COLABORACIONES
 Reseña
 
Mundo Hechicero "Y nos dejen en Paz"
  07/05/2019     
  Txutxy Cano
 
Es muy interesante contemplar la buena salud que tiene la escena estatal, con una gran cantidad de grupos de distintas generaciones, de diferentes estilos y a lo largo y ancho de la geografía, como en este caso la gente de Mundo Hechicero, a medio camino entre la Ribera Navarra y Calahorra.
 
La banda inició su andadura hace 3 años, aunque los tres integrantes de la banda provenían de formaciones conocidas de esa zona, siendo estos Pedro Laborda voz y guitarra, Eduardo R. Irisarri bajo y coros, ambos procedentes de la banda Piskerra, mientras que su batería, Eduardo Vitoria, llegaba de la banda The Noise; desde entonces no han parado de actuar, principalmente por las regiones limítrofes con las suyas.
 
Y así llegan al pasado 2018 cuando deciden que es un buen momento para grabar su primer trabajo, un primer disco, este "Y nos dejen en Paz", que un disco conceptual sobre una sociedad distópica, quizás esta misma en la que vivimos con todo lo negativo que nos rodea, y que gira hacia la búsqueda de una nueva sociedad donde volver a empezar. Como vemos, han querido hacer un trabajo bien elaborado y no una mera colección de canciones.
 
La portada del disco nos muestra una pared con el logotipo de la banda y el nombre del álbum, haciendo especial hincapié en la palabra Paz, que aparece en mayúscula y en otro color, siendo todo el diseño grafico obra de Eduardo R. Irisarri, Pedro Laborda y Oihane Irisarri, contando con un libreto muy elaborado, lo cual siempre es de agradecer.
 
La grabación del disco tuvo lugar durante el pasado año a medio camino entre Arguedas y Reus, siendo los técnicos de grabación Carlos Rodrigo y Kandi Álvarez, este último también técnico de mezclas además de encargado de los arreglos musicales junto a la banda y al mencionado Carlos Rodrigo, el cuarto hechicero como ellos le llaman, ya que durante el disco también se hace cargo de piano, sintetizadores y coros.
 
Por último, decir que todas las letras la música son obra de Pedro Laborda y Eduardo R. Irisarri, mientras que la producción del disco estuvo a cargo de la banda, junto a Carlos Rodrigo y Kandi Álvarez.
 
Diez son las canciones en las que la banda ha resumido su concepto, que se inicia con "El agitador", un tema que comienza con una cuenta atrás y una guitarra acústica con la voz tomando protagonismo, mientras la pieza se va endureciendo dentro de un estilo a medio camino entre el rock y el pop más contundente, siendo un corte que se te queda muy bien, pero sin ser necesariamente repetitivo y con una guitarra que suena afilada en buena parte del mismo, pero sin tapar a la sección rítmica. Muy buen inicio de trabajo, que cuenta además con la presencia de Kandi Álvarez a la guitarra.

El bajo de Eduardo da paso a "Nadie duerme", dando entrada al resto de los instrumentos, en una pieza que refleja la angustia que puede hacer que nos desvelemos, reflejado en la misma forma de encarar la canción por parte de la banda, que en esta ocasión cuenta con el refuerzo de Sonia Martínez a los coros, siendo un tema pegadizo y que nos trasmite con claridad lo que la banda nos quiere mostrar, con esa inquietud omnipresente. Se te quedará grabada rápidamente.
 
Sin pausa alguna nos encontramos con "El mesías" y esas voces eclesiásticas entre las que se encuentra la de Kandi Álvarez, que dan paso a una canción cuya letra es obra de Koldo Valdemoros Irisarri, siendo una pieza con una fuerte presencia del bajo en su inicio y en donde la voz de Pedro nos presenta su variado abanico, siendo uno de los temas que primero me llamaron la atención, con un ligero aire ochentero pero sin sonar desfasado, con unas guitarras juguetonas en la parte central de la misma y una parte final en que la canción tiene más potencia, con el piano reforzando. De lo mejor del disco para mí.
 
Más tranquilo es el comienzo de "Tú lo sabes", otro de los temas donde cuentan con la colaboración de Sonia Martínez a los coros, siendo un corte que va in crescendo desde su inicio y donde se van incorporando los sintetizadores a medida que nos acercamos a un estribillo en el que inciden en que todos tenemos nuestro parte en este mundo por mal que nos vayan las cosas y donde la melodía de la canción nos dibuja un aire positivo que es reforzado en la parte final por esas voces que remarcan el mensaje que nos quieren dar. Un tema muy positivo y trabajado.

