COLABORACIONES
 Reseña
 
Julio Castejón "El Mono Loco"
  09/01/2019     
  Txutxy Cano
 
Hay figuras en el rock, tanto estatal como internacional, que han sido alabadas y reconocidas con más o menos merecimiento, pero siempre queda un amplio abanico de músicos que, habiendo sido precursores de estilos o creadores únicos de canciones, se han quedado, sino en el baúl de los olvidados, si en un reconocimiento mucho menor y más fugaz.
 
Bajo mi punto de vista, en este segundo grupo, el de los no reconocidos con suficiencia, esta Julio Castejón, figura emblemática del rock estatal, desde esos Asfalto que ha sabido llevar, contra viento y marea, durante 44 años, con momentos mejores y otro no tan buenos, pero siempre habiendo aportado su capital granito de arena a aquello que se llamó rock urbano y que tantos y tantos seguidores, en sus diferentes variantes, a día de hoy; en pocas palabras, sin Asfalto y algunos otros grupos de aquellos difíciles momentos de la transición, ese estilo, tan nuestro, probablemente no existiría.
 
Pero hoy no estamos aquí para hablar sobre Asfalto, que están en un momento de forma increíble, como pudimos comprobar con su sensacional último disco, sino para hablar del cuarto disco en solitario de su líder, Julio Castejón, titulado "El mono loco" y que ha sido editado a principios de septiembre por Rock Estatal Records.
 
El disco se presenta en formato digi pack, con una portada en la que se ve a un simio sentado encima de una pila de libros, con la parte física del CD donde se ve la evolución humana hasta la actualidad, siendo toda la cuidada parte grafica obra de Fernando Navarro Nanderas, mientras que la grabación fue realizada entre finales del 2017 y principios del 2018 en los Sinestesia Estudios, con el propio Julio Castejón encargándose de la producción y mezcla y Diego Montoto de la masterización.
 
Los músicos de los que se ha rodeado nuestro protagonista son Gustavo Martin (que formó parte de Tribu, y ahora en Sinfonity y Legacy) a las guitarras, Josele Megía (Orquesta Mondragón) al bajo, José Martos (que ha pasado por Niágara, Barón Rojo, Atlas o Topo entre otros) a la batería y Lorenzo Azcona (ex componente de U.H.F y músico de directo de artistas como Manolo Tena o La Unión) al saxo, encargándose el propio Julio Castejón de las voces, los teclados y algunas partes de guitarra.
 
Este disco, que consta de 10 canciones, arranca con el tema que le da nombre, "El mono loco", curiosamente la pieza a más extensa del disco, que se inicia con unos golpes y el sonido como de una selva, antes de que los teclados nos introduzcan en la canción propiamente, con José Martos aporreando con contundencia su batería, mientras la guitarra y el bajo se presentan, con esos teclados que sirven de colchón durante toda la primera parte, pasando a ser los únicos acompañantes de Julio cuando su personal voz aparece, con esa letra premonitoria, donde nos cuenta los riesgos del final del mundo y que somos nosotros, los humanos, los que estamos precipitando el destino del planeta, con la guitarra más presente en la parte central del disco, donde aparece un estribillo muy del estilo del protagonista y que nos deja una pieza que realmente nos engancha, y que concluye con un piano que va rebajando la intensidad de la misma.

La guitarra con la que comienza "Hombre a la deriva", nos hace esperar un tema más fuerte, como así es, donde el citado instrumento cobra mucho protagonismo, mientras en la parte central nos encontramos con el estribillo, muy pegadizo, siendo una pieza muy rocanrolera, de la vieja escuela, con un efectivo solo de guitarra y una letra que habla sobre echar la mano a quien necesite de tu ayuda, porque nunca sabemos lo que nos deparará el futuro.
 
El piano, con el que se inicia "La vida continua", nos hace suponer la amargura de la temática de la canción, que trata sobre la perdida de una persona muy importante en nuestra vida y que, a pesar de ello, la cosas siguen transcurriendo con normalidad, contando con la importante presencia del violín y en donde hasta la guitarra parece lamentarse, mientras la machacona sección rítmica nos ponen en aviso de un estribillo, que nos trasmite ese dramatismo y esa melancolía que nos refleja la letra, completando así una gran canción.
 
