A pesar de que los conciertos del sábado empezaban a las 17:30, no faltaban planes para hacer tiempo hasta entonces. Por la mañana nos amenizaba el vermut Diegovisión, que aun siendo de Briviesca, ya es un habitual por Las Merindades. A Diego no le hace falta más que su guitarra y algo de parafernalia para subir la moral de cualquier persona que tenga delante, y hacerle la resaca más llevadera. Tocando algún tema propio y versiones como ”Maneras de Vivir”, “Toro” o “Spiz Amarillo” conquistó la Plaza del Crucero. [ crónica ]