Es una pena que, cuando has preaprado con ilusión tu disco, sobre todo si es el primero, y estás a punto de publicarlo, surja algún contratiempo, como puede ser una pandemia, y lo paraliza todo, quedando la edición de dicha obra sin la consiguiente presentación y promoción que merece.
Esto les ha pasado a la gente de Killin Bananas, un cuarteto cántabro de los que tuvimos conocimiento en 2019 y a los que vimos en su debut ese mismo año y en otro concierto que dieron poco después, estando integrado por Pedro a la guitarra y voz, Dani, guitarra y coros, Nino al bajo y coros y Liki a la batería, combinado integrantes con trayectoria en otros grupos y otros sin ninguna experiencia en directo.
Lo cierto es que el disco, que fue grabado, mezclado y masterizado en los Estudios El Cubil de las Presillas por Papelillo y cuyo diseño e ilustraciones fue obra de Juarma, estaba listo justo cuando se paró todo, con algún concierto más que interesante que tuvieron que cancelar, pero aun con todo ellos decidieron publicarlo.
Esto hizo que muchos, entre los que me incluyo, no nos enteramos de su edición hasta bastante tiempo después y personalmente creo que es un buen momento para recuperar estos temas, unos más divertidos y otros más serios, de un punk rápido y conciso.
El disco consta de 14 piezas, con una duración de poco más de 33 minutos en su totalidad y se inicia con "Musgo completo", una ácida crítica a la comida moderna que arranca con una guitarra muy rápida en solitario, que da paso a un veloz tema, ya con todos los instrumentos y con la voz de Pedro apareciendo rápidamente, siendo bien arropada por los coros, sobre todo en ese pegadizo estribillo, tras el que, tras un breve parón, recuperamos la esencia de la canción, siguiendo esa dinámica hasta el final. Muy divertida y quedona.
Con una locución a modo de introducción comienza "Esclavo", de la que lanzaron un video en pleno confinamiento, arrancando a toda velocidad, con la voz de Pedro desprendiendo mucha fuerza y con una letra más crítica, apareciendo un corte que da a la pieza un aire más lento y pesado para después recuperar esa esencia inicial, con constantes parones y reinicios, llegando en la parte final a lo que es el estribillo con esos coros que dan más realce al mismo. La crítica y la fiesta no están reñidas.
Más relajado es el comienzo de la cachonda "No la llames", con esa guitarra dura pero en solitario a la que poco a poco van acompañando primero la voz y luego el resto de instrumentos, acelerándose la canción, con ese coros que arropan la voz, jugando en el estribillo con las dos voces, tras el que el tema tiene un cambio de ritmo, relajándose brevemente pero acelerándose con un rápido solo de guitarra que demuestra la calidad de los músicos, para recuperar el estribillo con esa vacilona letra que nos va acercando a ese final en donde el corte se relaja con una importante presencia de la música. Una auténtica vacilada y de las que primero se te quedan.
Vamos ahora con una canción más sería como es "De paseo", que se inicia a toda velocidad, con algunos ligeros parones hasta que entra la voz de Pedro que nos va relatando la temática del corte, contra esa detenciones sin motivos, surgiendo unos coros, tras los que la pieza cambia de ritmo, apareciendo el bajo en solitario, para luego ir acompañados del resto de instrumentos, manteniendo ese aire lento y potente, volviendo a acelerarse con la presencia de la voz y siguiendo ese misma dinámica hasta el final del mismo. Una buena critica a las injusticias que sufrimos día a día.
Más desenfadado es "Jarcor de playa", que empieza con ese sonido cañero inicial, sonando lento y contundente, hasta que la pieza coge velocidad, con la voz principal narrando esa historia de un chaval que tiene que cambiar su vida al ser padre, para tras, un divertido estribillo, toparnos con una rápido solo de guitarra, recuperando la letra de la canción y esa rapidez, que solo cambia en el estribillo, más lento y pesado, volviendo a ese sonido inicial cuando el corte va llegando a su final. Muy vacilón y con una buena mezcla de sonidos.
La única colaboración del disco es de un amigo de la banda y compañero de Pedro en A.R.D.E.N. como es Kortxos que presta su voz a "Chaval de barrio", que narra la cruda realidad de la droga en los años 80, comenzando con un sonido rápido de guitarra y la voz de Pedro, para dar paso la voz del invitado y al resto de instrumentos que dan mucha fuerza a la pieza, llegando al estribillo con la voz de Pedro y esos coros que refuerzan el mensajes, tras el que nos encontramos con un rápido solo de guitarra, apareciendo la voz principal que de nuevo se alterna con la de Kortxos, uniéndose ambas y dando más consistencia al tema, recuperando ese estribillo con el que vamos a terminar el corte. Una triste historia pero una gran composición.
