“Golpes, flores” es, precisamente, lo que su nombre indica: una exploración de las fuerzas que nos golpean, de las heridas que nos marcan, pero también de la belleza que emerge de la vulnerabilidad y del dolor. En su EP debut, Annapurna captura esa dualidad: la intensidad y la fragilidad de los momentos más efímeros.
Con su estilo tan expansivo, la banda crea una atmósfera en la que la oscuridad y la luz se entrelazan, donde la catarsis y la calma conviven en un mismo espacio. Es un recordatorio de que, pese a todo, siempre existe la posibilidad de que florezca algo nuevo. Spotify
