Uno empieza a pensar en que no llegará el día en que los riojanos Zenobia hagan un disco malo y más aún una canción a modo de relleno, su ejemplar perseverancia y espíritu de superación continúan imperturbables, del mismo modo que su estupenda apreciación en cómo se escribe una buena composición, la importancia de una buena melodía como elemento vertebrador. Más vale paso que dure y no trote que canse y en "Armageddon", su tercer disco de estudio, se han centrado aún más en concentrar toda su esencia, desechando lo inservible y trabajando mejor la entonación vocal y sin que esa sencillez constructiva suponga, en lo más mínimo, sonar a un refrito de todas sus influencias.
Intensidad, fuerza, precisión y vehemencia son algunos de los adjetivos precisos a la hora de definir esta obra, pero quizás el más indicado para captarlo, en todo su alcance, sea el término de accesible, concibiéndolo como un producto para todo aquel que tenga, por lo menos una mínima pasión por las melodías poderosas y los pronunciados cambios de ritmo. Si hay alguna banda en la actualidad dentro del heavy nacional que atesora potestad para sentar cátedra, son ellos, indudablemente. "Armageddon" condesa vitalidad, frescura y empeño por obtener un acabado de mayor viveza y consistencia, la combinación de una remesa de composiciones típicas en la línea elegida, que logren elevar aquel estatus de complacencia recolectado con su anterior trabajo "Alma De Fuego.
Estamos, sin duda alguna, ante una obra coherente e integra de principio a fin, más que un disco de temas sueltos, supliendo con buena técnica lo poco que tiene de innovador. El disco arranca, tras una envolvente Intro, con un trallazo de calidad "La Legión Infernal, con una resonancia moderna, pesada y melódica simultáneamente. Esta primera toma de contacto es absolutamente inmejorable, músicos en estado de gracia, enganchados los unos a los otros por una energía nunca vista, retomando un nivel de forma envidiable. Tal vez lo que más llame la atención sea el gradual progreso vocal por parte de Jorge Berceo, quien se muestra más atrevido, equilibrando melodía y potencia, a la vez que eleva lo emocional a una real devoción. El siguiente corte, "Mi Alma Es Tempestad" sigue en esa línea ascendente, conquistando el corazón del oyente por la vía directa, una composición que contiene un parte instrumental grandiosa, sobresaliendo unos muy técnicos y progresivos riffs de guitarra. Pese a que, en líneas generales, la mayoría de los temas se mueven dentro de unas coordenadas muy concretas, siempre hay algunas que sobresalen por encima de otras, como el caso de "Armageddon", en la que Jorge canta con una naturalidad tremenda, siendo aderezada en su final con unos tenues toques sinfónicos, "Lengua de Serpiente" en donde el tándem guitarristico (Jorge Berceo y Luis Vaquero) dan rienda suelta a toda su imaginación con punteos y acabados de una profusa energía y total elegancia, "La Maldición" corte power metalero en toda regla, con su consiguiente dosis de épica y un gran estribillo para ser cantado por todo el mundo y como no, la balada de desamor "Vuelve", realmente conmovedora, para recordar aquel amor que a aunque ya no queme sigue escociendo, en ocasiones
Si antes su expresividad era más libre, ahora se aferra un poquitín más a lo genérico, quedando su matriz musical engullida por una vitalidad algo más estandarizada como se observa en cortes como "Tu Valor" o "Unidos Por El Metal", en los cuales inclinan su balanza de géneros hacia un heavy metal de corte más clasicista. No los vamos a colocar aún en lo más alto del escalafón del heavy patrio, ya que su gran obra todavía tiene que llegar, pero con trabajos así, con un sonido excepcional, técnica asombrosa e inmejorable portada, la cual ha sido elaborada por Andreas Marschall, encargado del diseño a bandas como Sodom, Kreator, Rage, no creo que tarden mucho en sorprender a más de uno. Éste a de ser su año y con tanta veteranía a sus espaldas va ser difícil que alguien se lo estropee .
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