Nos vamos ahora a "California", con ese sonido rasgado de guitarra que da paso al resto de los instrumentos, llevando un sonido potente que se ve reforzada por la voz que nos habla de una historia de perdedores, manteniendo ese sonido cuando ésta desaparece brevemente para retomar la narración, cambiando después el ritmo, con la batería llevando el peso de la canción y dando paso a ese estribillo pegadizo que con una estrofa de por medio nos llevará hasta ese abrupto final. Constante y quedona.
Una locución sacado de alguna película nos va a introducir en "Un nuevo amanecer", la pieza que da nombre al disco y que se inicia con las guitarras a toda pastilla, dando paso a la voz principal que grita con toda su rabia esa letra tan autodestructiva, mientras la canción mantiene ese tempo rápido y agresivo, intensificándose un poco más antes de llegar a esos coros, tras los que vamos a recuperar el ritmo y la potencia inicial, dando paso de nuevo a esos coros con los que el corte va a concluir. Muy potente y cantado con mucha rabia.
Llega el momento de "Un buen lunes", con el bajo y la batería marcando el ritmo de la canción, apareciendo primero la voz de Pedro junto a los coros, para luego endurecerse con esas guitarras que todavía hacen que la pieza sea más agresiva, llegando a ese pegadizo estribillo, con esa letra tan irónica y tras, otra estrofa, recuperar ese estribillo con el que llegaremos al final. Corta, concisa y vacilona.
A toda pastilla comienza también "Frío", con la voz desde el principio, manteniendo ese ritmo constante durante toda la primera parte de la canción, para hacia la mitad romperse la misma y relajarse, con la voz y la guitarra como principales protagonistas hasta que se retoma la intensidad previa del tema que nos va a acompañar hasta su finalización. Rápida y directa pero con matices.
Más rockero es el principio de "Sísifo en descenso", con ese sonido de guitarra a la que luego se la van añadiendo el resto de los instrumentos, cogiendo más fuerza de manera progresiva y surgiendo la voz principal que luego es arropada por unos coros en ese estribillo que da paso a un gran solo de guitarra, recuperando la letra de la canción tan metafórica y el estribillo con el que concluye el corte. De los que más me gustan y que rompe en parte con la línea del disco.
Seguimos con otro tema vacilón como es "Huelo a sangre", que se inicia a toda pastilla, con la guitarra dando entrada al resto de los instrumentos y a la voz, llegando a ese estribillo rápido, ágil y pegadizo, mientras seguimos con el desarrollo de la pieza, para, tras el segundo estribillo, toparnos con un cambio de ritmo en el que el bajo cuenta con más presencia, antes de que la guitarra ejecute un breve solo y que concluye con un breve parón, recuperando la esencia de la canción y ese estribillo con el que llegaremos al final. Corta pero muy vacilona.
Otro tema también muy breve es "Fracaso", arrancando con una voz que nos mete de lleno en la canción a toda velocidad, con las guitarras cobrando protagonismo, entrando la voz y los coros, que mantienen ese ritmo persistente, para dar paso a un logrado y pegadizo estribillo, de los de cantar sin parar, manteniendo ese ritmo que recupera de nuevo al estribillo con el que llegaremos a la conclusión del corte. De los que se te graban en la cabeza rápidamente.
Y llegamos al final del disco con la genial "Poseído por la peluca de Lars", con una letra realmente lograda y que se inicia con unas contundente guitarra, bien arropada por el resto de los instrumentos, para seguir con un sonido más potente, apareciendo la voz que nos va a relatar esta desquiciante historia, manteniendo ese ritmo hasta llegar a esa pegadizo estribillo con una buena presencia de los coros, siendo seguido por un rápido solo de guitarra, recuperando la esencia de la canción y de nuevo llegando al estribillo que no podrás dejar de cantar y con el que nos vamos acercando a la conclusión del tema, aunque si dejas sonar el mismo hasta el final encontraras una pequeña sorpresa. Muy divertido y desternillante corte.
Y así hemos llegado hasta el final de este primer trabajo de los Killin Bananas, muy ameno y divertido y en donde las composiciones, siguiendo una línea más o menos establecida, se diferencian unas de otras haciendo que la escucha sea ágil y te entren ganas de volverlo a escuchar,
Las letras son muy ocurrentes y esa mezcla de partes más serias con otras de cachondeo total dota a la banda de una personalidad propia, bien arropada por una música muy directa pero con momentos de lucidez y una interpretación vocal muy acorde a este doble sentido lírico de la banda.
Si queréis un buen disco de Punk Rock, divertido, pero con letras trabajadas y que no te podrás quitar de la cabeza, escucha este "Un nuevo amanecer" de los Killin Bananas y no podrás dejar de escucharlo.