Seguro que muchos de los que asistieron el pasado 19 de junio a la sala Santana 27 (Bilbao) experimentaron ese fenómeno llamado “efecto reminiscencia”, como el tiempo no es constante en nuestra memoria y los recuerdos se concentran en períodos concretos, alrededor de la etapa de la adolescencia, en ese periodo en el que a uno le importaba un huevo todo, excepto la juerga, la música y las mujeres. Nostalgia pura de la juventud perdida. Vimos a Skid Row, Buckcherry y Buffalo Summer [ crónica ]