Con las pilas parcialmente recargadas llegábamos al recinto del festival para disfrutar de un tercer día en el que el cabeza cartel era Blind Guardian y que, personalmente, teníamos ganas de ver una vez más en el Leyendas.

La temperatura fue ciertamente sofocante durante las primeras horas del día, pero, por fortuna, la organización había dispuesto de forma muy coherente que el primero de los conciertos en los escenarios principales comenzase más tarde que en la jornada anterior, lo que implicaba mayor espacio de sombra para los asistentes. [ crónica ]