A la hora de decantarte por uno u otro evento entran en juego muchos factores, empezando, lógicamente, por el o los grupos que van a actuar, siguiendo por el tener los medios para asistir y que los horarios se ajusten con el resto de tu vida, así como el esfuerzo y la dedicación de quien lo organiza, como en este segundo sábado del mes de noviembre, en el que acudí a la cita con el Primitive Noise que, cumplía su octava edición y que el día anterior ya había tenido su primera jornada.
Aunque el grindcore, que tiene siempre un protagonismo fundamental en este festival, no es mi música de cabecera, decidí acudir y es que ya hacía unas cuantas ediciones que no iba, por lo que para el Rock Beer The New que me fui, dos semanas después de mi anterior visita, y tras tener que lidiar con una serie de trasbordos para llegar desde Vioño a Santander: cosas de Renfe. [ crónica ]