Seamos sinceros, los conciertos son lo que son. Los hay buenos o malos, que suenen mejor o peor, que gusten más o menos y siempre querríamos que tal o cual canción hubiese formado parte del set. Cuando uno se sale de estos patrones rara vez suele ser para bien. Y si estuvisteis en el último de The Mission en Madrid sabréis por qué estoy escribiendo estas líneas.
La velada comenzó con la actuación del cuarteto Sigmund Wilder, que presentaron “Desorden”, su último trabajo y primero en castellano, en el que basaron casi todo su set. [ crónica ]