Desde las entrañas de Benavides, irrumpe con la energÃa de un huracán el nuevo proyecto musical
Catalina Grande Piñón Pequeño, con sangre punk, humor, crÃtica y las cosas muy claras. A los mandos,
David Verderón, mente inquieta de la que surge todo esto, y encargado de las guitarras y pistas vocales, y Richard Majo, baterÃa y mano ejecutora de la grabación del disco. Para el bajo no habÃa enchufes suficientes, por lo que se decidió prescindir de este. Realizada la introducción, vamos a disfrutar de los cinco temas como cinco soles con los que cuenta el álbum, advirtiéndoos desde ya que vais a durar más en leer esta reseña que en escuchar el disco entero varias veces. Pensado para profundos amantes del género.
Para iniciar el setlist, una buena dosis de humor. "
Las cosas de mi abuelo" es un homenaje a todas esas frases mÃticas de nuestros mayores, tales como: Me pica el culo, buen año de garbanzos; Hago como los burros, me corto el pelo en marzo. Refranes que con el paso de los años acabamos añadiendo a nuestro vocabulario. Como bien dice el estribillo, son las cosas de mi abuelo, son mis cosas. Todo ejecutado a una velocidad rapidÃsima. "Menestra con ginebra" es una crÃtica ácida a esa moda de echarle todo lo que queda a mano en el huerto a tu copa de ginebra.
Por cierto, cada canción va acompañada en los vÃdeos de Youtube de una portada diferente. Raro me parecerÃa que no haya al menos una que os saque una leve sonrisa. Vamos a por la canción más duradera, "
Amigos de mierda", con un ritmo más lento que los demás cortes. MelodÃa muy pegadiza para regalar a esos amigos que se activan solamente para contarte sus problemas y que estarán encantados de mandarte a la mierda cuando seas tú quien necesite de su favor. Como detalle, tras finalizar esta canción, llevamos exactamente 3 minutos y 9 segundos de música a nuestras espaldas.
Quien no ame esto, que se quite la chapa de Punk not dead de su chupa vaquera. Turno para otro homenaje. En este caso para los agentes de tráfico, que siempre velan por nuestra seguridad. "
Buenas tardes, caballero" narra una historia de gratitud hacia ese agente de tráfico que te regala un sobre por valor de 100 pavos, en el mejor de los casos, pero con un suculento descuento del 50%. El final de la canción es una versión de la melodÃa con la que se anunciaba el ponche caballero, por supuesto, acelerada hasta el lÃmite. Y para finalizar, "Orquestáncana". Cuenta con influencias de grupos como los leoneses Zoketes, o los estadounidenses Zeke (a su vez, fuente de inspiración para los anteriores). Esta crÃtica a la
orquesta Panorama está estructurada en tres estrofas, seguida cada una de ellas de un estribillo a grito de: Panorama como mola se merece una ola. Arrancan baterÃa y voz, y cada paso por el estribillo da fuerza a la canción, uniéndose la guitarra al final del primer estribillo. La última estrofa rebosa rabia y potencia, describiendo cómo la orquesta finalizaba uno de sus conciertos llamando paletos directamente al público al responder estos que si querÃan escuchar una canción de la Pantoja (mofa iniciada por el cantante de dicha orquesta). Temazo con mayúsculas, para tener toda una tarde en bucle.
Y esto ha sido todo, menos de cinco minutos de música muy directos. Lo bueno y breve, dos veces bueno.
youtube.com/playlist?list=PLVGZnyu1CqFp8KxcuUkDg59yBb8318Dlm