesta musical con bastantes similitudes musicales a Dead Boys, New York Dolls o Ramones, cuya representación es de lo más glamurosa. Miss Guy, en plan performer y transformista, insinuándose y engatusando al público con sus constantes fogosos movimientos escénicos, al igual que su compañero Sean, portador de un llamativo bajo, un acabado de tricornio demoniaco.

Tanta intensidad y entrega provocó a su líder Guy, el no poder contenerse en bajar a la vallas y sentir el aliento del público. Una emocional hiperactividad que dio paso posteriormente a un cierre apoteósico con el clásico de los Ramones, “Blitzkrieg Bop”. Si hace años su paso por la sala Azkena de Bilbo pasó desapercibida, sin excesiva afluencia de público, su actuación de esa noche fue la otra cara de la moneda. ¡Convencieron!

  
Bob Dylan
 

Quien iba a imaginar que haría acto de presencia una fuerte lluvia y durase completamente toda la actuación del californiano Chris Isaak. Menos mal, que se quedó ahí y no contribuyo, en exceso, a enfriar el perfecto y acogedor ambiente, predominante a esas horas de la noche.

Muchos prefirieron no mojarse, seguir su actuación desde la carpa, a través de la pantalla, situada detrás de la torreta de luces. Los atrevidos aguantaron con bravura al intemperie, corriendo el riesgo de coger un fuerte resfriado. Ante esas vistas el músico quiso ser correspondiente, vaciándose completamente sobre el escenario, además era un día señalado para él, cumplía años (54), por lo que quizás se comprenda ese enorme entusiasmo exhibido.

Lo que si hay que señalar que fue una de las grandes actuaciones de este Azkena Rock, la cual difícilmente se olvidará, tanto por la manera en que se desarrolló, esa magia desprendida por parte del artista, a través de su dulzona voz, su elegancia y abrumada complicidad con el resto de sus músicos, como por el preciso y concluyente repertorio de temas, los más roqueros de su discografía, acompañados de anécdotas divertidas.

Una emoción similar a un arrebato desbordante de regodeo, incluso atreviéndose a desafiar al mal tiempo, interpretando varios temas en la parte delantera del escenario y paseándose por el camino que separaba la mesa de sonido y el foso, mientras uno de los Rodies le tapaba con un paraguas, para que su traje azulado no se estropeará por la fuerte lluvia. Hubo dedicatorias a ciertos músicos, a Roy Orbison en “Pretty Woman” y a James Brown en “I’ll Go Crazy”, aparte de un saludo cariñoso a Michael Jackson, quien le estaría escuchando desde el cielo.

Una actuación que sirvió de presentación de su último trabajo "Mr Lucky", después de siete años sin estar en el candelero musical, sonando piezas tan maravillosas, por ejemplo como: “Mr Loneley Man”,” Summer Holiday”, “We Let Her Down”, “You Don’t Cry Like I Do”, ”Take My Heart” ó “Big Wide Wonderfull World”, esta última en la parte de bises.

Seguía jarreando cuando llegaron sus míticas baladas Wicked Game”,”San Francisco Days” y la irresistible “Blue Hotel” en la que el artista lució una nueva vestimenta, un smoking plateado, desprendiendo unos matices emocionantes  y una grandiosa melancolía.

Una gran actuación de rock & roll y country, que si Elvis levantara la cabeza volvería a morirse de inmediato, ante tan duro competidor. ¡Alabó el aguante del público cara a la meteorología!

  
Chris Isaak
 

Los suecos The Hives son grandes maestros del jolgorio, capaces de desatar la locura y a esas horas es lo que nos hacía falta, recuperar un cierto mordiente y espíritu de fiesta que la lluvia nos había arrebatado. Con unas vestimentas llamativas, trajes en una onda a lo marinero, rápidamente lograron engancharnos a su música y esplendido derroche de energía, dada su clase, euforia y alocado desmadre, sobre un escenario, algo sobrio en cuanto a aspectos visuales, solamente lo justo, unas lámparas que cambian de color pero que dibujaban estupendamente el nombre de la banda.

Su cantante Almqvist es un puro nervio, no cesa de recorrer de un lado a otro el lado del escenario, pegarse disparatados saltos como discursos directos, todo para que la peña caía rendida a sus pies, y eso no es todo hasta se atreve a acercarse al público y provocarlo con todo tipo de artimañas. Mucha comunión con el público, gracias a la fluidez en el chapurreo de español, trucos que nunca fallan “No quiero oír nada de silencio en mis conciertos”

Una formación que ha ido ganándose por derecho propio el ser considerada una de las bandas europeas punteras de garage y punk-rock, siendo en sus inicios teloneros, entre otros, de “The Hellacopters”.

Hicieron las delicias del público con insignes canciones, no aptas para personas con problemas cardíacos, del tipo de “Walk Idiot Walk”,”Hate To Sat I Tol You So” y “Tick Tick Boom”. Aparte de repasarnos “The Black And White Album”, su último disco hasta la fecha (2007), nos avanzaron un par de cortes de su próxima obra “Bad Call” y “Patrollin Days”. ¡Diluvio sónico y mucha diversión!

  
The Hives
 

Nunca nos cansaremos del hardcore melódico, de los californianos Bad Religion, quienes fueron los elegidos para encargarse de cerrar por todo lo alto esta edición del festival. En un principio debían de haber actuado en el escenario pequeño pero ante el peligro de que se quedara bastante pequeño, la organización reflexionó y actuó con una mayor sensatez, trasladando su actuación al escenario principal ¡Menos mal!

La banda de Greg Graffin estuvo infatigable en su esfuerzo porque nadie saliera decepcionado, repertorio lleno de clasicazos y una actitud correcta hasta se atrevieron a pegarse una graciosada en el saludo “Good Morning”. Lástima que el sonido no jugara a su favor, nada habitual en ellos, siempre demoledor a más no poder, aunque se perdona, más si en su repertorio incluyen temas tan entrañables y geniales como "Punk Rock Song", "Generator", "I Want To Conquer The World", "American Jesus"....

Y ésto fue todo después de tres días intensos de rock, de un éxito apabullante, recuperando el festival ese estatus de antaño que tanto anhelaba (Uno de los eventos más importantes de este país) y afrontando sus próximas ediciones con absoluta garantía, en cuanto a continuidad y crecimiento.

¿Qué nos deparará la décima edición? Habrá que esperar un añito o quien sabe igual menos.

¡Comienza la cuenta atrás!

  
Bad Religion
 
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