Es increíble la cantidad de buenas bandas que surgen en nuestro estado y de todos los estilos, aunque la pena es que muchas de ellas no llegan a ser conocidas más allá de su círculo cercano por diferentes razones, especialmente por la falta de interés de una buena parte del público que no quiere conocer nuevos grupos y prefiere seguir escuchando aquellos discos de cuando eran más jóvenes.
Una de las bandas que más me han sorprendido en los últimos meses son Malditeria, un cuarteto de Ibi del que tuvimos conocimiento a finales del 2019 y que está integrado por Arturo Bornay, voz y guitarra rítmica, Raúl Egido, guitarra solitas, arreglos y coros, Jorge Villaplana al bajo y Nando Rico batería y coros. A principios de mayo de este 2021 Jorge Villaplana dejó la banda haciéndose cargo del bajo Nando Rico que ha dejado la batería en manos de Joan.
Su propuesta es la de un rock and roll que combina lo más clásico del estilo con unas cuantas pinceladas de sonidos más actuales, haciendo que la propuesta suene variada y fresca, habiéndose hecho ya un nombre en la escena en este tiempo a base de trabajar mucho y bien las redes sociales, la mejor manera de darse a conocer hoy en día, y en donde hay que destacar la gran labor de Clara Miota.
En octubre del pasado 2020 sale a la luz su primer disco, "Zozobra", un trabajo autoeditado y que viene presentado por una gran portada obra de Desi Garrido que también se hizo cargo de la contraportada y de la galleta, siendo el diseño grafico encargado a Ingravitto Studio, con fotografías de Álvaro Nightnaturepic, UMEJ y Gota Films.
La grabación del mismo tuvo lugar entre finales del 2019 y el 2020 en los Studios Online de Elda, siendo grabado y producido por Agustín Amat y Raúl Egido, haciéndose cargo el primero también de la mezcla y la masterización.
Y vamos con los 41 minutos que dura el disco, divididos en 11 cortes de este rock and roll maldito como ellos mismo lo autodenominan, que comienzan con "Dr. Paradigma" y esas guitarras iniciales, secas y que sirven ya como una declaración de intenciones, surgiendo luego el resto de instrumentos con fuerza y llevando un ritmo muy dinámico, apareciendo la voz tan personal de su cantante y siguiendo la pieza ese progresión hasta llegar a ese estribillo que tiene mucha fuerza y es muy pegadizo, tras el que de nuevo nos encontramos ese inquietante sonido de guitarras, para dar paso a un buen solo de guitarra, mostrándonos la calidad de sus músicos, recuperando ese sonido inicial que nos va a meter de nuevo en ese estribillo, con ese ritmo tan bailable, mientras la canción va bajando paulatinamente en la parte final con unos coros que remarcan el estribillo. Una muy buena muestra de lo que nos vamos a topar más adelante.
Vamos ahora con "Ay, mama", que se inicia con ese regusto a rock setentero, con todos los instrumentos entrando de golpe y con fuerza y con las guitarras teniendo especial protagonismo, bajando un poco esa intensidad cuando surge la voz principal, para mantener un ritmo pegadizo y bailable, mientras la pieza va poco a poco cogiendo fuerza, sin poder parar de moverte con su música, a la vez que la canción sigue creciendo, con la voz cantando con más energía, hasta llegar a un gran solo de guitarra que nos sigue enganchando al corte, relajándose después del mismo levemente, con ese sonido más tranquilo del comienzo pero recuperando la fuerza y la energía que ha tenido, incrementándose a medida que llegamos a la parte final. Como hacer que un tema con una base clásica suene actual y te enganche por su calidad y ritmo.
