Muchas veces la vida nos une y separa de aquellas personas que son o han sido importantes para nosotros ya sea por cuestiones laborales, familiares o por el azar del destino, pero lo que en un principio puede ser un problema, se puede convertir en algo digno de celebración cuando esos caminos se vuelven a unir.
Los caminos de Ángel Rubín, voz y coros, y Armando de Pablo, guitarra, se separaron en el año 2010 cuando el primero abandonó la banda en la que ambos estaban, los míticos Adgar, pero nunca perdieron el contacto y en el año 2018 decidieron emprender una nueva aventura juntos llamada Metalodon, una formación que, desde el Heavy Metal que ya practicaban en su anterior grupo, buscan adentrarse en elementos más Thrash, acompañándoles en este viaje César Alberdi a la batería y, desde finales del pasado año, José Ochoa al bajo.
Este disco, publicado en diciembre del pasado 2020, ha sido grabado y producido en los estudios Alberdi por el propio batería de la banda y consta de 10 cortes con una duración total de algo más de una hora y que son un auténtico cañonazo, con mucha variedad pero donde la fuerza y el heavy metal más potente y agresivo es la base predominante del mismo, algo que ya nos anticipan con esa impactante portada.
Y para comenzar nada mejor que hacerlo con el tema que da nombre al plástico, "Psycho killer", que se inicia con unas guitarras realmente intensas y que son acompañadas por una sección rítmica a toda pastilla y una batería que muestra sus cualidades, antes de que el ritmo cambie con las guitarras dando paso a la inconfundible voz de Ángel, presentando un registro algo más oscuro que en otras ocasiones, dando paso a ese pegadizo estribillo que se te queda grabado a la primera escucha, siguiendo el corte con esa intensidad previa y ese sonido más cañero, antes de regresar a ese estribillo con esa fuerza anteriormente comentada y la batería metiendo mucha caña y acelerando aún más la pieza, para que de nuevo cambie de ritmo, con la guitarra y la voz como principales protagonistas, con un sonido lento y pesado, hasta que la primera coge velocidad ejecutando un buen solo, para luego recuperar el estribillo perfectamente adornado por Armado, endureciéndose en la recta final de nuevo, mientas Rubín nos demuestra sus enormes cualidades en esa parte final, acabando el mismo con esos sonidos de tiroteos. Un temazo de principio a fin.
Como llegando del más allá aparecen las guitarras en "Venganza", sonando con mucha garra y en solitario, hasta que el resto de los instrumentos dotan al corte de ese sonido tan metalero que practica la banda, con unos sonidos que nos anticipan el estribillo, para, tras un breve parón reaparecer la voz de Ángel, como siempre magnífico, surgiendo una pieza con un estilo más acorde a lo que podíamos esperar por el pasado de sus componentes, con un estribillo realmente quedón, parando la canción para que sea el bajo el que tenga su momento de protagonismo, con unos teclados de fondo y diferentes sonidos que nos van a llevar de nuevo a los sonidos previos a ese estribillo que se hace esperar pero que reaparece, acompañado de esas guitarras afiladas, para, tras un nuevo parón, toparnos con un esplendido sólo de guitarra a toda velocidad, con la sección rítmica arropando perfectamente, antes de que reaparezca la voz principal que juega con diferentes registros, secundado por esos coros que hacen de transición para recuperar el estribillo que nos acompañará hasta el final. Un gran tema y que puede servir de enlace entre lo que los protagonistas hacían en sus anteriores proyectos y lo que aquí nos quieren ofrecer.
Muy bello y guitarrero es el inicio de "Celestial", con un gran solo de guitarra como preámbulo y esos coros sonando de fondo, para que la canción coja fuerza y luego velocidad tras el grito de Ángel Rubín, pasando luego a un momento en que ésta suene más pesada pero con momentos rápidos, mientras la voz principal suena con más agresividad de lo que suele ser habitual en ella, para, casi susurrando, llevarnos a un gran estribillo, muy pegadizo y en donde nos va a mostrar todos sus dotes con la voz, muy bien arropada por los coros, tras el que se acelera el tema, recuperando esa parte más pesada y de nuevo reaparecer ese estribillo que imagino cantando puño en alto en un concierto, topándonos con un momento en que la pieza se relaja brevemente para que la voz principal se luzca primero y luego lo haga la guitarra con un rápido y brillante solo, con la sección rítmica muy bien, como durante todo el disco, retomando esas partes previas al estribillo, que ya nos va a ir acompañado hasta el final pero con diferentes registros vocales que le he hacen tan especial. Un grandísimo corte que estoy seguro funcionará muy bien en vivo.
