Dicen que al mal tiempo buena cara y la verdad es que hay que afrontar las cosas no mirando el lado negativo sino buscando aquello que podemos hacer cuando nuestros hábitos se ven modificados; eso nos ha pasado a todos en este 2020 y en mi caso, ante la falta de conciertos en la cantidad habitual, me he dedicado en profundizar en bandas conocidas y en descubrir a otras de las que no sabía nada.
Una de estas formaciones que he descubierto este año han sido los gallegos Pültur, una banda formada en el año 2014 por el guitarra Agus G.B. y el bajista Tyto C.C, a los que se han ido uniendo en 2017 A. Ramallo a los teclados y Darío GH a la voz, completando la formación en el 2019 Manu Chapela a la batería.
Durante estos años la banda ha ido componiendo diferentes canciones, aunque ha sido a raíz de asentarse la formación cuando han encontrado un estilo propio en donde abarcan diferentes músicas que van desde el Heavy Metal al Metalcore, pasando por un amplio abanico de sonidos, pero siempre dentro de un bloque muy coherente.
Tras haber girado sobre todo por su comunidad autónoma y hacerse un nombre dentro de dicha escena, llegaba el momento de llevar a cabo una grabación y, aunque lo que iba a ser un disco de larga duración se quedón en Ep, el resultado es este genial "No soy bruja" que me tiene enganchado desde que le escuche por vez primera.
Esta obra, de poco más de 30 minutos, está compuesta por 5 canciones y una más a modo de bonus track y viene presentado por el diseño y la maquetación a cargo de Denis Siks, la ilustración digital obra de Kitty Poison Arts., mientras que las fotos son creación de Pepe Paz fotografía, siendo la modelo que aparece Lara González, habiendo sido grabado, mezclado y masterizado en los Zoilo Unreal Studios durante los primeros meses de este 2020. El disco, autofinanciado aunque con el apoyo de Rock CD Records, se editó finalmente en agosto de ese mismo año tras tener que retrasarlo por la consabida pandemia.
El plástico se inicia con "Santa Compaña", con un argumento centrado en esa leyenda tan de aquellas tierras sobre las procesión de animas y musicalmente arranca con el sonido de un organillo a modo de introducción que ambienta mas la temática, siendo sucedido por una afilada y cañera guitarra que se ve arropada por el resto de instrumentos, cogiendo mucha velocidad cuando surge la voz, con ese registro tan agresivo y directo, adentrándonos en un estribillo en el que la velocidad se relaja, apareciendo esa voz fantasmal, tras el que retomamos la velocidad hasta que de nuevo nos topamos con ese estribillo, ralentizándose la pieza con unos coros sonando desde el más allá, para dar paso a un solo de guitarra que volverá a acelerar el corte, para luego ser el teclado el que cobra protagonismo, relajando de nuevo el tema y reaparecer esos coros, que dan paso a esa potente voz que nos va a introducir de nuevo en el estribillo, mientras los coros y una invocación nos acompañaran hasta el final del mismo. Muy buena apertura y una buena muestra de lo que nos aguarda en este disco.
Sin duda alguna mi tema preferido de este álbum es "No soy bruja", el que da nombre al mismo y que nos relata el drama de María Soliño, acusada por la iglesia de brujería en el siglo XVII para así apoderarse de sus posesiones y las de otras viudas de Cangas, comenzando con esos suaves teclados de fondo mientras la voz nos va susurrando la trama, hasta que la guitarra y la sección rítmica rompen esa inquietante tranquilidad para acelerar el corte, surgiendo la voz en todo sus esplendor, dando paso a ese pegadizo y potente estribillo que no te puedes quitar de la cabeza, siguiendo la pieza por esos derroteros, para, tras un segundo estribillo, relajarse totalmente, surgiendo la voz de Lara González que nos va a relatar su visión de los hechos, contrastando la dulzura de esa voz, con la fuerza de Darío que hace de acusador, todo ello en un ambiente lento y pesado, tomando el vocalista más protagonismo con esos contrastes de voces, hasta que la guitarra vuelve a hacer que la canción resurja con toda su potencia, repitiendo el estribillo en la recta final de la misma y acelerándose aún más. Uno de esos cortes que te enganchan desde la primera escucha y que te enamoran para siempre: TEMAZO.
Vamos ahora con otro acontecimiento histórico que sufrió su localidad y fue la "Invasión" a manos de piratas turcos, la cual da nombre a la tercera pieza del disco que arranca de manera explosiva, con la batería cobrando mucho protagonismo, mientras el resto de instrumentos van surgiendo de manera pausada pero contundente, llevando un ritmo marcial que se atenúa cuando surge la voz principal y que nos lleva a mover la cabeza a su compás, mostrando toda la fuerza de la voz cuando llegamos al anticipo del estribillo, recuperando ese ritmo antes que, tras un segundo anticipo, el estribillo se desarrolle en toda su plenitud remarcando esas cuatro palabras que tanto dolor provocaron entre la gente de Cangas, mostrando tanto la crudeza de lo allí sucedido como la rabia que les produce, continuando con ese ritmo lento y potente, sucedido primero por el estribillo y luego por un solo de guitarra que va cogiendo cierta velocidad pero siempre sin perder la cadencia del corte, para recuperar la voz y ese machacón y contundente ritmo que el tema ha llevado, concluyendo con una importante presencia de la batería y los teclados. Te hará mover la cabeza y quedarte con ese sonido pegadizo que seguro en directo gustará aún más.