Quizás la canción que primero me entró de la banda fue "Por las chispas", que comienza con la voz en primer plano acompañado por la guitarra de manera relajada aunque poco a poco va cogiendo intensidad, apareciendo el resto de los instrumentos que van dando fuerza al corte, llegando a ese maravilloso estribillo que se te queda rápidamente, tras el que surge un elegante solo de guitarra, manteniendo ese ritmo contante pero intenso, reapareciendo la voz principal que poco a poco va recuperando esa fuerza previa a ese estribillo que de nuevo surge, arropado por unos coros en la parte final del mismo, para, tras una breve parte instrumental, toparnos de nuevo con el estribillo que ya nos va a acompañar hasta ese final mucho más relajado. Es desde ya un clásico del rock estatal, al menos para mí.
Con mucha energía y un sonido muy guitarrero comienza "Solo quería jugar", para luego acelerarse, hasta que surge la voz principal y jugando en ese momento con parones hasta que la batería empieza a dar más potencia al corte, manteniendo esa energía que nos va a llevar a un estribillo realmente accesible, con unos coros que dan más color al mismo, tras el que la guitarra pide su momento de protagonismo con un ritmo bailable, reapareciendo de nuevo la voz con esos parones iniciales, recuperando la fuerza del tema increscendo hasta llegar a ese estribillo que tanto gusta y que da paso, ahora sí, a un rápido y buen solo de guitarra, que acelera aun más la pieza, resurgiendo el estribillo con el que vamos a llegar al final. De las de cantar y bailar en sus conciertos.
Un potente sonido de bateria da inicio a "Tuve que correr", arropado por el bajo, dando paso a la voz que entra de manera suave como el resto de los instrumentos pero con una fuerza encubierta, llegando a un estribillo pegadizo y algo más enérgico que lo que estaba siendo la pieza, regresando la calma inicial tras él, con la guitarra teniendo protagonismo en un principio, para, cuando entra la voz, que sea esta la que esté en primera línea, recuperando ese estribillo con fuerza y que es seguido de un ágil y buen solo de guitarra tras el que la canción se para brevemente y surgen unos coros que nos van a recordar el estribillo, combinándose con la voz principal y dando por finiquitado el corte. Un tema tranquilo y relajado pero con mucho gusto y estilo.
Llegamos al ecuador de este trabajo con "El daño que has hecho" y ese sonido de batería que le da inicio, siendo luego arropada por el resto de los instrumentos con fuerza, apareciendo la voz principal y los coros que parecen entablar un dialogo, subiendo la intensidad con una frase reiterativa a medida que nos vamos acercando a ese momento en que se dice el título del corte, para, tras un brevísimo parón, recuperar la esencia inicial, con la guitara en primer plano hasta que la voz le roba el protagonismo, para luego intensificares cada vez más cuando llega el estribillo hasta que, de repente, la canción cambio de ritmo y aparecen unos coros que son quebrados por la voz principal que impulsa de nuevo con fuerza la pieza, de nuevo recuperando la parte donde se cita el título pero con más fuerza, dando paso a un buen y efectivo solo de guitarra, reapareciendo el estribillo con esa energía que ha ido ganando y con el que vamos a concluir. Una gran composición que va ganando fuerza a medida que va avanzando.
Muy relajado es el comienzo de "Restos", con las guitarras en primer plano pero siempre perfectamente arropadas por la sección rítmica, para, tras un ligero parón, aparecer la voz principal de manera pausada y calmada en el contexto del corte, surgiendo después los coros de Raquel Arques de The Ubangi Stomp, cogiendo la canción un poco más de intensidad cuando llega el estribillo pero siempre dentro de ese contexto relajado, tras el que se retoma el sonido inicial con un bello solo de guitarra que da paso a una intensificación en el tema, reapareciendo de nuevo a la voz principal nuevamente correspondida por la voz de la invitada y que combinan muy bien para llevarnos a ese estribillo pegadizo hasta un final abrupto. Una bella pieza con un gran aporte de la invitada que hace que ésta crezca más.
