Con una puntualidad británica casi enfermiza el show empezaba a rodar. Pocas veces vi tanto músico en un escenario. Entre la famosa e icónica banda inglesa y la Orquestra Sinfònica del Vallés sumarian de 35 a 40 componentes prestos a dejar una actuación memorable y la única oportunidad de ver este formato es España. Esta exclusividad hacia aún más interesante este concierto que, no creo equivocarme mucho al decir, dejará huella en la memoria del tiempo de los asistentes.
El Sant Jordi es un lugar que cada vez me gusta más. Su forma, su buena acústica para este tipo de recintos y la facilidad para entrar y salir lo convierten en un recinto espectacular. En esta ocasión la pista fue ocupada con dos plateas de asientos. Nada de moverse por allÃ, todo muy ordenadito. No puedo decir que hubo lleno total, habÃa varias gradas en los córneres donde apenas se llegaba a la docena de almas. El dÃa elegido, un martes, y el precio elevado de las entradas justifican estas pequeñas calvas, incluso con el numeroso público foráneo de habla sajona. [ crónica ]