Bike Rock Festival 2.003
11/07/2.003 - Langre - Cantabria
 

 Fotos: Emma Merino // Crónica: Emma Merino

 
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...
Bike Rock Festival...

Cada año aparecen nuevos festivales de música, la oferta es cada vez mayor las fechas coinciden y hay mucho donde elegir, así que se hace también muy difícil sacar adelante un proyecto así. El año pasado en Cantabria un grupo de gente con muchas ganas e ilusión, que es lo que hay que tener en estos casos, organizó como pudo el Bike Rock festival. Los resultados tal vez no fueron los esperados, pero a pesar de ello este año no han dudado en repetirlo.

Un cambio de fecha era algo necesario. A finales de agosto, como sucedió en la primera edición, la gente igual ya está cansada de tanto festival y sino, son los exámenes o las vacaciones. Así que prepararon todo para el 10, 11, 12 y 13 de julio.
Las expectativas eran grandes, importantes cabezas de cartel como Sepultura, Rage, Barricada, Jorge Salan, Lost Horizon, Warcry y otros tantos grupos, así como un concurso de maquetas a nivel nacional y un show bike y una ruta motera, eran el reclamo para que este año todo saliese como se esperaba.

Sin embargo en dos años todavía no se coge la experiencia necesaria para llevar acabo algo de este tamaño, nervios y prisas antes de las fechas hacían que todo pareciera un caos, pero salvando todas las dificultades pudo comenzar el festival sin ningún problema aparente.
Un marco incomparable, una zona de acampada como ninguna habíamos visto, una guía con todo lo necesario para seguir los conciertos y actividades de esos días, una carpa con mesas y bancos para esconderse del sol y descansar con un katxi en la mano, baños y duchas limpias, todo cuidado y preparado para que la gente disfrutará de estos 4 días con todas las comodidades posibles.

Se echó en falta visitantes de otras comunidades. Poca gente durante los tres días. Esto hizo que los que los que ahí estábamos nos sintiésemos como en casa, ni una cola, ni aglomeraciones de gente, ya típicas en otros festivales. La ruta motera tuvo que ser suspendida debido a las pocas inscripciones y es que a pesar del concurso preparado para las motos, pocas fueron las que se acercaron hasta las playas de Langre.

Y acabado ya todo hay que mirar los resultados obtenidos. La gente se puede decir que se llevó buena impresión de lo que ahí sucedió, grandes conciertos en los horarios previstos y un trato fantástico de la gente y la organización. Sin embargo no sabemos si el año que viene nos volveremos a encontrar este festival en nuestras agendas, y si es así que cambios tendrán que hacer. Desde aquí quiero animarles a seguir involucrándose en proyectos de este tamaño, lo más difícil ya está hecho. Y que mejor escenario que los acantilados de Langre para disfrutar durante 3 días de buena música.