Muy movido es el comienzo de "Trabajos sucios", con ese sonido explosivo y la voz desde un principio jugando con diferentes intensidades y parones, pero en un momento las guitarras empiezan a sonar con más potencia y la pieza coge más fuerza, con una buena demostración técnica de los músicos, hasta que de nuevo surge la voz y se va progresivamente acelerando la canción llegando a ese pegadizo estribillo, con los coros arropando perfectamente y que seguro será muy cantado en directo, para luego ser la sección rítmica la que muestra su clase antes de que vuelva la voz que nos va a llevar a ese estribillo tan canalla del que hablábamos anteriormente, con la guitarra como queriendo tomar protagonismo algo que hará nada más terminar éste con un solo muy animado por esa juguetona sección rítmica, tras la que se recupera el estribillo que nos lleva hasta el final. Muy pegadiza y de las de moverte hasta no parar en sus conciertos.
Una guitarra muy juguetona nos va a introducir en "Me estoy rehabilitando", con todos los instrumentos entrando poco después, aunque será la guitarra la que tenga el protagonismo que cede brevemente a la voz, para luego recuperar ese sonido inicial aunque de nuevo la voz principal, con los coros estando más marcados, es la que va a tener más presencia, siguiendo esa alternancia en la que la guitarra y la voz parecen retarse, mientras la canción aumenta esa fuerza tanto en lo vocal como en lo musical, hasta que ésta se para y es el bajo el que vuelve a reactivarla, para retomar esas buenas combinaciones entre voz y guitarra que nos van a llevar hasta el final. Una de esas piezas que te suenan a bandas conocidas pero que no por ello desmerece y es más que probable que se te quedé grabada rápidamente.
Más guitarrero es el comienzo de "Cuando caiga la noche", siendo seguida por la voz que ya nos va metiendo en ese ambiente canalla, mientras la canción va cobrando fuerza hasta llegar a ese estribillo que es de los mejores del disco y que se te pega rápido, siendo repetido con insistencia, antes de pararse y surgir la voz como susurrando, bien arropada por los coros y que seguro dará mucho juego en directo, a la vez que la pieza va recuperando progresivamente la fuerza que estalla en un eléctrico solo de guitarra de lo que te vuelan la cabeza, resurgiendo ese gran estribillo con más fuerza y con el que vamos a llegar al final. Una maravilla de tema, que se pasa en un suspiro y que se queda grabado a la primera escucha.
Y llegamos a la conclusión de este disco con "Cambiará el papel" que arranca de manera relajada, con un aire casi latino, para luego cambiar hacia un sonido más guitarrero, pesado y machacón, con la voz dirigiendo ese endurecimiento, encarrilándonos hacia ese estribillo pegadizo en el que de nuevo aparece Raquel Arques acompañando a los coros, tras el que de nuevo retomamos ese sonido machacón previo y que sigue creciendo en fuerza hasta regresar ese estribillo, con la invitada dando un toque muy especial al mismo, tras el que la guitarra nos deja entrever un solo de guitarra con un sonido más oscuro, para recuperar ese sonido latino inicial que poco a poco nos acerca al final. Un tema realmente interesante en donde han sabido combinar diferentes elementos y que quedé realmente bien.
Y así concluye este fenomenal debut de la gente de Malditeria, un auténtico discazo y es que hace tiempo que no escuchaba un primer trabajo con tanta calidad y buenos temas, lo que nos hace aventurar que, si esta es su ópera prima, cuando hayan rodado un poco más lo que nos pueden deparar en el futuro puede ser increíble.
El disco tiene de todo dentro de este rock and roll que ellos practican, pero sobre todo buenas canciones y que suenan a la vez frescas y actuales, eso sí, sin renunciar a los sonidos más clásicos, aunque siempre dotándolo de un sello personal que hace que los temas tengan un estilo propio y que les diferencia de la mayoría de grupos del estilo.
La ejecución tanto musical como vocal es simplemente impecable, con unas letras que trasmiten muchos sentimientos con los que fácilmente cualquier seguidor del rock se va a sentir identificado, pero siempre interpretadas con mucha clase y estilo.
¡Imprescindible para cualquier seguidor al rock and roll de todas la vida!