"Dignidad, solidaridad y humildad" es la santa trinidad de éstos galegos que poco a poco se están haciendo un hueco en la escena del estado, pisando escenarios de diferentes salas y festivales importantes, y con las cosas claras. Ezetaerre que dure mucho y que nos sigan sorprendiendo, pasen y lean:
Hablar de Ezetaerre es hablar de “Pólvora e Tormenta” con el disco que os conocí y con ese tema que os ha abierto muchas puertas, ¿creíais que ibais a llegar a todos esos lugares dónde habéis estado presentando éste trabajo?
El grupo empezó como un juego de un grupo de colegas (para muestra el nombre de mierda que tenemos), así que todo lo que ha venido después ha roto nuestros esquemas. Desde la primera vez que subimos a un escenario hasta cada sitio donde llegamos para armar algo de jaleo. Seguimos en shock y en una especie de tiempo dulce que esperemos se alargue porque, más allá de ir aquí o allá, seguimos viviendo momentos hermosos como grupo de amigos. Podemos decir, con orgullo, que somos unos chavales a los que la música les está permitiendo seguir unidos y conociendo nuevos lugares (con su correspondiente gentuza, claro).
Dignidad, solidaridad y humildad, ¿es la santa trinidad de la música que hace Ezetaerre?
Arrancamos con eso y esperamos que nos acompañe mientras dure esta aventura. Los tres nos conocimos en la facultad pero nos hicimos hermanos compartiendo el sueño de darle la vuelta a la tortilla. Creo que esas tres palabras sintetizan bien lo que debería ser el mundo nuevo que anhelamos y, bueno, el que se salga de eso… que se atenga a las consecuencias.
Si os soy sincero, nunca fui un amante del hip-hop, rap y demás, pero siempre quiero dar oportunidad a mis oídos, os hablaba de vuestro último trabajo, que fue con el que os conocí. Pero qué hay detrás de cada una de las letras que habéis compuesto en ¿él y en vuestros otros trabajos?
Pensamos que nuestra música no se puede separar del resto de aspectos que componen nuestra actividad militante. Las letras que escribimos salen de años de discusiones con compas, experiencias de organización, curro en los movimientos sociales, etc. Creo que no seríamos nada sin ese bagaje y por eso tenemos tanto que agradecer.
Es hermoso subirse al escenario y ver que tienes ahí abajo a gente con la que llevas años y años codo a codo en mil batallas. Todo eso marca nuestras letras y nos hace sentir orgullosos de que lo que cantamos nos sale verdaderamente del pecho. Acaba el bolo, nos recogemos (alguno más tarde que otro) y cuando ponemos rumbo a Galiza lo hacemos pensando en que al día siguiente nos tocará madrugar para currar (o buscar curro), salir a pegar carteles, asistir a asambleas, etc. Probablemente ahí sea donde se esconde la gracia de todo esto.
A la hora de tocar fuera de vuestra zona de confort como es Galicia, ¿cómo veis la reacción del público en vuestros conciertos? ¿qué os dicen?
La realidad es que ahora mismo tocar fuera de Galiza se está convirtiendo en algo común, como bien puede contaros el señor Ranita que está hasta las narices de llevarnos en la furgo a cruzar la península varias veces al mes. Sufrimiento aparte, podemos decir con orgullo, y sin ánimo de caer en tópicos, que hemos construido grandes amistades que hacen que estemos deseando llegar a los sitios para compartir un rato y charlar hasta que algún pepito grillo diga que es hora de irse a dormir. Allá donde vamos hay gente que alguna vez nos ha dejado un sofá para dormir cuando las cuentas no daban o que ha aguantado todo un bolo semivacío en primera fila para que nos sintiéramos arropados.
Esas cosas unen y es precioso ver lo digna, solidaria y humilde que puede llegar a ser la gente. Aún así, al tiempo, es una responsabilidad y debemos ponerle atención y cariño. Ahora que las cosas van cada vez mejor, no vale olvidarse de nadie ni ser un desagradecido de mierda. El día que nos miremos al espejo y nos veamos en esas, creo que más vale que dejemos la aventura y nos retiremos a reflexionar sobre qué sentido tiene que cantemos todo lo que cantamos si luego no cuidamos a nuestra gente. |