Continuamos con temática histórica en "Batalla de Rande", que trata sobre la batalla en que las tropas españolas, ayudadas por las francesas, buscaban salvar en vano el cargamento de tesoros que, procedente de América, querían robarles el ejercito compuesto por ingleses y holandeses enfrente del estrecho que da nombre a esta batalla, comenzando la música con un colchón de teclados que dan al corte un aire épico, entrando primero la sección rítmica y luego la guitarra, dotando de fuerza al tema, para luego relajarse cuando surge la voz que va relatando los momentos previos al acontecimiento, llevándonos a un estribillo muy potente, sobre todo en las voces, muy agresivas y pegadizas, para de nuevo surgir los teclados y recuperar ese ambiente grandilocuente, regresando a la parte más rápida de la pieza, reapareciendo la voz que nos sigue narrando los hechos para darnos cuenta que, como en muchas ocasiones, la pelea había sido en vano porque nadie consiguió su propósito. Una canción más breve pero en la que han conseguido una original mezcla de estilos y que, personalmente, me ha gustado mucho.
Vamos ahora con el quinto y último tema del disco propiamente y que se llama "Sexto mandamiento", el cual aborda una temática desgraciadamente más universal como son los abusos cometidos por los siervos de dios hacia menores, iniciándose con esos sonidos de teclados que dan paso a una guitarra que se irá acompañando del resto de instrumentos, intensificándose hasta que la voz se muestra, relajándose brevemente el corte cuando ésta surge, volviéndose a acelerar para dar paso al avance del estribillo en donde el vocalista juega con los efectos de su voz, regresando a la partes previas mientras sigue contando los hechos con toda la rabia que el asunto produce, surgiendo el estribillo en todo su esplendor, narrado con la voz de la víctima que vomita todo su odio contra el abusador, apareciendo unas guitarras muy cañeras que se unen con unas bellas líneas de teclado, siendo el momento de lucimiento de éste, antes de regresar al estribillo, tras el que la canción se va acelerando, descargando toda la rabia y acabando con una parte en la que es la voz la que aparece en solitario. Muy buena y pegadiza pieza en donde nos muestran lo bien que han sabido compaginar la música con lo que narran sus letras.
Y llega el momento del bonus track del plástico, "Bullying", la primera canción que la banda publicó de manera profesional como concienciación del abuso escolar, en colaboración con la administración local, siendo una letra que en principio iba a ser en castellano y contada de manera más agresiva, pero que, para adaptarlo al contexto de dicha colaboración, se hizo una letra más accesible y en gallego, comenzando con mucha fuerza y unas guitarras muy heavy metaleras, con los teclados aportando también su granito de arena y la batería empujando, apareciendo el vocalista y relajándose brevemente el corte, jugando con esa combinación de intensidades, surgiendo una parte en la que lanzan una proclama de los datos de acoso escolar sin que el tema pare, antes de encarar una relajación en la música que será solo momentánea, para dar paso a ese pegadizo estribillo que, seguro, será muy cantado en sus conciertos, bajando un poco la fuerza durante un breve espacio antes de lanzarse a un rápido solo de guitarra, con la batería empujando, apareciendo una parte más machacona que dará paso a ese estribillo que nos estará acompañando hasta ese acelerado final. Una gran pieza que trata de concienciarnos de este problema que se vive en muchas casas y que les ha quedado realmente muy lograda.
Y así, casi como un suspiro, se acaba esta primer referencia de la banda gallega Pültur que no sólo ha creado una buena carta de presentación sino que, bajo mi punto de vista, ha editado uno de los trabajo más interesantes de este 2020 ya que a la calidad de sus letras la acompañan unas composiciones musicales muy variadas, pero siempre acorde a lo que se está narrando y sin ponerse topes en cuanto a estilos.
Reconozco que cuando conocí la existencia de la banda no me esperaba un trabajo tan interesante, tanto en lo lírico como en lo musical, como éste, consiguiendo que en la media hora que dura el disco nada suene igual y sean constantes los cambios de ritmo e intensidades, siempre dentro de ese estilo que el grupo está empezando a labrar.
El primer paso, y muchas veces el más difícil, está dado y ahora corresponde a todos nosotros el que esta banda sea conocida más allá de su tierra y hacerse un hueco dentro de la escena estatal, ya que mimbres, calidad y canciones tienen de sobra para ello.