Algo menos de ocho meses después de su paso por Moby Dick, la banda madrileña Canorea volvió a jugar en casa. El lugar elegido para la ocasión, el céntrico Café La Palma, en el que se concentraron cerca de un centenar de seguidores incondicionales… y alguna nueva incorporación.Con un ligero retraso dentro de lo razonable, Jerónimo (bajo) Javier (guitarra) Emilio (batería) y Víctor (voz y guitarra) salían al escenario de una sala que no había conseguido agotar entradas, pero en la que se había generado un ambiente inmejorable.
“Tijera y bisturí” fue el tema elegido para abrir el concierto, aunque curiosamente es el que cierra el álbum. Tema que sirvió a los seguidores habituales a entrar en calor y a los nuevos para hacerse una idea de lo que iban a presenciar. [ crónica ]