Diego Guerrero (Huelva) es un creador atípico capaz de abordar distintos géneros de una forma comprometida y honesta. En la esencia de su lenguaje encontramos un poso profundamente flamenco enraizado en su tierra andaluza. Durante la infancia y adolescencia, junto al Niño Miguel, aprendió que una orquesta bien podía esconderse dentro de una guitarra.