En esta jungla que es el rock y sus derivados, muchas bandas siguen los estilos más o menos establecidos, copiando patrones que sirven de entretenimiento pero sin exponer nada y otros grupos están en constante evolución, buscando no repetir la misma fórmula, Un ejemplo son Granda Goblin, banda cántabra con una década de trayectoria y, que se ha lanzado a publicar “Hongol”, un álbum conceptual, oscureciendo aun más su sonido. Vamos a conocer algo más sobre ellos y sobre dicha obra.
¿Quiénes sois Granada Goblin? Contadnos un poco los orígenes de la banda hasta llegar a la actualidad, de donde surge el nombre, componentes, etc.
Todo nace más o menos en 2009-2010 tras volver Cañas de su Erasmus. En ese momento Dani y él deciden montar una nueva banda con el primero a la batería y el segundo a la guitarra y voces. Anteriormente ya habían tocado juntos en Flying Stone Eaters por lo que la cosa fluyó rápidamente. Al poco se incorporarían Gabo al bajo y Juan como segunda guitarra, ambos ex miembros de la banda Empiric.
Durante este tiempo se empieza a componer y dar forma a lo que sería el primer disco, Jackalope. Alrededor de un año después, tras la grabación del mismo, se decidió que Dani solo cantase y desgraciadamente Juan tuvo que dejar el grupo por irse a vivir fuera. En ese momento entran prácticamente a la vez Tillo y Fran para suplir la falta de guitarras. Tras unos años rodando y componiendo se da forma al segundo disco, El Misterio del Chile Fantasma. Ya en 2017 se da el último cambio de formación al incorporarse Toro a la batería, supliendo a Cañas. Con esta formación se sacarían ya los 2 últimos trabajos del grupo hasta la actualidad, Ciencia Fricción y Hongol.
El nombre viene de algo tan friki como una carta de Magic, aunque a la gente le sorprende que no seamos de Granada (¿Nadie conoce la fruta, ni el artefacto explosivo?). Lo de Goblin ya nadie lo pregunta desde la entrada de Toro en la banda.
Llevais ya casi una década como banda ¿Cómo veis la escena en esta comunidad y su evolución en estos últimos años?
Los que estábamos ya hace una década, más o menos, seguimos estando en una u otra banda y los chavales siguen haciendo cosas nuevas y de calidad. No somos muchos en Cantabria y da para lo que da. Sí es cierto que la afluencia de público ha bajado un poco últimamente, pero si miras atrás también era más alta que hace 10 años. Las opciones de ocio cambian, pero nos gusta pensar que los conciertos y la música en directo es algo que perdura. Ahora hay muchas bandas locales emergentes y si se sigue apoyando la música tendremos una buena cantera de la que seguir disfrutando todos.
Desde vuestros inicios habéis sufridos varios cambios, aunque parece que ahora la banda está más estabilizada. ¿Es difícil mantener a flote la banda, teniendo en cuenta la vida laboral y familiar?
Tener un grupo es tener (En este caso) cuatro parejas, mas la que tienes en casa, si la tienes. Siempre hay que equilibrar, hay que dejar de hacer unas cosas para poder hacer otras y tener unos objetivos y un compromiso lo más homogéneo posible. Respondiendo a tu pregunta: es un calvario, aunque se lleva con alegría (A veces más, a veces menos).
Estais presentando el que es vuestro cuarto disco, “Hongol”, publicado en diciembre del 2019 y que es un disco muy diferente a vuestros trabajos previos. Contadnos un poco como fue su composición y su grabación.
Siempre que afrontamos un trabajo nuevo, nos gusta pensar en qué podemos hacer diferente. Por ejemplo, el álbum El Misterio del Chile Fantasma tal vez se nos hizo un poco plano y en Ciencia Fricción decidimos buscar otros registros más heterogéneos. Ahora en Hongol buscábamos algo más pesado y oscuro y tiramos con esa premisa durante la composición. También Toro nos estuvo dando la lata con hacer algo más negro bajo amenaza de matarnos si no le hacíamos caso.
A la hora de grabar, llevábamos ya la idea clara de hacer algo continuo, uniéndolo con interludios poco ortodoxos, al estilo de un álbum conceptual pero a lo Goblin. Excepto alguna locura difícil de explicar, iba todo bastante claro de cara al estudio. Además Javi Escudero, de estudios Cubex, es un maquina y lo coge todo al vuelo aunque le volvamos loco con nuestras ideas paranoicas. Tras meterlo todo en la coctelera, creemos que ha quedado todo muy bien empastado, materializando lo que teníamos todos en mente. Estamos muy satisfechos con el disco. |