Muy movido es el inicio de "Las categorías de la vida", con un ritmo bailable incluso, y que trata sobre una búsqueda de los sueños, siendo un tema muy popero pero elaborado, con una segunda parte de la canción donde el bajo toma un protagonismo realmente importante, consiguiendo ser un corte realmente bello.
 
Pasamos el ecuador del disco con "El último viaje", un corte también suave que juega con un ambiente futurista, tomando mucho protagonismo los coros y el piano que ocupan buena parte de la primera mitad de la canción, siendo una pieza que trata sobre cuando intentas cumplir tus sueños y te topas con la realidad, contando la canción una segunda parte muy rica en detalles, con un cierto aire progresivo, si se quiere decir así, con los coros siendo claves en el final del tema.
 
Esta vez es el bajo el que da entrada a "Fluidos", un corte donde de nuevo Kandi Álvarez colabora a los coros, con nuestro protagonista buscando en su entorno a gente que tenga sus mismas sensaciones y entre todos actuar para cambiar el mundo, llevando el tema un cierto aire ska que da más dinamismo al mismo y con la guitarra sonando algo más cañera, mientras la voz sigue adaptándose a las necesidades de la canción, siendo una pieza que, como todas las del disco, cuenta con muchos matices.
 
Vamos ahora con "Amigo", que dedican a Pablo, y que se inicia de manera guitarrera y potente, que será la dinámica de la canción pero siempre dentro del estilo de la banda, y que es una entrañable pieza en que se recuerda a la persona ausente, mostrándonos el dolor por ya no poder compartir cosas con dicha persona, aunque de alguna manera también es una celebración por los tiempos compartidos.
 
Y vamos con la que, para mí, es la pieza central y crucial del disco y es que después de todos los sinsabores vividos y cuando creíamos que todo estaba perdido resulta que "La información estaba equivocada", lo que provoca que la gente reaccione, un tema realmente genial en la que de nuevo Kandi Álvarez aparece a los coros, una canción algo más extensa que viaja a golpe de bajo, con ese ligero ritmo ska pero que va cobrando intensidad a manos de un estribillo pegadizo y que debería funcionar muy bien en directo, sobre todo en la parte en la que aparece un coro infantil que da más brillo al corte, hasta ser la parte crucial del disco ya que nos hemos dado cuenta de que hay esperanza y que mejor manera de trasmitirlo que con las voces de unos niños. Muy muy buena.

Llegamos al final del disco con "Un trozo de mundo" con la colaboración de Kandi Álvarez a la guitarra y Sonia Martínez a los coros, en una pieza que se inicia como si nos quisieras mostrarnos un nuevo comienzo, que es lo que nos quieres mostrar la banda, con los coros más acusados en el principio, mientras las guitarras cobran más protagonismo, con muchos cambios de ritmo, para llevarnos a la recta final con ese estribillo en el que se repite el nombre del disco, hasta que aparece un despertador y de nuevo la cuenta atrás con la que se iniciaba el disco, dejándonos con la incertidumbre de si se ha cerrado el ciclo o ha sido todo un sueño.
 
Y así, tras poco más de 40 minutos a lo largo de estos diez temas que acabamos de analizar, concluye el primer disco de Mundo Hechicero, un proyecto ambicioso, en el sentido de que es un disco para darle muchas vueltas tanto en lo musical como en lo lirico, ya que si nos dejamos llevar por la primera escucha nos perderíamos toda la esencia del mismo.
 
Es un trabajo que a la primera entra bien, ya que es bastante melódico, pero que a medida que vas profundizando vas viendo todo el trabajo que ha llevado el mismo y que las canciones no están puestas ahí porque si, sino que todas ellas, y cada una de las partes de las mismas, tienen su motivo y su porque.
 
Desde luego no podemos nada más que celebrar este "Y nos dejen en paz", disco que debería dar a conocer a los Mundo Hechicero más allá de su área de influencia y es que estamos ante un gran primer trabajo de la banda que, esperemos, tenga continuidad en futuros lanzamientos.
 
Un gran disco para degustar con calma y de principio a fin y, esperemos "que nos den un trozo de mundo y nos dejen en PAZ"
 
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