Dar un paso adelante sin cambiar de camino siempre resulta la más difícil de todas las opciones a la hora de poder crear algo nuevo. Tras un periodo de reestructuración interna y reencuentro con su propia creatividad, los percusores del llamado "rock castellano", los madrileños Ars Amandi, se han confabulado con el propósito de potenciar sus logros, que eran muchos, y de paso amplificar su resonancia, destilando con conocimiento y capacidad su pasión como consumidores musicales en el hallazgo de nuevos matices para magnificar su sonido o cuanto menos dejar de ser impermeables a lo que acontece en el género; y así hacernos agitar la cabeza como tentesiesos, a cargo de cuatro canciones de gran riqueza sonora, con paladeo suave y profundo, las cuales calen hondo, alimenten nuestras almas y nos encienden el corazón, para amar plenamente sin sentir sufrimiento, "El arte De Amar"
Pasado y presente se intercambian los cromos, conectados como una ráfaga luminosa en un acto de libertad en sí mismo. Temas que te ofrecen la mano e invitan a soñar con lo más bello, con la persona o cosa amada. No busques rock excesivamente guitarrero porque no van por ahí los tiros. Se trata de un EP que crea complicidad, lo suficientemente encantador como para cogerle cariño dado que lleva implícito un contenido lírico y musical que rezuma innegable inspiración y esencia pura de sentimientos del corazón.
La capacidad de transmisión de la banda ha adquirido dimensiones superiores con una profundidad en el mensaje en cada una de ellas que perfectamente se aúna con la línea abierta que el grupo siempre ha expuesto. Composiciones menos impulsivas con respecto a anteriores trabajos, pero con un trasfondo folk-rock que mantiene vivo el interés y un mayor resalte de destellos propios. El trabajo alcanza una profundidad atrayente desde una portada que ya me parece suficientemente original y expresiva, junto a unas melodías que penetran hasta lo más profundo de los huesos. La sutileza y vitalidad empleada en la combinación de elementos del folklore castellano en los primeras canciones, "No Abandones" y una declaración sincera de amor por la cerveza: "Rubia de Bote", ya son una prueba de que no son un grupo que se conforme con hacer lo de siempre, no dejando pasar la oportunidad de colocar la guinda en el sitio que le corresponda, como la colaboraciones esporádicas de Fernando Ponce (gaita) y Dani Rodríguez (violín).
En el siguiente corte "La Noche Espera" buscan un mensaje mucho más directo, con un exquisita delicadeza llevada hasta la ternura, sin anclarse y pretendiendo tener una personalidad reconocible y, aún, sin salir de una muy clásica línea, son capaces de completar un tema tan festivo como "Siempre A Tu Lado" que se te quedará clavada en la cabeza, no solamente por sus estribillos realmente emotivos sino por los matices renovadores que esconde, evocando tierras ancestrales cuna de misterios y de las meigas. Un nuevo punto de partida bajo una filosofía autóctona que los hace únicos a la cual nunca se le podrá achacar la falta de sinceridad ni pasión en expresar desde el fondo de su corazón sus sentimientos de una manera muy particular.