Hay figuras en el rock, tanto estatal como internacional, que han sido alabadas y reconocidas con más o menos merecimiento, pero siempre queda un amplio abanico de músicos que, habiendo sido precursores de estilos o creadores únicos de canciones, se han quedado, sino en el baúl de los olvidados, si en un reconocimiento mucho menor y más fugaz.
Bajo mi punto de vista, en este segundo grupo, el de los no reconocidos con suficiencia, esta Julio Castejón, figura emblemática del rock estatal, desde esos Asfalto que ha sabido llevar, contra viento y marea, durante 44 años, con momentos mejores y otro no tan buenos, pero siempre habiendo aportado su capital granito de arena a aquello que se llamó rock urbano y que tantos y tantos seguidores, en sus diferentes variantes, a dÃa de hoy; en pocas palabras, sin Asfalto y algunos otros grupos de aquellos difÃciles momentos de la transición, ese estilo, tan nuestro, probablemente no existirÃa.
Pero hoy no estamos aquà para hablar sobre Asfalto, que están en un momento de forma increÃble, como pudimos comprobar con su sensacional último disco, sino para hablar del cuarto disco en solitario de su lÃder, Julio Castejón, titulado "El mono loco" y que ha sido editado a principios de septiembre por Rock Estatal Records.
El disco se presenta en formato digi pack, con una portada en la que se ve a un simio sentado encima de una pila de libros, con la parte fÃsica del CD donde se ve la evolución humana hasta la actualidad, siendo toda la cuidada parte grafica obra de Fernando Navarro Nanderas, mientras que la grabación fue realizada entre finales del 2017 y principios del 2018 en los Sinestesia Estudios, con el propio Julio Castejón encargándose de la producción y mezcla y Diego Montoto de la masterización.
El piano, con el que se inicia "La vida continua", nos hace suponer la amargura de la temática de la canción, que trata sobre la perdida de una persona muy importante en nuestra vida y que, a pesar de ello, la cosas siguen transcurriendo con normalidad, contando con la importante presencia del violÃn y en donde hasta la guitarra parece lamentarse, mientras la machacona sección rÃtmica nos ponen en aviso de un estribillo, que nos trasmite ese dramatismo y esa melancolÃa que nos refleja la letra, completando asà una gran canción.
Nos vamos ahora con "Cuentos de invierno", de nuevo con la importante presencia de la guitarra en primer plano, sin muchas estridencias, pero persistente en todo la pieza, siendo un tema bastante accesible, con un Julio Castejón que nos presenta la relación de dos personas que salen adelante apoyándose el uno en el otro, con una segunda parte de la canción que viene precedido por unos teclados, y en donde nos damos cuenta que al final, esa relación, se fue enfriando con el tiempo.
Más tranquilo, cercano al pop, es el siguiente tema, "Compañeros", un entrañable corte que habla sobre un matrimonio en el final de sus dÃas, pero que, a pesar de todo lo que han tenido que vivir, se tienen el uno al otro y saben que eso es lo más importante, una pieza muy entrañable e intimista, de esas historias que nos pueden recordar a cualquiera de esas parejas de ancianos que podemos ver por las calles; y es que ahà está la grandeza de este artista, que refleja la vida cotidiana que todos podemos ver.
Nos vamos acercando al final del disco, con "Mi lado mejor", un tema que empieza con la baterÃa como primera protagonista, para luego encontramos con una guitarra que nos muestra su presencia, en una pieza bastante más alegre desde el inicio, con un Julio que nos invita a dejar de lado las preocupaciones, que siguen estando ahÃ, pero es hora de ofrecer el lado más positivo de cada uno, presentando un buen trabajo de la guitarra, que muestra ese colorido que parece desprender la canción.
Sin duda, Julio Castejón está en un dulce momento compositivo, y, tanto en solitario como con Asfalto, no hace más que demostrarlo y, esperemos, que la racha no se pare.
De lo mejor que se ha publicado en el 2018 y totalmente recomendado para la gente que le guste la música tranquila con letras profundas.