Los de Venta de Baños nos traen un nuevo disco, "Haciendo el primate", demostrando la notable evolución de la banda. Diez canciones que se devoran en lo que dura un capítulo de Los Simpsons, que, si sois como yo, los podéis ver en silencio mientras vuestra cabeza reproduce los diálogos automáticamente.
Enfocado dentro del punk rock, género base de la banda, las letras de este nuevo trabajo ocupan un gran abanico de temas. La primera representa la humildad, en "Soy un tío genial", unos treinta segundos musicales para ir adentrándonos en el disco, que vienen genial para calentar las mandíbulas y poder soltar unas buenas carcajadas sin miedo a lesionarnos mientras escuchamos "El bigote del mal". Conspirativa teoría que enlaza la maldad de los dictadores en su punto común: el bigote. Ese maldito bigote.
Las dos primeras canciones del disco, rápidas y zanjadas en poco más de dos minutos dan paso a "Es lo que soy", reflexión con tempo lento y mostrando más puntos fuertes de la banda. La seriedad no perdura mucho, porque ahora llega "A la manifestación", sugerencia cantada de llevar las palas de frontón a las manifestaciones para disfrutar de unos minutos tenísticos con los antidisturbios, los cuáles siempre llevan las pelotas de goma pensando en esta posibilidad. Y sin dejar de lado el humor, aunque ahora la crítica se agudiza bastante, se presenta "La revolución francesa", canto contra la monarquía.
Ahora bien, pasamos la mitad del disco y llega "Quisimos ser mujeres", reconocimiento a estas. Dejando las bromas a un lado, se presenta el probablemente mejor tema de Los pelukeros, o, al menos, el que personalmente más me ha calado. Su estribillo, tremendamente pegadizo, nos deja la frase que da nombre a la canción: "Quisimos ser mujeres, pero no éramos tan fuertes." También cuenta con un emotivo recital en mitad de la canción, suavemente acompañado por la instrumental.
Y de nuevo, nos encontramos un salto a una canción mucho más alegre, "Todos los primates", donde nuestros parientes los primates sufren los disparates de nuestra democrática sociedad. Contado con monos parece divertido, pero deberíamos hacérnoslo mirar. Llegando al final, "No me explotes", directa a los puestos de trabajo y "A quién vas a engañar", musicalmente por encima de las demás con una guitarra sobresaliente, un sonido más contundente y más variedad de ritmos. Cierra el disco la más que bailable "Sale el sol", repitiendo pegada en el estribillo y dejándonos un muy buen sabor de boca.