La canción surgió a partir de unos gritos que cariñosamente les lanzaba su público en los conciertos, antes del bis, dejando claro que no habÃan tenido suficiente caña y necesitaban más dosis de Sujeto K. Con este tema les devuelven la pelota y aprovechan para hacer un análisis de lo que se han encontrado en su regreso: una escena musical bastante diferente a la de la década de los 2000, una ciudad modernizada, una juventud superflua, cada vez menos bares de rock and roll, y un tufo a fascismo que cada vez da más cosita…