Pasan los años, se suceden las modas y tendencias, pero hay quienes se muestran inalterables, impertérritos a los cambios, fieles a una manera de hacer, a un sonido, aún corriendo el riesgo de que se les ponga el sambenito de inmovilistas y conservadores o perder toda la naturalidad, cayendo en un considerable desprestigio a consecuencia de un uso excesivo de su única fuente de recursos musicales.
Los riojanos Tierra Santa ha sabido darse cuenta, a tiempo, que un encasillamiento musical a un estilo en concreto solamente conduce a un callejón sin salida, a un marcado decaimiento creativo y que para subir un peldaño hacia arriba desde su escalada sonora es preciso darse un paseo por otros territorios, propiciando la entrada de una bocanada de aire fresco y oxigenado que lo invada todo. En "Mi Nombre Será Leyenda", su noveno disco, han redefinido su sonido y su visión, intentando escapar de las etiquetas estereotipadas, profundizando en un progresivismo amable y de alto poder melódico, con puntuales acercamientos al territorio del AOR. No llegaré al extremo de decir que se han reinventado, el sello de la banda sigue ahí, pero sí que es cierto que han dado un vuelco a su sonido como nunca lo habían hecho hasta ahora.
El primer tema "Mi Nombre Será Leyenda", podría resumir lo que se encuentra en casi todas las restantes, melodías cuidadas con mimo, su vocalista Ángel matizando como nunca su voz y un sonido más limpio y cercano al hard rock clásico, prescindiendo absolutamente de la característica distorsión del típico power metal, del doble bombo a piñón fijo y sabiendo plasmar lo que realmente querían, dándole al factor riesgo máxima prioridad. Una colección de temas profundos y reflexivos cuya meta reside en ayudarnos a hallar el camino hacia la eternidad. Un viaje profundo a lo más íntimo del alma humana, un viaje interior para que cada uno se conozca a fondo (Tal y como es en realidad) y deje de lamentarse o buscar excusas para no ser realmente feliz en su vida.
La verdad que dividir el disco en partes se me antoja un ejercicio inútil, pues todo él derrocha una mórbida belleza, relatando con un refinado estilo narrativo sus subidas y bajadas emocionales. Un sonido rico en matices (puentes melódicos con teclados e ingrávidos riffs progresivos) acompañados de una voz cadenciosa que le va como anillo al dedo, todo ello mezclado con un entramado melódico absolutamente personal que impresionará a cualquiera que aprecie la música de calidad sin ideas preconcebidas.
La buena forma del quinteto y la excelente producción del disco, una vez más llevada a cabo por Juanan y Javi San Martín en los estudios de Sonido XXI, en Esparza de Galar (Pamplona) hace de temas como "Más Allá De La Vida", "Sólo Se Vive Una Vez" O "El Cielo Puede Esperar" dignos ejemplos de cómo saber adaptarse a los tiempos que corren sin perder esa autenticidad, reivindicando que no todo es vivir del pasado, virando más hacia los riffs cuidados y turgentes melodías rítmicas. Aunque si hay algo que hay que apreciar de verdad en este álbum, es la consistencia y el nivel alto de madurez alcanzado en todos sus temas, disparando dardos con el poder de la melodía.
Un viraje estilístico en la búsqueda de nuevas estructuras como bien desvelan algunos de los cortes "Si Estás Allí", versión de la banda Sátira, en donde osan mezclar en la dosis justa AOR y Hard Rock americano, el sencillo "Héroe", un medio tiempo de una persuasión considerable,
sentimental a más no poder pero sin rozar la ordinariez, en la que Ángel canta con una naturalidad tremenda, siendo aderezada en su curso con potentes riffs y cortantes solos de guitarra y otras que nos remiten a un pasado cercano; "Genghis Khan" o "El último" más precisamente, a la época de "Mejor Morir En Pie", en la que nos ponían sobre aviso, primeros visos de un giro musical hacia un hard rock algo más ochentero; cerrando el álbum con una versión más distendida de "Héroe", quizá menos efectista pero mucho más terrenal. Obviamente, no es una obra perfecta, tiene los altibajos propios de un grupo en la búsqueda de nuevos horizontes sonoros, un estado de total purificación sin miedo al fracaso. Un disco que no deja de ser un aprendizaje para los propios músicos y con algo de paciencia, también para sus seguidores.
16/05/2013 
Mikel García 
