EL trío de rock de Ciempozuelos presenta su primer EP, "Profundidad", con una portada de disco muy original en la que la parte oculta de un iceberg representa una calavera. La temática del disco está clara tras el título y la imagen, esa parte oculta, invisible a la vista de los demás pero que tanto peso provoca en la espalda de los que la cargan.
El primero de los temas crítica la desprotección de las mujeres, y en concreto carga contra el caso de la manada. "No es un abuso, es violación. ¡NO ES NO!" grita la canción. La segunda del disco, "El desierto" arranca con un ritmo muy rockanrollero, con la voz acompañando mientras imita esta melodía, tratando esta vez sobre la soledad.
"Soy tan feliz" tira de la ironía por mostrar la disconformidad con una vida llena de dolor y de trabajo, de ser uno más. Si la vida es todo felicidad, alguien debe estar viviendo la de verdad mientras el protagonista está atrapado en una mentira. A pesar de lo lúgubre de la letra, los punteos de guitarra a lo largo de la canción son de lo más animados. Pasando la mitad de este EP, escuchamos "Niñez extinguida", con un ritmo clásico de rock and roll que sube las pulsaciones para atacar directamente a las nuevas infancias perdidas, en las que una consola en la habitación sirve para pasar los días y los meses. Mentes controladas y enjauladas desde los primeros años de vida.
"Sabia experiencia" da profundidad a su sonido, buscando tonos más graves, con un bajo muy protagonista. Y como dice el refrán, sabe más el diablo por viejo que por diablo.
Cierra el disco "Ciempozuelos", la más punki del disco. Palo para el gobierno por el abandono a los agricultores con un ritmo muy bailongo.
Buen debut que, a pesar de ser sólo seis canciones, llega prácticamente a los 20 minutos de duración.
13/03/2019 
Pablo Fuñi 