Explosivo es el inicio de "Tentaciones", con la voz sonando desde el primer segundo junto al resto de los instrumentos y la batería marcando ese ritmo lento y pesado que el corte va a tener, con la voz de Ángel Rubín en todo lo alto, manteniendo esa intensidad hasta que la música desaparece y surge casi de manera angelical la voz principal, para acelerarse la canción con ese estribillo tocado y cantado a todo trapo, para, tras un cambio de ritmo, recuperar ese sonido lento y pesado inicial, que de nuevo nos va a llevar a esa parte más relajada pero inquietante que se une con ese estribillo a toda pastilla, tras el que Armando nos muestra, una vez más, lo gran guitarrista que es con un gran solo, cambiando hacía un sonido más potente y lento, mientras las voz principal suena casi fantasmagórica, ralentizándose aún más la pieza hasta recuperar esa parte relajada que se extiende aún más pero con más intensidad recuperando el estribillo con esa rapidez que tiene, antes de regresar a ese sonido inicial, con la voz dejando huella de su clase, igual que el resto de los instrumentos. Un tema inquietante y oscuro pero que no desentona con el resto del disco, dándole un aire fresco a su sonido.
De nuevo son las guitarras las que nos introducen en "Rompe el silencio", con la sección rítmica muy presente junto a unos coros que arengan el principio, para, cuando surge la voz, relajar el sonido, con Ángel cantando de manera muy melódica y calmada, desatándose esa fuerza que estaba agazapada, con un sonido muy potente y pegadizo que va cogiendo aún más intensidad en el estribillo, tras el que recuperamos esa parte inicial con esos coros, pasando luego a esa parte melódica y recuperando la parte previa al estribillo con esa fuerza que nos hace retomar el estribillo, con la voz mostrando muchos registros, pasando a un gran solo de guitarra, en donde juega con partes más rápidas con otras más pesadas, antes de regresar a ese pegadizo estribillo cantado con toda la fuerza del vocalista, recuperando ese sonido inicial pero con Rubín dándolo todo. Una canción que fue de las primeras que conocimos de la banda y que nos muestran la variedad y los contrastes de su estilo.
Tras la fuerza que han tenido los temas previos es momento de relajarnos un poco y para ello llega "Volverte a ver", una pieza que se inicia con una guitarra muy tranquila y la voz principal surgiendo y llevándonos a un momento muy emotivo, con ese entrañable estribillo que intensifica levemente el corte, antes de que recuperar esa tranquilidad inicial, volviendo al estribillo mientras la voz da paso al resto de instrumentos y a un solo de guitarra bello y relajado pero sin perder la esencia y la fuerza del grupo, continuando con la voz de Ángel manteniendo ese sonido relajado pero ahora mucho más intenso y potente, encarando la recta final del mismo con Rubín poniendo todo el alma en el mismo. Una gran balada que seguro resuena en sus conciertos para llegar a quien está dedicada.
Una de las piezas más extensas de este trabajo es "Mi ley" que comienza de manera tranquila, con esa guitarra acústica y la voz susurrante de Ángel, pero no esperéis una balada porque ésta se electrifica con unas guitarras bien cañeras y la voz principal gritando, llevando en una primera instancia un ritmo lento y pesado que se va a acelerar cuando surge el estribillo, variando el sonido hacía un tono más lento y machacón, con las voces en primer plano, para que el bajo sea el que cobre protagonismo junto a unos teclados que dan más majestuosidad al tema, resurgiendo la voz con muchos matices, antes de que la guitarra pida protagonismo con la voz principal yendo al límite, mientras el corte va cogiendo velocidad, para entrar en una parte con un cierto aire arabesco, antes de que Armando pida todo el protagonismo para él, con un genial solo de guitarra, tras el que surge ese estribillo a toda velocidad, cortado después por esa parte más lenta y machacona, pasando a una parte radicalmente diferente, en donde las guitarras suenan muy ligeras, aunque con picos intensos y con la voz casi susurrando, para luego recuperar esa fuerza aún con mayor agresividad e intensificando la velocidad, con Rubín poniendo a prueba su garganta, antes de regresar a ese estribillo secundado por esas partes más pesadas y que nos van a llevar al final. Una auténtica barbaridad de canción que está entre lo mejor del disco y eso ya es mucho decir.