Nos vamos ahora con "Cuentos de invierno", de nuevo con la importante presencia de la guitarra en primer plano, sin muchas estridencias, pero persistente en todo la pieza, siendo un tema bastante accesible, con un Julio Castejón que nos presenta la relación de dos personas que salen adelante apoyándose el uno en el otro, con una segunda parte de la canción que viene precedido por unos teclados, y en donde nos damos cuenta que al final, esa relación, se fue enfriando con el tiempo.

Más tranquilo, cercano al pop, es el siguiente tema, "Compañeros", un entrañable corte que habla sobre un matrimonio en el final de sus días, pero que, a pesar de todo lo que han tenido que vivir, se tienen el uno al otro y saben que eso es lo más importante, una pieza muy entrañable e intimista, de esas historias que nos pueden recordar a cualquiera de esas parejas de ancianos que podemos ver por las calles; y es que ahí está la grandeza de este artista, que refleja la vida cotidiana que todos podemos ver.
 
La tranquilidad sigue vigente en el inicio de "Siluetas discretas", con la importante presencia de una guitarra acústica acompañando la voz de Julio en la primer parte, con una flauta sonando de fondo, para luego encontrarnos con una potente batería y un marcado bajo, mientras la guitarra eléctrica exige su parte de protagonismo, en un tema accesible pero al mismo tiempo contundente, acabando con la misma tranquilidad con la que empezó.
 
El saxo tiene protagonismo al inicio de "Lana", arropado por las sección rítmica, hasta que la guitarra nos reclama su espacio, para luego dejar el protagonismo a la voz de un Julio Castejón, que esta sensacional, como durante todo el disco, con ese personal sello que le da a sus canciones, ésta sobre una mujer que lo deja todo para irse con su amado, pero sin obviar el lucimiento en este tema tanto del saxo como de la guitarra. Otro temazo y ya van...

Nos vamos ahora con "Personajes" y su entrada de teclados, siendo una pieza muy delicada y tranquila en su inició, que habla sobre el amor incondicional de una madre a su hijo, cantada con un sentimiento aun mayor que en las piezas precedentes y que discurre con suavidad, hasta que la canción estalla hacia la mitad, con todos los instrumentos presentes y llevándonos pos un sonido más sinfónico, para luego volver a jugar con la intensidad del tema, que sube y baja en función del énfasis que exija esta pieza sobre esas heroínas diarias, que acaba con la voz de Julio Castejón cantando "como tu mama" con todo el sentimiento del mundo. Realmente bello.
 
Nos vamos acercando al final del disco, con "Mi lado mejor", un tema que empieza con la batería como primera protagonista, para luego encontramos con una guitarra que nos muestra su presencia, en una pieza bastante más alegre desde el inicio, con un Julio que nos invita a dejar de lado las preocupaciones, que siguen estando ahí, pero es hora de ofrecer el lado más positivo de cada uno, presentando un buen trabajo de la guitarra, que muestra ese colorido que parece desprender la canción.
 
Y el disco de termina con "Reflexión", el tema más intimista de todo el trabajo, con Julio y su teclado en primer plano, mientras va meditando sobre el devenir de la vida, mientras el saxofón va cogiendo un papel protagonista, al mismo tiempo que el resto de los instrumentos se quedan en un segundo plano y el artista nos señala que en esta vida hay que buscar hacer lo que se crea mejor, al margen de que la recompensa pueda no ser la esperada.

Y así concluye este maravilloso disco de un Julio Castejón que, aunque ciertas canciones podían haber estado en algún disco de su banda principal, nos muestra aquí su faceta más intimista y personal, desnudándose aun más ante nosotros, con unas letras, tan geniales como las que no tiene acostumbrado en Asfalto, pero añadiéndole ese toque más suyo, aun si cabe.
 
Los músicos que le acompañan están geniales, demostrando el por qué de esas dilatadas trayectorias, aportando esos matices que cada canción necesita, de un disco que se escucha con mucha claridad y que, lógicamente, no gustará a todos por igual, ya que contiene una música y unas letras para escuchar con calma y profundidad.
 
Sin duda, Julio Castejón está en un dulce momento compositivo, y, tanto en solitario como con Asfalto, no hace más que demostrarlo y, esperemos, que la racha no se pare.
 
De lo mejor que se ha publicado en el 2018 y totalmente recomendado para la gente que le guste la música tranquila con letras profundas.
 
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