Desde Castellón escuchamos los sonidos del juglar metal defendidos por Lépoka en su disco "Beerserkers", un título que definen como los guerreros vikingos que entraban en combate bajo un trance psicótico, semidesnudos e insensibles al dolor.
 
Cinco años de andadura dejando atrás una demo y un primer disco llamado "Folkoholic Metal", y tras varios cambios en su formación, consiguen dar salida a este nuevo trabajo compuesto por once canciones.
 
Un disco grabado, producido, mezclado y masterizado por Enrique Mompo y Fernando Asensi en los Estudios Fireworks, bajo la cuidada presentación ilustrada y diseñada por Alejando Blasi, cuyo resultado final es un artwork realmente fantástico.
 
Para este disco han contado con las colaboraciones de Angel Belinchon (Dry River) a la voz en el tema "Vox Populi", Alberto Montaya (Sylvania) a la guitarra en, también en "Vox Populi", Carlos Tena, saxo tenor en "Carta a Maria", Luigi Alguacil (El Chamuyo) trompeta en "Carta a Maria", Vicent Giner (La Ranamanca), trombón en "Carta a Maria" y los scratches de El Especialista, en "1516".
 
Así de primeras les encontramos cierto paralelismo con Saurom, pioneros de este género en la península, además de ser los propulsores junto con los Mägo de Oz de sus primeros discos, y nos alegra ver como Lépoka les siguen muy de cerca junto con otras formaciones como los barceloneses Drakum. Con la salida de este trabajo, la banda conquistará al público, ya lo veréis, y poco a poco en este país les irán conociendo.
 
Unos temas que ellos mismos los trasladan a un viaje por el mar, cantineros, taberneros y juglares, y así lo definen en la portada donde aparecen ellos mismos caricaturizados navegando en un barco vikingo, eso sí, siempre con cerveza en mano.
 
Una ornamenta musical de metal con melodías folk y locura desenfrenada, consiguiente cimentar unos valores hacia la razón, libertad y diálogo, manteniendo en todo momento los sonidos de los instrumentos tradicionales como el violín, la gaita o el arpa de boca, más las guitarras eléctricas y acústicas que son una base perfecta para la voz gutural que aparece en algún tramo de las canciones.

Un trabajo lleno de historias divertidas, como van relatando en casa uno de los prólogos que se presentan en el libreto del disco, a pie de las letras de las canciones. Empezando con "Beerserkers", fieles guerreros a defender el legado de la cerveza, "Sexcalibur", leyenda de la espada del Rey Arturo con otros poderes más afrodisíacos, "Skal!" bacanal festiva a ritmos de ska, donde la antigua leyenda decía que si los vikingos yacían en combate eran invitados a compartir banquete eterno gracias a los poderes del Dios Odin.
 
Temas que van entre los cuatro y siete minutos, excepto dos que son bastante cortos, "Chupito" de minuto y medio con un guiño al carpe dime, y "Preludio" (Vox Populi) con estrofas de libertad extraídas de uno de los poemas de Miguel Hernandez "Vientos del Pueblo":

Un disco festivo con raíces tradicionales, con un único tema instrumental "1516", un canto al Real Decreto que el Duque Guillermo IV de Baviera promulgó de cómo se debería elaborar la cerveza, con agua, cebada y lúpulo.
 
Y los últimos, los temas de mayor duración, son "Voz Populi" de más de diez minutos, reflexionando, donde los sueños de paz y la voz del pueblo siempre son los más fuertes, y para finalizar, "Yab Dabadaba Dai", una canción que han vuelto a regrabar y que cierra todos sus conciertos, dedicada a sus mascotas favoritas, los gamusinos.
 
Lépoka, con este disco, nos invitan a que les escuchemos en directo, tienen que montar una buena fiesta, y en esta escucha, de principio a fin lo han demostrado.
 
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