Un grito realmente intenso es el que da inicio a "Lobo herido", con las guitarras afiladas sonando a toda pastilla, mientras la sección rítmica dota de más fuerza a un corte que se presenta muy contundente, con ese ritmo que nos hace mover la cabeza, surgiendo esa velocidad que parecía estar esperando a salir con el estribillo, tras el que la guitarra nos va a llevar a recuperar esa parte previa que de nuevo nos va a introducir en ese potente estribillo, tras el que Rubín nos vuelve a mostrar sus cualidades, algo que harán después el resto de músicos, con las guitarras sonando muy potentes, surgiendo de nuevo una voz más oscura que endurece aun más el tema, para recuperar el ritmo que éste ha tenido, con la voz como principal protagonista hasta que la guitarra se hace con el liderazgo del mismo con un solo muy brillante, combinado rapidez, potencia y virtuosísimo, tras el que la canción se frena brevemente, recuperando ese sonido más lento y pesado con Rubín jugando con sus registros vocales y mostrando su clase, para regresar al estribillo con diferentes matices con el que encaramos el final de la pieza. Una gran demostración del amplio abanico de registros que engloba la banda.
Vamos encarando la recta final del disco con "Energía", que se inicia con ese sonido de batería que nos introduce en un corte intenso y poderoso, con unos teclados que sirven de colchón en su inicio, manteniendo un sonido lento y pesado cuando comienza a cantar Ángel, pero con ciertos retazos de rapidez por parte de la guitarra hasta que la pieza cobra velocidad cuando surge el estribillo, muy pegadizo como los anteriores, y acelerando cada vez más, para de nuevo recuperar el sonido inicial que de nuevo combina la parte más lenta y pesada de las estrofas con la rapidez y contundencia del estribillo, tras el que de nuevo los teclados dan cierta profundidad a la misma, surgiendo un sonido de guitarra realmente inquietante que combina partes más lentas con otras más rápidas, unidas primero con los teclados y luego con la voz, que, una vez más, muestra su amplio abanico de registros, cobrando de nuevo la canción más velocidad, aunque luego ésta se relaja dando paso a un buen solo de guitarra cada vez más rápido, recuperando de nuevo las partes previas al estribillo y este mismo, que se irá repitiendo con diferentes matices e intensidades hasta que llegamos al final. Una buena composición en donde compaginan momentos más grandilocuentes con otros más rápidos y potentes.
Y llegamos al final del disco con "Mi rock", la canción más breve del mismo con menos de tres minutos y que de alguna manera es una especie de outro que comienza con la música subiendo de manera progresiva y siguiendo un ritmo constante como si fuera un himno y es que puedes cantar su estribillo casi desde la primera vez que lo escuches, manteniendo ese ritmo constante, con un buen y rápido solo de guitarra tras el primer estribillo, que desemboca de nuevo en ese pegadizo y sencillo pero efectivo estribillo que nos va a acompañar hasta el final de la misma. Una curiosa pero acertada forma de acabar el álbum.
Magnífico primer trabajo de los cántabros Metalodon que han creado uno de los mejores discos que se han publicado en el pasado 2020 en la escena metalera estatal y es que aquí vamos a encontrar de todo, partiendo de ese Heavy Metal que tienen como base, pero añadiendo tintes más thrash metal con otros incluso groove e incluso ciertos momentos más progresivos, completando una obra en la que la potencia pero también la melodía están presentes, dando como resultado una gran combinación.
A estas alturas no vamos a presentar a Ángel Rubín, uno de los grandes cantantes del genero, lo mismo que podemos aplicar a un Armando, que en este trabajo brilla con luz propia, sin olvidar esa gran sección rítmica, destacando especialmente un Cesar Alberdi que demuestra sus grandes dotes, situándole, bajo mi punto de vista, entre los mejores del genero. ¡Menudo grupazo han creado!
Pese a su larga duración y a la extensión de las canciones, es un trabajo que se pasa muy rápido merced a la gran variedad de sus composiciones y a la genial ejecución de sus artífices que ponen el listón muy alto de cara a futuros lanzamientos.